sábado, 3 de abril de 2021

ORWELL, 1984. LA HISTORIA DE UNA ACTUALIDAD.

ORWELL, 1984. LA HISTORIA DE UNA ACTUALIDAD.

Para comprender de manera adecuada la magnitud y todo el relieve que contiene esta obra deberíamos hablar del autor. La vida de Eric Arthur Blair, nombre original de George Orwell, que utilizaría como pseudónimo, está profundamente marcada por tres posiciones políticas que adoptó tras ciertos sucesos que relataremos más adelante: en contra del imperialismo británico, a favor de la justicia social y en contra de los totalitarismos nazi y estalinista.


El libro, publicado el 8 de junio de 1949, está escrito en un paisaje golpeado por una guerra total en un país hambriento, agotado y gris, y con un desconcertante comienzo, define las características típicas de la tiranía moderna. Winston Smith, el protagonista, trabaja como censor en el Ministerio de la Verdad, en una constante revisión de la historia para adecuarla a las circunstancias y alianzas del presente.


Él y sus compañeros son controlados como parte de la masa por el omnisciente Gran Hermano. En "1984" la pantalla de la televisión te observa y todo el mundo espía a todo el mundo…La novela "1984" habla de una sociedad en la que se adultera la historia de acuerdo a la conveniencia del partido único gobernante. La obra de Orwell supuso una denuncia de los regímenes totalitarios.


Desvelaremos una una breve sinopsis del argumento a modo de guía con el fin de abordar la obra directamente y para refrescar un poco la memoria. 1984 narra la historia de Winston Smith, un empleado del Ministerio de la Verdad, que empieza a darse cuenta de las acciones que lleva a cabo el gobierno de Oceanía para manipular la mente popular y distorsionar la realidad, esta expresión cobra un sentido completamente nuevo en el libro debido a la técnica mental que utilizan llamada “doblepensar ” en la cual entraremos más adelante. Evadiendo en lo posible la vigilancia controlada de las telepantallas, Winston conoce y se enamora de Julia una joven rebelde desengañada del sistema como él. Juntos, intentar unirse a un grupo de resistencia contra el gobierno llamado la Hermandad, pero resulta ser una trampa del Partido. Se desconoce si realmente utilizaron un señuelo, O ‘Brien, o si realmente toda la organización es otro de los instrumentos de control del Partido. Posteriormente, torturan a Winston con unas técnicas que seguramente podrían clasificarse como inhumanas hasta que consiguen someterlo a la voluntad del partido e incluso haciendo que llegara a traicionar, aunque solo fuera de palabra, a Julia. Su final, es inesperado e inquietante.

Personajes

Estos son los personajes principales de la novela 1984.

Winston Smith

Es el protagonista. Winston trabaja en el Departamento de Registro del Ministerio de la Verdad, reescribiendo sucesos escritos en el pasado para que se adapten con perfección a las políticas del Partido. Por medio de Winston se ilustra la dicotomía entre la psiquis del individuo y la violencia que se crea al someterse a los mandatos del gobierno totalitario. Por esta razón, para Winston que es un escritor profesional, es difícil encontrar su propia voz, aunque solo pueda expresarla en su diario secreto.

Julia

Es una hermosa joven de cabello negro que trabaja en el Departamento de Novela del Ministerio de la Verdad. Es una mujer práctica, pero rebelde que inspira a Winston a romper las normas establecidas haciéndose su amante.

O'Brien

Es un miembro del Partido Interior, y como tal, tiene un aspecto poderoso, aunque nadie sabe en realidad cuál es su función en el Partido. Su aspecto es contradictorio. Por una parte es un grandulon, acuerpado, pero por otra, tiene un rostro que inspira confianza, admiración y, sobre todo, inteligencia.

Sr. Charrington

Es un anciano, dueño de la tienda donde Winston Smith compra el diario y quien alquila el cuarto en que Julia y Winston se encuentran en secreto. En realidad es un miembro de la Policía del Pensamiento que con gran talento de espía, engaña a Winston con su aparente nostalgia y respeto por el pasado, y su gentileza y discreción.

Gran Hermano

Es el líder del Partido, cuyo rostro aparece en todos los carteles y monedas junto con la frase: "El Gran Hermano te vigila". Su figura está caracterizada por su tamaño gigantesco; su rostro, poderoso, pero calmado y, especialmente, sus enormes bigotes negros. Todos los ciudadanos de Oceanía están obligados a sentir un amor exclusivo por el Gran Hermano.

Emmanuel Goldstein

Es el enemigo del pueblo, a quien se dedica, varias veces al día, una transmisión llamada "Dos minutos de odio". Es un antiguo miembro del Partido, tan poderoso como el Gran Hermano, quien lo traiciona. Nadie sabe si aún vive, pero parece continuar su influencia, y ha sido adjudicado como el líder de la Hermandad.

Ministerios en 1984

El Partido controla a la población por medio de cuatro ministerios:

Ministerio del Amor

Encargado de la ley y el orden. Por medio de la tortura y los lavados de cerebro, reeduca a los ciudadanos rebeldes.

Ministerio de la Verdad

Encargado de la propaganda del gobierno, por medio de noticias, arte, entretenimiento y educación.

Ministerio de la Paz

A cargo de mantener la guerra. Una de sus estrategias es enfocar la atención en problemas externos (con otros países) para distraer a los ciudadanos de los problemas que viven en su propio país, y de esta manera culpar a otros, para que los problemas nunca se solucionen y el estado de guerra se perpetúe.

Ministerio de la Abundancia

Encargado de asuntos económicos, como racionar y crear hambrunas.

¿Qué es Ingsoc?

Ingsoc es el nombre del Partido en neolengua, la lengua artificial creada por el mismo Partido. Ingsoc significa socialismo inglés y representa la ideología oficial del Partido. Esta ideología fue creada por Gran Hermano junto con Emmanuel Goldstein, pero con el tiempo, ambos líderes entraron en conflicto sobre lo que Ingsoc debía representar.




El doble pensamiento, mantener dos ideas contradictorias al mismo tiempo; La Policía del Pensamiento; el Ministerio del Amor, que se ocupa del dolor, la desesperación y aniquila a todo disidente; el Ministerio de la Paz que desata la guerra; las máquinas dedicadas a escribir novelas que producen pornografía con la que sobornar a las masas…son pensamientos y disertaciones particulares, que allá, en una época pasada, pueden servir de ejemplo para un presente, al igual o como si fuera ese eterno retorno del que hablaba Friedrich Wilhelm Nietzsche.


Orwell, o su pseudónimo, lo dejaron claro, y hoy, intentando medir y analizar la situación que nos envuelve, y casi se podría decir que nos aprisiona, y de la que somos incapaces de escapar porque es como la adicción a una potente una droga sin la cual, nos es imposible dar un paso adelante, o mejor lanzarnos al precipicio, 1984, es el fiel reflejo en el que nuestras naciones y el mundo nos hemos situado en la carretera al infierno que describió el escritor británico.


¿Profético? Posiblemente. ¿Pero también conmovedor, creativo, incuestionable y útil? Sí, y además, sin ninguna duda.




En la actualidad son las redes sociales las que recopilan cada gesto, cada compra, cada comentario, y cada signo de protesta que hacemos en internet y alimenta una presencia omnisciente en nuestras vidas capaz de predecir todas nuestras preferencias. Basada en las elecciones de los consumidores, con el usuario como la mercancía con la que se comercia, la recolección de esas preferencias para las campañas políticas está distorsionando la democracia, y a su paso, la propia libertad de expresión.


Orwell entendió que los regímenes opresivos siempre necesitan enemigos. En "1984" mostró cómo estos pueden crearse arbitrariamente atizando las emociones de la gente a través de la propaganda. Pero en su descripción de los "dos minutos de odio" también previó cómo actúan las multitudes digitales. Es curioso…En la novela era la pantalla de TV la que espiaba. Hoy en internet queda constancia de todo lo que hacemos. Merece la pena leer la novela para entender su significado, y además, el sacrificio del tiempo invertido en su lectura, es el sinónimo del placer en aprender a quitarse la venda de la censura y la manipulación de los ojos.




Obligado, como todos los demás, a contemplar la violenta grabación con ese título, en el que Winston Smith, el protagonista de la novela, se da cuenta de que "lo horrible de 'los dos minutos de odio' no era que a uno lo forzaran a tomar parte, sino que era imposible sumarse…Es como si se tratara de esa parte del film de la Naranja mecánica o, mejor dicho, de conformismo mediático, en la que un espantoso éxtasis de miedo y sed de venganza, un deseo de matar, torturar, machacar rostros con una maza parecía fluir a través de todo el grupo de asistentes como una corriente eléctrica. Es como si fuera ahora y el hoy, donde todas las organizaciones políticas, religiosas, feministas, de manifestaciones sexuales y de género, o comerciales, se dedicaran a alimentar sentimientos, y a manipularlos. Sorprendentemente, Orwell identificó la colusión voluntaria en el odio que semejantes movimientos puede incitar. Y por supuesto, su Winston lo nota consigo mismo, de la misma manera que podríamos notarlo nosotros mismos.


Luego está el icónico dictador de Orwell, el Gran Hermano, absurdo y aterrador en igual medida. Las raíces del relato de Orwell están en las luchas entre los gigantescos "ismos" que deformaron el siglo XX. Quiero recordar, que hubo alguien que pidió el pder de la televisión y la Información, por encima de cualquier otro…la pregunta sería, ¿con qué fin?, la respuesta está clara, y como ejemplo, no tenemos más que dirigir nuestra mirada a los servicios informativos de la actualidad, y saber medir, para comparar la realidad, de la doctrina.




Luchó como voluntario contra el fascismo en la Guerra Civil española, convencido de que el pacifismo era un lujo pagado por otros, pero comprendió lo vacías que estaban las promesas del comunismo cuando el grupo antiestalinista en el que combatía fue capturado por la facción partidaria de Stalin. Con una atmósfera enrarecida, pronto comenzarían los conocidos como Hechos de Mayo, el enfrentamiento entre anarquistas y libertarios y comunistas, apoyados por el Comitern desde Moscú, con el resultado de una terrible refriega entre las partes, que Orwell vive en primera línea, atrincherado en la sede del P.O.U.M…luego, regresa al frente, y una bala le atraviesa milagrosamente el cuello, sin producirle la muerte, pero muy pronto regresará a otro frente, el de la calle, en el que se topará esta vez con una atmósfera aterradora y oprimente, y de la que él mismo escribiría que era como si alguna gigantesca inteligencia malvada estuviera flotando por encima del ambiente de la ciudad, los comunistas acusan al P.O.U.M. de troskistas, es decir, una contraposición a la visión que aplicó Stalin del marxismo-leninismo y a las teorías del mismo sobre el socialismo en un solo país, y es perseguido con saña, y acusado de ser espía del que llaman fascismo, un P.O.U.M, dirigido por Andrés Nin, al que se solía clasificar entonces con el término un tanto vago de "trotskista". Pero esto, no era más que el resumen de lo que se había vivido hasta el momento en España, donde en un periodo de menos de siete años, se habían vivido 26 gobiernos, y 34 crisis parciales.




George Orwell llegó a España en 1936, lleno de ideales, para combatir el fascismo, pero resulta que se topó de lleno con la lucha entre anarquistas y comunistas, las checas, la persecución, y esas vivencias, le impulsaron en su denuncia contra el autoritarismo y sus premoniciones sobre el terror estalinista, plasmadas en 1984, el libro que principalmente nos ocupa hoy, y también en Rebelión en la Granja. Su verdadero nombre era Eric Arthur Blair, pero optó por firmar con pseudónimo, y posiblemente con ese mismo pseudónimo de ideal que le llevaría a alistarse en las filas republicanas, donde se inscribió y se alistó en el Partido Obrero de Unificación Marxista, el P.O.U.M, pero pronto se dio cuenta de lo que significaba, porque según escribía él mismo, España, lo cambió todo…la vida, se detuvo en 1936, cambió su visión política, y literaria, y así lo dejó plasmado en la que puede ser su obra culminante en la literatura, Rebelión en la Granja. Regresó a España para escribir Rebelión en la Granja, una fábula que retrata los abusos del Stalinismo, pero es rechazada por ser políticamente incorrecta, en un mundo que no ve adecuado criticar la situación política, en vísperas de lo que sería la Guerra Fría.




Los miembros de P.O.U.M. son perseguidos, y algunos se pierden en las checas, donde también pierden sus vidas, pero Orwell consigue escapar y huir a Francia junto con su mujer Eileen. Denunció el control estalinista del Partido Comunista de España y las mentiras que se usaban como propaganda para la manipulación informativa. En 1937, durante la represión del gobierno de Negrín contra el POUM, Orwell relató que estuvo a punto de ser asesinado en Barcelona por los comunistas y anarquistas. Su participación en la guerra civil española le marcó para siempre su visión del mundo, el estalinismo, para él, representaba una amenaza.


Fue testigo de primera mano del auto-engaño de los verdaderos creyentes. Hoy hay otro abanico de "ismos", como el nacionalismo y el populismo, que operan a través de la activación de la más peligrosa de las emociones, el resentimiento. Y allá donde se mire en el mundo contemporáneo, hombres autoritarios ocupan posiciones de poder. Comparten la necesidad de aplastar a la oposición, un fanático terror al disenso y el autobombo. Los grandes hermanos dejaron de ser una broma y ahora se pavonean por el mundo, y utilizan todos los medios informativos a su alcance.



La decepción de Orwell se multiplica cuando, una vez en Inglaterra, se da cuenta de que allí también la prensa manipula la verdad, y redacta que vio soldados ensalzados como héroes en victorias imaginarias sin que nunca hubieran pegado un solo tiro, y a otros, que habían luchado valientemente, ser tachados de cobardes y traidores…así era la República. También escribe que llegó a ver y a conocer incluso a ávidos intelectuales construyendo superestructuras emocionales sobre eventos que en realidad nunca habían tenido lugar. Su indignación ante todo esto era su bien más preciado, y nunca se calló, pese a las amenazas y la presión de la prensa comunista, como el Daily Worker, pero uno de sus de esos libros esclarecedores fue "Asignación en la utopía" (1937) del periodista estadounidense Eugene Lyons, un ex comunista y corresponsal en Moscú que se había asqueado por el estalinismo.


Este es el mayor horror de la distopía orwellana, un modelo literario de sociedad que suprime los derechos humanos bajo un control total, mayoritariamente desde un régimen totalitario, en el que el régimen se propone erradicar muchas palabras y las ideas y sentimientos que significan. Su verdadero enemigo es la realidad.

Las tiranías intentan hacer imposible entender el mundo real y buscan sustituirlo con fantasmas y mentiras. El audaz primer acto de disidencia de Winston Smith había sido ocultarse de la vista de la cámara que todo lo veía para escribir un diario en el que reflejar su propia visión de sí mismo y de su mundo interior.




Sabe que su acto de escribir lo abocaría a la pena de muerte si es descubierto. Cuando finalmente sucumbe a la tortura confiesa que "dos más dos es igual a cinco". Había descubierto que realmente pueden "meterse dentro de ti" y que "algo se muere dentro de tu pecho, quemado, cauterizado". El terror en 1984 es la aniquilación del yo y la destrucción de la capacidad para reconocer el mundo real.


No hay relativismo casual en la obra de Orwell. El autor entiende perfectamente lo duro que es que las cosas sean como deben ser. Sin embargo, su historia hace identificar el terror de un mundo en que la gente tiene cada vez menos y menos palabras para usar y su pensamiento está distorsionado por las ideologías.


En todas partes del mundo en que imperan las tiranías "1984" está prohibida, pero, por supuesto, circulan copias piratas.

Y las ventas han aumentado también en países considerados democracias estables. En India y en Reino Unido, en China y en Polonia, el público está volviendo a "1984". No puede separarse la obra de Orwell de su autor. Se le ve cada vez más como una especie de santo, pero cuánto se reiría de las estatuas con su figura que están apareciendo.

Su visión sobre las feministas, que no sobre las mujeres, los vegetarianos y otros grupos difícilmente pasarían la prueba hoy día. Pero hablamos de un hombre que vivió de acuerdo a sus convicciones. Quiso ser pobre a toda costa, combatió por lo que creyó que era lo correcto, fue incondicionalmente generoso y cordial con otros escritores, y, aún así, se enseñó a sí mismo a mirar al mundo aunque no fuese como a él le hubiera gustado.


Nunca fue obediente y desenterró para nuestra mirada lo peor de sí mismo. Su distante integridad resulta única. No es solo el hecho de que vivamos en un mundo transformado por la perspicacia de Orwell acerca de lo que da forma a la opresión, sino que "1984" es también un manual para tiempos difíciles.

El conocimiento es una forma de fortaleza y a todos se nos está poniendo a prueba.


Leer "1984", la claustrofóbica fábula del totalitarismo de George Orwell, todavía produce impacto. En primer lugar, porque reconocemos lo que describe. El pasaje de los dos minutos de odio parece anticipar cómo se comporta la muchedumbre hoy en las redes.



La política sexual juega un papel importante en 1984. En la novela, las relaciones íntimas de las personas se rigen estrictamente por la Liga Juvenil Anti-Sexual del partido, al oponerse a las relaciones sexuales, y en cambio, fomentar la inseminación artificial.


Hay que decir que Orwell estaba en contra de la homosexualidad, e incluso usó epítetos homofóbicos tales como "nancy" y "pansy", así como expresiones de desprecio, por lo que llamó el pensamiento de izquierda y los poetas nancy, es decir, escritores e intelectuales homosexuales o bisexuales de izquierda como Stephen Spender y W. H. Auden.


En 1949 Orwell entregó una carta a una amiga, Celia Kirwan, que trabajaba para una sección del Foreign Office (el ministerio de asuntos exteriores británico), dedicada en esos días a organizar unas conferencias sobre el estalinismo. Kirwan se dirigió a Orwell solicitándole nombres susceptibles de aceptar. Orwell también incluyó una lista de treinta y ocho escritores y artistas que consideró en su momento con inclinaciones procomunistas y que no tendrían intención en participar en dichas conferencias. En la lista, que no fue publicada hasta el 2003, se incluyeron numerosos periodistas , entre ellos el editor del New Statesman, Kingsley Martin, y también a los actores Michael Redgrave, Paul Robeson y Charlie Chaplin...ahí es nada.


Después de la muerte de su mujer, en 1945, cae gravemente enfermo de tuberculósis, y es cuando escribe 1984, pero mucho antes, ya había reflexionado sobre los efectos del progreso tecnológico, y además, predijo que la Guerra Civil en España acabaría en una dictadura de uno u otro signo. Orwell murió en 1950, un año después de publicar su novela 1984, y ciertamente, tenemos que decir que la magnitud de su reconocimiento llegó, como casi todos los grandes, después de su muerte.





CONCLUSIONES

Para ir a luchar una guerra civil a un país, que ni siquiera el de uno, ya con una cierta edad, y con su mujer, es necesario o estar muy loco, o estar muy cuerdo, o quizá, ambas a la vez. Stephen King, David Bowie, Mel Gibson y Kit Harington, entre otros, confesaron en su día su predilección por la obra de Orwell como uno de sus libros favoritos de todos los tiempos, y es que ciertamente, su obra, es una de esas visiones adelantadas que caen como una losa sentencial encima de la humanidad, y de la que es imposible escapar. Tenía la necesidad de contar, de escribir y enviar un mensaje verificador al Mundo, a la Humanidad, y después de que en 1947 le diagnosticaran la terrible enfermedad de la que murió, pero que no impidió que durante dos años escribiese y diese fin a su obra cumbre, 1984, una descripción aterradora, pero a la postre muy real, de la vida bajo la vigilancia constante del "Gran Hermano".

El Winston Smith de la novela, es un funcionario subalterno del Ministerio de la Verdad, el ministerio de propaganda del régimen Ingsoc, que en realidad, es con quien se ve reflejado Orwell, en su intento de contar la realidad, una realidad de la que ya hemos hablado en el artículo, y que no hace falta más que pararse un momento a pensar, y quitarse las manos de los ojos, abrir la ventana, coger aire, y expulsarlo con fuerza, para darnos cuenta de la triste realidad en la que vivimos, y a la que somos conducidos sin darnos ni siquiera cuenta. Los medios de Información manipulados por la política más aberrante, son testimonio real de lo que ocurre. Las redes sociales, son las encargadas de terminar de censurar la disidencia, de una manera estrepitosa.


La experiencia de tiranía de primera mano que tuvo Orwell, pudo clarificar que la Guerra Civil, terminaría en una dictadura de uno u otro bando, y ciertamente, la Historia, es la principal herramienta para manipular, de modo que manipulando la Historia, tal y como ocurre en la actualidad, es controlar el pasado, y controlando el pasado, se controla el presente a la idea y semejanza del Régimen, y se asegura el futuro.


El absurdo de la falta de reacción, es el camino que conduce a los pueblos a su propia destrucción, valga, pues, el libro de Orwell, como ejemplo de lo que puede verse reflejado en el espejo de esas naciones que cayeron en el ideal de la miseria, y en esas que, buscando la libertad, encontraron el libertinaje, pero controlados por un poder oculto, silencioso, y adoctrinador, donde todos esos lacayos que conviven en un mundo deshumanizado, aberrante y casi involucionado, sucumben sin darse cuenta ahogados en sus propias inmundicias. El libro de Orwell, fue así la culminación de más de una década de lectura, escritura y pensamiento, lo que le permitió fusionar gradualmente múltiples fuentes en una sola escena o concepto, y no hay que llevarse al engaño, porque Orwell nunca abandonaría su ideales socialistas, pero de un socialismo diferente, un socialismo humanista contra el totalitarismo, o lo que es mejor dicho, contra el social-comunismo.


Cuando los ciudadanos del bloque soviético leían copias publicadas de forma clandestina de "1984", no podían entender cómo un autor británico que nunca había pisado ese territorio podía describir con tanta precisión la sociedad en la que vivían, pero, la Humanidad tiende a caer en los mismos errores, en tropezar más veces con la misma piedra, y en caerse, para luego, volverse a levantar y lamer sus heridas, pero lo peor, no es olvidar, sino recordar y hacerlo en silencio.

Aingeru Daóiz Velarde.-





FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA



Fátima Urribarri. El Semanal.

Jean Seaton. BBC Culture.

GEORGE ORWELL: LA BIOGRAFIA. BERNARD CRICK


POR QUÉ ES IMPORTANTE ORWELL. CHRISTOPHER HITCHENS




jueves, 1 de abril de 2021

EL PRIMER DUELO

EL PRIMER DUELO

El Primer Duelo, obra de William-Adolphe Bouguereau, un óleo sobre tela de 203 por 252 centímetros realizado en 1888, que se encuentra en el Museo Nacional de Buenos Aires, nos refleja el despertar de la tristeza.





Es realmente un cuadro que es imposible admirar, sin sentir el profundo impacto emocional del sentimiento de la desolación y la tristeza, en la observancia del lamento y el desconsuelo ante la muerte del hijo. El drama que describe el Génesis, se adosa a la Humanidad desde que el hombre es hombre, y mata y asesina a veces por el placer de hacerlo, y a veces, como ocurre en este caso, por la irreprimible y violenta ira de los celos.

Las luces y las sombras que llenan la pintura, casi se mezclan con el devastador descubrimiento de la frivolidad de la criatura humana, que ha aprendido a no soportar la admiración por la entrega sin límite de lo mejor que puede dar un hermano, un amigo, un coexistente de esa especie que crea y destruye a la vez la naturaleza de la que se alimenta, el amor, un amor ya olvidado desde los primeros tiempos de la creación.

Al atardecer, el cuerpo de Abel, yace inerte en el regazo de Adán. Pálido, pero irradiando la belleza enaltecida por esa misma lívida palidez alba de la muerte, da cara a un cielo gris, poblado de densas nubes en la que se entremezclan al fondo de la imagen los humos de la hoguera en el altar de la ofrenda elevada por Abel en honor de Dios, ese mismo Dios que desterró a su fratricida hermano. El contorno claro rosáceo de Eva, casi de marfil, contrasta con la cobriza piel de Adán, cobijando con su brazo diestro a Eva, mientras que con el izquierdo se aferra, casi que aprisiona su propio corazón, en la más trágica impresión que descubre por primera vez el verdadero sentimiento de la aflicción y el sufrimiento.

La conmiseración y el desconsuelo de Eva, postrada de rodillas, le hacen rememorar a Adán aquel pecado original que los condenó para siempre a conocer el sabor de la angustia que carga la muerte. No hay dolor más intenso, se trasluce en el pensamiento de Adán ante los lamentos y el llanto de Eva, que oculta su rostro como queriendo esconder la cruda realidad de ver a un hijo muerto, en manos de otro. La mirada perdida de Adán, rememora que de la costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dios dijo entonces a Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada, y le dio primero estos dos hijos, el innombrable, y el yaciente, y su recuerdo se amarga en aquella primera mujer que Dios creó con Adán, Lilith, pues a Eva la creo de su costilla. Lilith, que abandonó el paraíso para convertirse en un demonio, quizás, fue la que tentó a Caín, en venganza de su antiguo compañero.


El bello cuerpo de Abel, del que parece emanar un brillo propio y principal, esconde cualquier signo de la violencia de su muerte, excepto un pequeño charco de sangre derramada en el suelo. Los tonos ocre de tierra y gris del entorno dramatizan la escena con más crudeza si cabe, un paisaje en el que no aparece el drama del arma asesina, una quijada. La representación del conjunto obliga de nuevo a fijar la mirada en el plano horizontal del cuerpo de Abel, dentro de un paisaje desolador y triste, un cuerpo que, a no ser porque mantiene los ojos abiertos, parece profundamente dormido en el sueño eterno de los justos, en un escenario en el que la línea lúcida del horizonte al fondo, en perspectiva, casi marca la separación entre el bello cuerpo de Abel, y sus padres, pero al mismo tiempo, también marca la unión en la manera más armónica que la belleza de la imagen permite, representando un drama tranquilo, y lleno de silencios.


Más allá de esa línea del horizonte, la imaginación nos permite ver a Caín, condenado a vagar por la tierra, apartado de su origen, para buscar el asiento en la ciudad de Enoc, a la que pondrá el nombre de su primogénito, y donde llevará para siempre la carga de la conciencia como marca de su maldición. Las lágrimas de Eva, riegan un suelo del que ya jamás, volverá a brotar el fruto. El borrascoso cielo es el anuncio del aciago desenlace, que condena para siempre al más horrible de los pecados de la Humanidad.


Aingeru Daóiz Velarde.-

lunes, 29 de marzo de 2021

LA BATALLA DE VILLARREAL DE ÁLAVA. LA HISTORIA MÁS OCULTADA POR EL NACIONALISMO VASCO.

 

LA BATALLA DE VILLARREAL DE ÁLAVA. LA HISTORIA MÁS OCULTADA POR EL NACIONALISMO VASCO.



En diciembre de 1936, 9000 “gudaris” fueron incapaces de derrotar a 600 soldados nacionales y requetés en Villarreal de Álava, sufriendo además enormes bajas(casi 700 muertos).En el verano de ese año, el gobierno de la República había concedido el Estatuto vasco, nombrando “lehendakari” al dirigente del PNV José Antonio Aguirre cuyo territorio se reducía a Vizcaya, después de que Álava y, por supuesto, Navarra, se hubiesen unido al Alzamiento y Guipúzcoa fuera conquistada por las Brigadas de Requetés carlistas navarros en el mes de agosto.




Ante la pasividad del gobierno central republicano de Largo Caballero, Aguirre organizó el “Ejército de Euskadi”. Los llamados “gudaris”, poniendo a sus órdenes a los oficiales del ejército republicano y formando casi 40 batallones con militantes de partidos nacionalistas vascos y también de los partidos del Frente Popular. Este ejército estaba en teoría coordinado con el ejército republicano del Norte pero en la práctica Aguirre lo dirigía a su gusto ayudado por 3 oficiales de su confianza, los capitanes Ciutat, Montaud y Arambarri.

A finales de año Aguirre y sus ayudantes organizaron una gran ofensiva de su flamante “Ejército”, convencidos de que obtendrían un enorme éxito. 29 batallones de gudaris con 18.000 hombres en total se lanzarían contra la casi desguarnecida por los nacionales, provincia de Álava y tras conquistarla irrumpirían en la provincia de Burgos. Si hubiera tenido éxito el daño sufrido por los nacionales en su dispositivo militar hubiera podido ser enorme.


A las 7 de la mañana, apoyados por la artillería, los batallones vascos comenzaron el avance y los 2.900 soldados nacionales que cubrían la línea entre Uzkiano y Arlaban en pequeños destacamentos fueron sorprendidos por el empuje de más de 15.000 milicianos y gudaris, que consiguieron romper el frente entre Murua y Nafarrate, y unos 9.000 hombres del Ejército vasco siguieron hacia adelante, pero quedaron estancados frente a Villarreal. De mientras, la columna Ibarrola conseguía hacerse con el control de la carretera Vitoria-Arrasate en las cercanías de Leintz-Gatzaga, pero no pudo tomar Isuskitza y Arlaban.


El punto de penetración clave era la localidad de de Villarreal de Álava (Legutiano en vascuence), que guarnecida únicamente por 639 soldados era el único obstáculo para alcanzar Vitoria. 9000 gudaris con blindados y artillería atacarían Villarreal.


El 30 de Noviembre comenzó la ofensiva, conquistando algunos pueblos. El día 1 de Diciembre los gudaris atacaron Villarreal pero sus defensores, 639 soldados de los batallones de Flandes, San Marcial y Requetés alaveses mandados por el teniente coronel D. Ricardo Iglesias, presentaron una resistencia feroz. El Teniente Coronel Iglesias animaba a sus hombres diciéndoles “La situación es muy difícil pero hay que luchar hasta el final. Confianza en Dios y resistir hasta morir, salvando a España”. Villarreal fue atacada con todo los medios disponibles, incluyendo blindados y aviación, pero su guarnición consiguió rechazar todos los ataques.




Los militares de Vitoria, al mando del general Solchaga, se hicieron cargo de la gravedad de la situación, pero apenas pudieron enviar refuerzos y se centraron en planificar el socorro de Murua y Villarreal, que contra todo pronóstico consiguió sostenerse a lo largo de toda la jornada, y eso que había sido catalogada de indefendible desde el primer momento al estar ocupadas por el Ejército Vasco todas las alturas que circundan la villa salvo el pinar de Txabolapea. La toma de Txabolapea al día siguiente pareció sentenciar a la guarnición de Villarreal, que recibió el permiso de abandonar la posición, pero su jefe, el teniente coronel Iglesias, decidió aguantar con la intención de retrasar la caída de Vitoria y permitir la llegada de refuerzos de Logroño y Burgos, algo que Mola no autorizaría hasta días más tarde.





La ofensiva estaba estancada y, a pesar de que el propio lendakari Aguirre decidiría supervisar las operaciones personalmente, el plan volvió a sufrir otro revés el día 2 cuando los de Alonso Vega desalojaron a las tropas vascas de Txabolapea, aliviando la precaria situación de los defensores de Villarreal. Los combates por la posesión del pinar, en los que se llegó al cuerpo a cuerpo, fueron los más dramáticos de la ofensiva y ambos bandos sufrieron numerosas pérdidas. Más al Este tampoco se consolidaba el terreno ganado, pues no se consiguió tomar ni Murua ni Cestafe, al igual que Arlaban, donde también fueron rechazados.


Los días 3 y 4 de diciembre la guarnición de Villarreal, a pesar haber sufrido continuos bombardeos artilleros y de aviación, rechazó todos los asaltos, que perseveraban una y otra vez en los mismos errores al no desplegarse correctamente sobre el terreno, lanzándose al asalto en masa sin ninguna coordinación, siendo presa fácil del fuego de ametralladora; pero así y todo, las tropas vascas consiguieron llegar en varias ocasiones hasta los parapetos, aunque en el último momento no supieron explotar su superioridad para llegar al casco urbano, donde requetés y soldados estaban literalmente enterrados entre escombros, sin posibilidad de evacuar las bajas y prácticamente sin alimentos ni municiones. Ante la dura resistencia y las grandes bajas, la moral de los gudaris se vino abajo a pesar de que su superioridad numérica era abrumadora. La enérgica defensa dio tiempo al general Mola a organizar una columna de socorro al mando del coronel Camilo Alonso Vega que liberó el pueblo ese mismo día 3, retirándose los gudaris, aunque aún hubo combates menos intensos hasta el día 24.


Ante la gravedad de la situación, el Estado Mayor vasco decidió activar la columna de Amurrio el 5 de diciembre, pero su ataque fue rechazado tras cinco días de combates. Ello ocasionó que la columna de Alonso Vega, reforzada con unidades llegadas de Logroño, Burgos y Zaragoza, pasase a la ofensiva en Nafarrate a fin de empujar a los republicanos hacia sus puntos de partida, pero fracasó en todos los intentos y hubo de retirarse a Vitoria con grandes pérdidas, no pudiéndose reorganizar hasta el día 8 en que, finalmente, consiguió tomar Nafarrate. Entre los días 9 y 11 las operaciones se detuvieron por el mal tiempo, aunque la causa principal fue la falta de reservas para seguir combatiendo tras el desgaste sufrido por ambos bandos.





A pesar de que la ofensiva vasca se dio por perdida sobre el día 5, o incluso antes, se ordenaron nuevos ataques sobre Villarreal los días 12, 18 y 21 de diciembre, siendo todos ellos rechazados. Debido al estado que presentaba la población tras los continuos bombardeos, algunos periódicos empezaron a llamarla "Villarruinas". Finalmente, el 23 de diciembre los "nacionales" recuperaron la localidad de Elosu y ya se puede dar por concluida la batalla.


Las bajas de los gudaris fueron enormes, según sus propios documentos, alrededor de un millar de muertos y casi 4.000 heridos. Las bajas de los nacionales fueron mucho menores, solo 31 muertos y 224 heridos en el mismo lugar de Villarreal.


Esta es la historia que más oculta el nacionalismo vasco. Esta derrota vergonzosa y casi catastrófica si fuera más conocida podría hundir el mito de los gudaris y del “lehendakari” Aguirre.


El desastroso balance, al tiempo que debilitaba a las tropas atacantes, supuso un duro golpe en la moral del Eusko Gudarostea y un afianzamiento de la posición sublevada que con la incorporación de nuevos voluntarios igualara la capacidad militar del bando republicano. Las tropas defensoras había mostrado no solo una gran valentía individual, también una buena capacidad organizativa y previsión de las distintas estrategias tomando posiciones elevadas y manteniendo su apoyo y comunicación haciendo frente a todo un ejército, en lo que sería la única y fallida operación del Ejército de Euzkadi.


Fuentes:


 Nueve meses de guerra en el norte. Monografías de la guerra de España José Manuel Martínez Bande.



La batalla de Villarreal de Álava. Josu Aguirregabiria Parras

Rafael María Molina Sánchez. Historiador



Somatemps.me



LA BATALLA DE VILLARREAL. JOSU MIRENA AGIRREGABIRIA.. diario DEIA.












domingo, 21 de febrero de 2021

PIGMALIÓN Y GALATEA

 

PIGMALIÓN Y GALATEA

En su obra ‘Metamorfosis’, en su libro X,  Ovidio recrea el mito de Pigmalión y Galatea. Esta leyenda habla de un Rey de Chipre, que además de sabio y bondadoso, era un apasionado escultor que buscó durante años una mujer para contraer matrimonio, con una única condición: debía ser la mujer perfecta. Gastaba gran parte de su tiempo en crear hermosas esculturas y a menudo se quedaba hasta tarde trabajando en ellas, lo cual inquietaba a sus súbditos quienes veían como a menudo su rey gastaba su tiempo libre en sus obra sin encontrar tiempo para buscar esposa y así poder traer descendientes. Al no encontrarla, modeló una estatua   que la recreara y fue tan bella que se enamoró perdidamente de ella. Tal era su anhelo hacia la estatua que rogó a los dioses para que la escultura cobrara vida y poder amarla como a una mujer real. Afrodita, al ver la profundidad de su deseo, decidió complacer al escultor y darle vida, convirtiéndose en su amante y compañera.




La historia, sigue de ésta manera...Durante mucho tiempo Pigmalión, el Rey de Chipre, había buscado una esposa cuya belleza correspondiera con su idea de la mujer perfecta. Al fin decidió que no se casaría y dedicaría todo su tiempo y el amor que sentía dentro de sí a la creación de las más hermosas estatuas.

El rey osó enfrentarse al amor al asegurar que no iba a enamorarse de nadie que no fuera perfecto, puesto que no encontraba en ninguna de ellas lo que buscaba, y vivió en soledad durante mucho tiempo. Cansado de la situación en la que estaba, empezó a esculpir una estatua de mujer con rasgos perfectos y hermosos, a la que a menudo hablaba desde los cimientos de su creación, para infundirle el alma que buscaba. Así, realizó la estatua de una joven,  tan perfecta y tan hermosa que se enamoró de ella perdidamente. Soñó que la estatua cobraba vida. El rey se sentía atraído por su propia obra, y no podía dejar de pensar en su amada de marmol piedra, de forma que la trataba con mucho amor y cariño, como si fuese un ser vivo, hablaba con ella todas las noches, la besaba y abrazaba, con mucha atención y mimos cuidaba de su bella creación. La vestía y la desnudaba, la palpaba con sus manos con suavidad de caricia, la imaginaba tierna y delicada, amable y cariñosa,  pero el mármol helado sólo le hacía aumentar más y más el deseo, junto a la  ingrata desesperación, por haberse enamorado  Se había enamorado irremediablemente de aquella estatua, a la que jamás podría sacar el calor de la pasión, y traspasar el umbral del amor en aquel  cuerpo inerte y frío.



En Amatonte, ciudad en la que vivía Pigmalión, en una de las grandes celebraciones en honor a la diosa Afrodita que se celebraba en la isla, Pigmalión suplicó a la diosa que diera vida a su amada estatua. La diosa, que estaba dispuesta a atenderlo, elevó la llama del altar del escultor tres veces más alto que la de otros altares. Pigmalión no entendió la señal y se fue a su casa muy decepcionado. Al regresar a casa, con pasos pesados se adentró en el alboroto de piezas engendradas de la imaginación,  que permanecían en resguardo hasta encontrar una galería más decente que decorar. Su obra maestra estaba en el centro del estudio, soberbia y magnífica, Pigmalión no encontraba falla alguna en la mujer que había raspado de las entrañas de la piedra, y la contempló durante horas...era su amor imposible, su amor platónico diría, su deseo más allá de la vida y la muerte, una escultura de la diosa Afrodita, a la que llamó Galatea. En un arrebato de éxtasis por la perfección de la figura, el escultor se lanzó a besarla. En ese instante, sintió los labios de piedra humedecerse, y el peso del material poco a poco se hizo de carne, enamorándose perdidamente de su creador. Afrodita terminó de complacer al rey concediéndole a su amada el don de la fertilidad.





Hay que aclarar un concepto, y es que el relato de Ovidio, refiere a la Diosa Venus, pero la razón es que Ovidio era un poeta romano, y Venus es la diosa del amor en Roma, pero resulta que en Chipre, a quien se venera como Diosa del amor venida de la mitología griega, es Afrodita.


El Efecto Pigmalión es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otra afectan de tal manera a su conducta que esta última tiende a confirmarlas, es decir, según un estudio de Rosenthal y Jacobson en 1968, llamado Efecto Pigmalión, si tratas a una persona no como lo que es, sino como lo que podría llegar a ser, probablemente esa persona mejorará más favorecido por ese efecto.




Por otro lado, de este mito también surge el Efecto Galatea el cual plantea que cuanto más convencidos estemos de nuestra capacidad para alcanzar una meta, más probable será que la logremos. Lo interesante de esta conducta es que opera a nivel interno y externo: es decir, que se proyecta a otros. Si estamos convencidos de que somos capaces, es más probable que alimentemos esa actitud en los demás y viceversa.


La ciencia actual (ciencia cuántica) sugiere la existencia de muchos futuros posibles para cada momento de nuestra vida. Cada futuro se encuentra en un estado latente hasta que lo despertamos gracias a las elecciones que realizamos en el presente.

Con todo lo visto podemos decir que cuantas más personas pongan su atención en una realidad concreta más posibilidades de que se materialice existen. Si creemos firmemente que algo ocurrirá, hay muchas posibilidades de que ocurra.

El efecto Pigmalión y el efecto Galatea nos pueden apoderar o nos pueden limitar, según sea la creencia en la que se basen. Así, estos efectos se consideran positivos cuando la creencia nos motiva y apodera para alcanzar nuestras metas. Estos mismos efectos se consideran negativos, cuando nos limitan y nos alejan de nuestros objetivos.




Pigmalión y Galatea, es más que una historia de amor, es sin duda, la culminación de un deseo, de una caricia del destino, que surge desde el más allá de los sueños, esperando que se haga realidad con el poder de las palabras dichas al mismo tiempo que late el corazón en deseo febril, en un estado de perfecta sincronía entre la avidez y la realidad, más allá de una cuarta dimensión que no logramos entender allende la fantasía de jugar a imaginar. La profecía, se encuentra en ese rincón apartado entre el espacio tiempo, donde la diferencia de edad no importa, ni la del tiempo nacido altera el sentido del sentimiento, donde no se permite ser una poesía no escrita ni recitada, ni una escultura sin terminar, una sinfonía inacabada, ni un óleo inconcluso, o una frase de un te amo sin sentimiento, o lo que es peor, una sonrisa que se pierde para siempre en el anhelo de la imaginación, en un abrazo en la distancia de un secreto, cuyo camino concluye tras el trayecto de los pasos de la sinrazón, o un te quiero en los labios sin pronunciar, en una frase escrita con el calor de una lágrima, cuya tinta indeleble es imposible de olvidar. De la magia de dos manos, un martillo y un cincel, despierta de  la  blanca piedra una mujer dormida en el lecho de la fantasía y la intensidad de la obsesión, pues, habiendo nacido rey, nada le quedaba por alcanzar si no el más puro de los sentimientos provenientes de su propia creación, o lo que es más, de su misma conciencia, pues nadie había a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

Aingeru Daóiz Velarde.-










domingo, 24 de enero de 2021

SALVADOR DALÍ, LA MUERTE VOLUPTUOSA, Y UN MISTERIOSO FINAL.

 SALVADOR DALÍ, LA MUERTE VOLUPTUOSA, Y UN MISTERIOSO FINAL. 


La genialidad extravagante y por momentos tortuosa de Dalí se hizo patente en In Voluptas Mors, una escultura viviente en la que el genio surrealista hizo una especie de conjunción, uniendo la muerte con la vida, en incluso una cópula entre el cuerpo y el espíritu. Su personalidad, era de un carácter egocéntrico, narcisista y extravagante, con una vida fuertemente marcada por la existencia de un Salvador Dalí anterior a él, su hermano, Salvador Gallo Anselmo Dalí, fallecido a los 2 años por meningitis, lo que le generó una inestabilidad emocional, sobre todo al tener que llevar de pequeño flores a una tumba con su nombre. Nació doble, con un hermano de más, al que tuvo que matar para ocupar su propio lugar, y su propio derecho a la muerte, pero también obsesionado con la sexualidad. su padre fue quien le generó miedo y rechazo a tener relaciones con mujeres, buscando prevenirlos de los peligros que implican las relaciones sexuales, y al poco de morir su madre, su padre se casó con la hermana, su tía, lo que supondría la clausura de su infancia y primera adolescencia, para convertirse en un hombre en el que el mito y la realidad se entremezclan hasta confundirse. Obsesionado con el sexo, por el que nunca perdió el interés, su inclinación por el mismo fue casi enfermiza, vivía inundado de fantasías sexuales infantiles ya que el curso por las etapas del desarrollo psicosexual sufrieron grandes perturbaciones. 





Onanista de toda la vida, es decir, que practicaba a menudo la masturbación, tímido e inhibido para la relación heterosexual plena, solo se complacía con la observación de lo erótico sin embargo su genialidad y arte le permitieron sublimar su frustración, trasladando al lienzo todo su drama interior. En un cuadro que se exponía en París, el joven Dalí había escrito que escupía sobre un retrato de su madre para entretenerse. Su padre, enfadado, le pidió públicamente que se disculpara, a lo que el pintor se negó. Su progenitor le desheredó, y él respondió con un preservativo usado acompañado de una nota en la que decía: “Ya no te debo nada”.

La pieza, titulada literalmente Muerte voluptuosa, fue creada con siete modelos femeninas que fueron expertamente guiadas para alcanzar en conjunto la silueta de un cráneo; la cabeza de un muerto, en la que sin embargo, se aprecia un delicado placer. Líneas frías y blancas horadadas por la negra oscuridad de los orificios de la cara y a un lado Dalí, el hechicero y dandi, el mago de la muerte, el observador del sexo, cuyo enigma del deseo, según él, era su madre, como un juego lúgubre que rechazaba lo convencional y lo establecido.
 

Dalí trabajó con el fotógrafo Philippe Halsman para crear estas imágenes de una pintura viviente. Para llegar a la definición del cráneo se necesitaron unas 3 horas de arreglo posicional siguiendo un dibujo de Dalí. No obstante, lo fascinante de esto es que parece ser una nueva versión de una visión previa. En su juventud Dalí frecuentó mucho los burdeles y aprendió mucho de su convivencia con prostitutas y matronas, compartiendo jovialmente con ellas. En una ocasión, Dalí tuvo un sueño enigmático de una forma geométrica; en su locuacidad, para poder asir esta figura, la dibujó, pero haciendo una torre humana de prostitutas con las que trazó el enigmático símbolo.





Lo que al principio puede parecer un mero ejemplo de memento mori, que en latín nos recuerda que tenemos que morir, es en realidad una fusión más compleja o interacción entre las nociones de sexo, amor y muerte.


La representación se basa en la tradición simbólica del vanitas que en latín significa que literalmente vacío de sustancia, un estilo artístico que sirvió como un recordatorio de la fugacidad de la vida, la insignificancia del placer, y la certeza o la inevitabilidad de la muerte. 

Lo que es inusual aquí, es la incorporación del voluptas o voluptuosidad, expresada a través de los desnudos femeninos, ya que "voluptas" es un personaje de la mitología griega, hija de Eros y Psique, y la diosa de la "voluptuosidad", dentro de la estructura física constitutiva del símbolo del vanitas en sí mismo, el cráneo humano, símbolo final de la vanidad del hombre. 

La imagen presenta una fusión del eros, amor erótico o sexual, según se mire, y el thanatos, la muerte, en un solo objeto que, literalmente, representa el encuentro del amor en la reencarnación después de la voluptuosidad de la muerte. 




Ahora, viene la sorpresa final, que muchos o casi nadie conoce…¿Se acuerdan del cartel promocional de la película EL SILENCIO DE LOS CORDEROS? Sobre los labios de la actriz Jodie Foster había una mariposa, la cual tenía una curiosidad, porque resulta que no es una MARIPOSA común, ya que en efecto, la calavera que figura en el lomo de estas polillas ha sido sustituida en la imagen por unos cuerpos desnudos femeninos que conforman un cráneo que acabamos de conocer… Se trata de 'In voluptas Mors', la misma fotografía concebida por Salvador Dalí en 1951 en colaboración con el fotógrafo de Magnum Philippe Halsman.



Esta mariposa nocturna es un insecto de por sí simbólico, llamado también esfinge de la calavera. En El Silencio de los Corderos, Clarice y Hannibal son los protagonistas principales que mueven los hilos de una trama llena de enigmas y de secretos, donde aparece Clarice como la poseedora de las virtudes del ser humano, y Hannibal Lecter como una especie de Caronte, guardián del infierno, que guarda secretos oscuros. A esto hay que conectar el significado de la mariposa de la especie de las Acherontia atropos, es decir Aqueronte, el río que separaba el mundo de los vivos del mundo de los muertos. La historia del doctor Hannibal Lecter se contó antes en una novela de 1988 con el mismo título, del escritor Thomas Harris. En una visión particular y diferente, posiblemente Hannibal Lecter pueda representar mejor el papel del Ángel caído, o el Ángel de la Justicia, el desheredado de Dios por actuar sin su consentimiento, y que en realidad desea mostrarnos otra actitud del alma. La verdadera justicia consiste en dar a cada uno lo suyo y en hacer justicia a todos y cada uno de los seres humanos.



Durante una investigación, Clarice Sterling, la detective, quiere obtener información del Dr. Hannibal Lecter sobre un asesino en serie que anda suelto. Pero el doctor Lecter solamente va a dársela si ella le cuenta a cambio algo personal. Ella le acaba relatando que soñaba con el sonido de los corderos chillando al ser sacrificados, debido a un episodio de su infancia. Cuando hay silencio, es porque han muerto. Si han visto la película y la escena de la jaula del final, entonces saben a qué se refiere Lecter cuando le pregunta a Clarice si los corderos han dejado de chillar.




El sexo, la ofuscación y la muerte, historias y una misma consecuencia, el erotismo de una imagen como una fiera que despedaza el alma de su presa, la sosegada comparación de un mar en calma que de pronto, enfurecido por las promesas incumplidas, se levanta encolerizado y hace naufragar en las tinieblas de su profundidad al amor, que yace dormido en los brazos de la muerte, y una barca de Caronte que lleva a bordo el precio de los que han amado a su destino final, el Hades, el inframundo, la oscuridad del silencio, navega a golpe de remo de aquel que había nacido en un tiempo tan antiguo, que no existe memoria posible para recordarlo. A la vez, la neblina se emulsiona con el vuelo entre las brumas de la mariposa de la esfinge de la muerte, aquella que disfruta asaltando los panales de la miel antes que buscar el néctar de las flores del amor. Mientras, Átropos, una de las personificaciones del destino, corta el hilo de la vida en los labios de la inocencia, al tiempo que su hermana Estigia, decide la longitud de la misma sin tener en cuenta la razón y el sentimiento de la simple ternura. 



Las lágrima de Eros arden en un mundo cercado por la animalidad, donde la intensidad del apetito encuentra la imagen de su irracional libertad, en el que la violencia humana ya no puede volverse hacia atrás en un arrebato de la inconsciencia. El camino de la transgresión entre lo permitido y lo prohibido se confunde arrebatando la razón del amor, y culpando al erotismo del caos, y la génesis del sin sentido. Psique, la mariposa del soplo, del aliento, del ánima, exhala un último suspiro desesperado, tras atravesar una fase de aparente inmovilidad cercana a la muerte, y renace casi mágicamente bajo la forma de insecto alado con dotes de bailarina, de una belleza extraordinaria levantando los celos de Afrodita, y de la Acherontia, la mariposa de la muerte, y es condenada a morir devorada por las fauces del espantoso monstruo del deseo carnal viciado por el desamor, pero ya es tarde, porque el aliento de la pasión de Eros, y la mágica danza de Psique, apagan el fuego libidinoso del vicio, para convertirlo en la sístole y la diástole, los compulsivos movimientos del corazón, y crear en el amor, la ternura galante de la devoción. 



El silencio, no de los muertos, sino de los que van a morir, es la música de fondo del destino de aquel que sin amar, busca el encuentro de eros en el sexo, cuyo sabor, en realidad, amarga el paladar del hado del eterno sentimiento que es capaz de vencer a la agonía del olvido. Una moneda bajo la lengua, es el pago del usufructo de un viaje cuyo confín, separa el mundo de los muertos, del sinsabor de un mal amor, ante la fría mirada impasible del color de un espejo. 

Aingeru Daóiz Velarde.-




















domingo, 17 de enero de 2021

EL LIBRO QUE PREDIJO EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC, Y UNA CONSPIRACIÓN FINAL.

 EL LIBRO QUE PREDIJO EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC, Y UNA CONSPIRACIÓN FINAL. 



El trasatlántico más famoso de todos los tiempos, el Titanic, debe su fama a su tragedia. A la que vivió el 14 de abril de 1912 cerca de las costas de Nueva York. En la catástrofe murieron 1.500 personas por el choque del buque con un iceberg que se encontró en la trayectoria de navegación debido a la falta de medios más avanzados por prever lo que podría encontrarse en la ruta.




Pero esa es la historia oficial que todos conocen. Lo que poca gente sabe es que el hundimiento del Titanic, el barco supuestamente insumergible, se produjo ya en la literatura década y media antes. Fue en un libro de 1898 escrito por Morgan Robertson en el que vaticinaba el hundimiento de un barco de similares características a las del Titanic y que para más señas se llamaba Titan. 


Las coincidencias entre ambos barcos van más allá de su nombre. Los dos parten desde el muelle de Southampton en abril, los dos son calificados de insumergibles y por supuesto ambos chocaron contra un iceberg. La novela en cuestión se llama ‘Futility, or the Wreck of the Titan’. La historia es protagonizada por John Lee Rowland, quien es un exteniente de la Marina Real, alcohólico y ha caído a los niveles más bajos de la sociedad. Despedido de la Marina comienza a trabajar en el Titán. El barco se hunde poco antes de la mitad de la historia. Después del naufragio Rowland salva una niña y salta al iceberg con ella; al final, son rescatados por un buque.





Las similitudes entre uno y otro barco van más allá de lo que pueda imaginarse. Como ya hemos dicho ambos naufragaron en su viaje inaugural; ambos fueron calificados por sus constructores como insumergibles e indestructibles; ambos tenían un tamaño muy parecido: 267 metros el real y 244 metros el imaginario; los dos portaban tres hélices y dos mástiles; en ambos casos también se había utilizado en su construcción un sistema de compartimentos estancos semejante; los dos emprendieron su primer y único viaje en abril; el Titanic tenía 20 botes salvavidas por 24 del Titán y en ambos casos su capacidad apenas servía para acoger a la mitad del pasaje; el primero golpeó con el iceberg cuando viajaba a una velocidad de 23 nudos, mientras que el segundo lo hizo a 25; ambos se hundieron aproximadamente 600 kilómetros al sur de Terranova.


También existían, todo hay que contarlo, algunas diferencias entre las dos tragedias, fundamentalmente tres: el Titanic golpeó el iceberg en perfectas condiciones de navegación, mientras que el Titán lo hizo en condiciones climatológicas adversas; en el primero se salvaron 711 personas y en el segundo apenas 13; el barco real navegaba de Europa a Estados Unidos, mientras que el literario lo hacía en sentido inverso. Son muchas las similitudes que existen entre la novela poco conocida de Morgan Robertson con la tragedia real ocurrida años después, y aunque no se trate más que de una impresionante coincidencia, al final la realidad terminó imponiéndose en el registro histórico y la cultura popular.




Pero no termina aquí la cuestión… Resulta que en 1914, publica una novela que anticipa, de alguna manera, el enfrentamiento posterior entre Estados Unidos y Japón en la Segunda Guerra Mundial, con ataque sorpresa de los japoneses a territorio norteamericano incluido, y final con bomba atómica, al menos para quienes interpretan así cierta explosión descrita por el autor al final del libro… La novela se titula Más allá del espectro, pronóstico de una futura guerra entre Estados Unidos y Japón, incluyendo un ataque furtivo de los japoneses. La historia coincide con el enfrentamiento de USA y Japón en la Segunda Guerra Mundial y el ataque a Pearl Harbor por parte de ese país asiático, hechos ocurridos años después de la publicación del libro.


Morgan Robertson Fue un oficial estadounidense de la marina mercante, además de escritor y posible inventor del periscopio. Las predicciones de Robertson recuerdan mucho a las de las novelas de Julio Verne, asociadas con algunas teorías de la conspiración, tales como que el iceberg aquél fue puesto en el camino del buque a propósito, y que la intención fue, desde el principio, hundirlo para robar el oro que llevaba dentro…


Lo que está claro, es que no hay nada más excitante para las imaginaciones futuras que una gran catástrofe de las dimensiones metafóricas del Titanic, la primera gran catástrofe técnica del s. XX, que, como pudo aventurar Robertson , no sabemos por qué medios, estaba a punto de de adentrarse en una nueva edad oscura, de un siglo lleno de tragedias.


¿Quién sabe si Robertson, como tantos otros visionarios del pasado siglo, no fue víctima también de una conspiración?...La razón es que Morgan Robertson acabó suicidándose en la solitaria habitación de un hotel, concretamente el Alamac en Atlantic City, Nueva Jersey, Estados Unidos. Para conspirar un poco más, diremos que en principio la causa de la muerte se debió a una ingesta de sobredosis de yoruro de mercurio, y más tarde, cosas de la conspiración, su muerte fue determinada por una causa de enfermedad cardiaca.