miércoles, 28 de abril de 2021

FRANCESCA DA RIMINI Y PAOLO MALATESTA. LA TRAGEDIA DE UN IDILIO.

FRANCESCA DA RIMINI Y PAOLO MALATESTA. LA TRAGEDIA DE UN IDILIO.

La historia de Paolo Malatesta y Francesca da Rimini, contemporáneos del propio Dante fue real, y a diferencia de otros famosos idilios literarios acabados de forma malhadada como Romeo y Julieta de William Shakespeare, París y Helena de Troya en la Ilíada de Homero o Tristán e Isolda, incluida en el ciclo artúrico, la historia de Francesca y Paolo sucedió en Rimini, en la segunda mitad del siglo XIII, y del cual se tuvo conocimiento público en toda Italia, dada la jerarquía de los personajes, ya que Giovanni Malatesta, llamado también Gianne el cojo, o Gianciotto, debido a una malformación de nacimiento, era un Condottiero, una especie de Capitán de mercenarios al servicio de una de las ciudades Estado italiana, y ocupaba a su vez un cargo noble. 

Al parecer, no era un hombre demasiado agraciado ni física ni personalmente, y de un carácter enérgico, con fama de hombre sanguinario, autoritario y vengativo. Los Malatesta eran una poderosa dinastía que había creado poder y fama al apoyar anteriormente al Papa contra el Emperador en las guerras medievales de Italia, y Francesca fue una noble italiana, y cuentan las crónicas y los archivos que era la hija del "condottiero" Guido da Polenta, el jefe de la familia gobernante en Ravenna, y cuando todavía era una niña, se arregló su matrimonio por intereses políticos con Giovanni Malatesta que, junto con su hermano Paolo, había combatido para la familia Da Polenta en la guerra contra la familia rival Traversari por el control de la ciudad.


Al parecer, Francesca se había casado por mandato, una práctica muy común en aquella época, y Francesca se había enamorado de Paolo ya el día de su boda. Y más tarde, según ella misma le cuenta al poeta en su paso por el segundo círculo del infierno, allá donde se encuentran los adúlteros, cayó en brazos de su cuñado después de leer ambos "Lancelote", una novela caballeresca popular también en aquella época…



Leían y se miraban, se miraban ya casi sin leer, pues el color de la razón iba más allá del relato, justo en aquel rincón del corazón donde la palabra deja paso al silencio, y éste, a la mirada, una mirada ya apartada de la lectura, donde el roce de una mano con la otra, enciende la pasión reprimida casi sin quererlo, sin poderlo evitar, dando paso al desbocado sentimiento que desborda la pasión, y un estremecedor escalofrío recorrió sus cuerpos por primera vez, en un recóndito e intenso beso, donde la tristeza y la angustia se desvanecen en una neblina de ensueño y sensaciones donde las emociones despiertan la sensibilidad del amor. Un beso apasionado, casi desenfrenado, provocó un vuelco en sus corazones, acelerando el vuelo de esas mariposas en el interior, con el único sonido de fondo de un suspiro a la luz del atardecer…


Los encuentros velados se repitieron más veces, hasta que un día llegó la fatalidad, y yaciendo desnudos acompañados por los susurros que florecen después de la melodía inspirada por el sentimiento, son descubiertos por Giovanni, que de inmediato, y con su espada, de un solo golpe, los atraviesa en el lecho.


El acontecimiento fue tan escandaloso que Dante lo incluyó en su Divina Comedia, compuesta alrededor del año 1300, lo cual significa que, más de quince años después de la tragedia de Francesca y de Paolo, el tema todavía despertaba pasiones, y la historia de los dos desafortunados amantes, hecha inmortal por Dante en un famoso canto del infierno, es uno de los temas más explotados en la pintura del siglo XIX.









La pintura anterior, es obra de Ary Scheffer, un artista francés de origen holandés, quien realizó una docena versiones sobre los amantes, ya que al parecer atravesaba problemas económicos importantes, y este tema era bastante solicitado. La primera versión se encuentra en la Colección Wallace y es de 1835. La tercera es la versión que nos atañe, ubicada en el Museo del Louvre en París, y es la que de mayor tamaño se conoce, y ciertamente, no resulta fácil escapar del sentimiento y la culminación erótica que transmite, y no deja insensible al espectador, donde nos muestra a Francesca desnuda, embelesada, adosada al frente de Paolo, su amante. El artista representa la escena en un iluminado claro, situando casi en diagonal de la obra a ambos amantes llenándolos de luz, mientras que por el contrario, escondidos entre las sombras del cuadro, se encuentran Dante y la expresión de la razón, Virgilio, observando con atención la escena de amor carnal y pasión que se está llevando a cabo frente a ellos. La iluminación se centra mayormente en el rostro de Francesca que abraza a su amado y en la herida mortal de Paolo, más que la de Francesca, y lo representa de frente, con el rostro extasiado por el placer, y con la mano derecha, sostiene el codo de su amante, Francesca, y ambos, envueltos en un lino de color blanco que hace resaltar la escena, una escena en la que el sentimiento deja paso a la muerte y al castigo del infierno, arrastrados por la violenta tormenta de la oscura eternidad.

El nombre completo es Las sombras de Francesca da Rimini y de Paolo Malatesta apareciendo a Dante y Virgilio. (1840).
Ary Scheffer, Óleo sobre lienzo. Museo de Louvre, París, Francia.

Cabría, quizás, un comentario final que juzgue el fatal acontecimiento, ya que en la representación de la imagen, ambos, Dante y Virgilio, se encuentran a la pareja castigada por dejar que su pasión prevalezca sobre la razón…¿Cuál sería entonces la razón, si la pasión es silenciada por un acuerdo de interés político, dejando de lado el sentimiento que mueve a la Humanidad? La criatura humana, cuya frivolidad es propensa a juzgar, juzga por encima del sentimiento, y lo hace casi siempre sin tener en cuenta a la razón.



Aingeru Daóiz Velarde.-








domingo, 25 de abril de 2021

LA TUMBA DE JULIO VERNE...UN MISTERIO SIN RESOLVER

LA TUMBA DE JULIO VERNE...UN MISTERIO SIN RESOLVER.



Nacido en Nantes un 8 de febrero de 1828, padre de las aventuras de viajes, a lo largo de una vida de aventuras y libros que nos hicieron soñar, muchos de ellos escritos en recuerdo de ciudades, lugares y mares que visitaría a bordo de cualquiera de sus tres barcos, y que luego relataría por añoranza en aquella bahía de Vigo, en sus veinte mil leguas de viaje submarino con el Nautilius del Capitán Nemo, un submarino que todavía la ciencia no había inventado. Este sería el mayor de los recorridos por la imaginación, y las letras, que harían soñar a tantos y tantos lectores.

Desde su sepulcro, llama a la inmortalidad cuando aquel 24 de marzo de 1905 su cuerpo dejó de existir, dando paso al mito paternal de la ciencia ficción, al visionario por esencia, al creador de sueños, o de desvelos en las noches de lectura voraz de esos relatos que daban luz en la oscuridad de los tiempos, a corazones intrépidos en busca de un sueño, de una aventura en la que el protagonista siempre es el mismo, aquel que lee, y al final, cierra los ojos para aspirar el aroma del papel, en un vano intento por inhalar la historia, y quedarse con ella, para toda la eternidad.









Julio Verne nos ha regalado a vivir mil y una aventuras y sensaciones, historias y sueños, ilusiones y lances vividos con pasión en aquellas narraciones como por ejemplo De la Tierra a la Luna con Miguel Ardan, en un intrépido proyecto que aviva los corazones de aquellos miembros del Gun Club y del mundo. Viaje al centro de la tierra, acompañando al profesor Lindenbrock, a su sobrino Axel y a un guía llamado Hans. La vuelta al Mundo en ochenta días, tras una intrépida apuesta, al lado de Phileas Fogg, su criado Jean Passepartout, a quien me deja llamarlo Picaporte, la bella princesa india Aouda y un insoportable Inspector Fix que nos pisa los talones. Cinco Semanas en globo, surcando los cielos y empapados de aventuras con el doctor Samuel Fergusson, sabio y explorador inglés, acompañado por su criado Joe y por su amigo Dick Kennedy, decididos atravesar el continente africano, que hasta ese momento solo es conocido de modo fragmentario. En La Isla Misteriosa,una trepidante aventura al lado de al ingeniero Cyrus Smith, el marinero Pencroff que lleva a su cargo a Harbert, el hijo de su capitán, del periodista Gedeón Spillet, del esclavo negro Nab, del presidiario Ayrton evadido y confinado en un islote, del fiel amigo Top, el perro de Cyrius, del orangután Júpiter, y del Capitán del submarino Nautilius, después de sus veinte mil leguas de viaje submarino, donde nos devela su misterio.







Emprender un viaje de aventuras con Los hijos del Capitán Grant, en busca de su padre naufragado con las indicaciones de un mensaje suyo hallado en el mar, dentro de una botella, o acompañar a Miguel Strogoff, Oficial del correo del zar, que se ve obligado a atravesar Siberia y correr diversas peripecias, para advertir al hermano del zar de los planes del traidor Ogareff, a la vez que debe evitar ser reconocido por su madre y ha de esconder sus sentimientos hacia una joven a la que conoce durante el trayecto, Nadia Fedor, y donde surge un amor, y un secreto que no puede ser revelado. Viajar hasta los confines de los mares, hasta una isla deshabitada donde se confunden los océanos Atlántico y Pacífico, donde se esconde una banda de piratas dirigidos por el terrible Kongre, y vivir la aventura con el valeroso Vázquez para tratar entonces de sobrevivir en ese lejano paraje, y al mismo tiempo buscar la manera de terminar con las fechorías de los malhechores en El Faro del Fin del Mundo. Naufragar en una isla desierta con el joven Godfrey y su amigo Tartelett, en una trepidante aventura en la Escuela de Robinsones, o vivir Las Tribulaciones de un chino en China junto a Kin-fo, intentando escapar del destino, y esconderse de las intenciones de su buen amigo Wuan, viajando por toda China a la espera de que un contrato expire, y así, hasta decenas de títulos de novelas y cuentos, aventuras y misterios en un eterno devenir de prodigios y sensaciones, cuyo denominador común es precisamente ese, la pasión por la aventura y las historias de viajes.







El cementerio de La Madeleine de Amiens, está cubierto por un manto verde, del que la humedad, crea un de mullido musgo, y donde se respira un ambiente de paz inmensa. El entorno desprende ese aroma totalmente romántico y decimonónico, con un aire decadente, bohemio y bucólico digno de la mejor escena de enamorados caídos en la desgracia, y en un cierto lugar del mismo, se puede contemplar como a la sobrecogedora figura de Julio Verne sale de su tumba, liberándose de su mortaja y rompiendo la lápida. La escultura de Albert Roze utiliza la máscara mortuoria que se le había tomado al escritor para crear un monumento acorde al genio inmortal de Verne, el cual, extiende un brazo hacia lo alto y mira hacia la luz, representando así la inmortalidad del autor junto con el tema de la resurrección. El título de la obra es Hacia la inmortalidad y la eterna juventud...Luego hablaremos de esto.


La muerte en el Romanticismo es una de las aspiraciones más gloriosas que pueden existir, además de un pilar fundamental en su pensamiento, que en cierta manera es un estado que hace terminar no ya solo con el sufrimiento derivado de todos los sentimientos que le atormentan en vida, que le dará paz, y que lo convertirá en un ser espiritual, si no que significa un punto y seguido que abre las puertas de la inmortal eternidad.

Es curioso que tanto la lápida como la tumba del gran escritor se encuentre rodeada de tanto misterio después de tantos años. Todo esto, más los secretos que envolvieron la vida de Verne, como por ejemplo su pertenencia a sociedades esotéricas como “la sociedad de la niebla” y aquella información privilegiada que plasmó en sus historias, le dan un tinte enigmático a la tumba y a su aparente muerte.

La mayoría de los personajes de las novelas de Verne siempre fueron jóvenes rebosantes de vida. No es un secreto que el propio escritor anhelara y plasmara su deseo de juventud en sus historias, pero si nos detenemos un poco a analizar su obra desde otra perspectiva, observaremos que Verne no escribe sólo aventuras para este público adolescente, sino que maliciosamente ha querido trasmitir “secretos” que, unas veces están relacionados con su dramática vida, y en otras revela conocimientos ocultados por sociedades iniciáticas de su época.

También hay que tener en cuenta las sospechas sobre su muerte, pues estas mencionan que Verne planeó todo su funeral sabiendo que no lo utilizaría, ya que se creía que de alguna forma había logrado obtener la fuente de la vida eterna. Es curioso que en sus últimos momentos Verne pidiera que se le realizaran una serie de fotografías en su lecho de muerte para dejar constancia de su mortalidad.






Sin ninguna duda, Julio Verne fue un profeta que se adelantó a su tiempo con descubrimientos como el ascensor, las armas de destrucción masiva, el helicóptero, las naves espaciales, la red de comunicación terrestre (internet), los motores de explosión y eléctricos, los trasatlánticos y las plataformas marinas (portaviones), así como la navegación subpolar a bordo de un submarino...Voy a poner un claro ejemplo. Cuando Julio Verne escribió “De la Tierra a la Luna”, lo hizo 104 años antes de que el hombre pisara la Luna (1.969). Verne describió en la novela como esa “bala” estaba tripulada por tres personas. La misión Apollo 11 estaba tripulada por Armstrong, Collins y Aldrin, es decir, tres astronautas. Verne describe el viaje de la nave como un viaje fantástico de 3 días de ida a la Luna y 3 días de llegada. Es decir, de nuevo Verne hizo no sabemos cómo, los cálculos perfectos en velocidad y distancia. Pero lo más asombroso, y es que Verne cuenta en “De la Tierra a la Luna”, que esa “bala” cae, ameriza, en un punto concreto del Océano Pacífico, que dista del punto original donde cayó el módulo del Apolo 11 en el Pacífico a tan solo cuatro kilómetros. Cabe destacar que el Océano Pacífico tiene 162 millones de kilómetros cuadrados. Es decir, el margen de error es de 4 kilómetros.

Me permito añadir dos preguntas que levantan sendas sospechas, ¿Qué fatalidad le persiguió a raíz del rechazo de su prima Caroline Tronçon que convirtió su juventud en un infierno, agravada a raíz del casamiento de esta con un “presumido de Nantes”, como él mismo escribiría?. La respuesta a la primera pregunta es que no sabemos si es verdad, o se trata de una apuesta biográfica para darle un cierto color romántico a su historia, puesto que también su vida está plagada de fábulas inventadas, como por ejemplo, se cuenta que Edmundo D’Amicis, el autor de Corazón, viajó en 1895 hasta Amiens no para conocer a Verne, sino para confirmar si existía. En Italia se había divulgado el rumor de que Julio Verne no existía sino que este nombre respondía a una extraña factoría literaria que lanzaba al mercado unos cuantos libros al año. ¿Qué hay de verdadero en esta hermosa anécdota? ¿Qué hay de real en Verne?...a lo mejor cabría ponerse frente a su tumba, y analizar.


La segunda pregunta es ¿Qué extraña novela escribía cuando en 1886, con 58 años e instalado en Nantes, Gaston, su sobrino, hijo de su hermano Paul, le dispara dos tiros de revólver que lo deja cojo para el resto de su vida?...Tal vez se trataba de la novela titulada París en el siglo XX, donde un joven vive en una ciudad con rascacielos de cristal, trenes de alta velocidad, automóviles propulsados con gas, calculadoras, red mundial de comunicaciones, pero que le resulta imposible lograr la felicidad y acaba trágicamente. Esta novela pesimista habría deprimido al sobrino, enloqueciéndolo y acabando internado en un manicomio. Su editor la juzgó como peligrosa y decidió esperar veinte años para publicarla, guardándola en una caja fuerte, y viendo finalmente la luz en 1994. En esa obra, Verne se imaginaba que París estaría iluminado con luz eléctrica, que los ciudadanos de París, los parisinos, se desplazarían por la ciudad en un tren que circularía por debajo de la tierra, es decir, por el subsuelo, que es lo que hoy en día es el metro y sobre todo había algo que era como muy “diabólico” para aquel entonces y era lo que Julio Verne denominó “pantelégrafo”, que consistía en que una persona introduciría un documento de papel y otra persona en cualquier otro lado del mundo, lo recibiría o recibiría una copia similar a la original introducida desde el otro punto. Nos estamos refiriendo al “fax”. Entonces muchos se preguntarán ¿cómo podía este hombre visionar estas cosas?.

Como cualquier autor, en Verne no todo fueron triunfos, glorias y parabienes. El manuscrito de su primera novela, Cinco semanas en globo, recorrió los despachos de quince editoriales "quince necios”, como escribiría más tarde, antes de convertirse en éxito.








La tumba es obra del escultor Albert Roze, íntimo amigo de Verne, que podría contener la clave de sus conocimientos, sus sueños y su obra. Siguiendo instrucciones de Verne, capaz de plantear en sus escritos más de cuarenta mil criptogramas, sobre el sepulcro, erigido en 1907, mandó esculpir una serie de objetos, como una rama de palmera, símbolo de la inmortalidad o del “ave phoenix” que resurge de sus cenizas; una palmera, Arbol de la vida, o “etz hajaim” de los cabalistas (etz, árbol; jaim, vida eterna).

Sobre la palmera, una estrella de seis puntas, la superposición de dos triángulos equiláteros antagónicos, el que simboliza a la tierra (vértice apuntando al suelo) y al aire (vértice apuntando al cielo).

También hay una cruz inscrita en un círculo, que simboliza las cuatro direcciones del templo, o la realización de la obra alquímica; y una rama de olivo, símbolo de “la paz del justo”. La losa tiene forma de pentágono pitagórico. De él irrumpe, como brotando del suelo, un Julio Verne con la mano derecha alzada y orientada hacia el oeste, donde se destaca la posición de los dedos (1-3-1).

Según los biógrafos, Verne elaboró un epitafio que debía presidir el muro del mausoleo: Vers l’immortalité et l’eternelle jeunesse (hacia la inmortalidad y la eterna juventud), pero no existe tal epitafio.

En su lugar, Roze lo cambió por un acróstico incluido en el nombre Jules Verne, en donde destaca las letras J, L, V, R y E; es decir la la primera, tercera, sexta, octava y última E resaltan sobre el conjunto con un dorado especial.

Para J.J. Benítez, en su libro Yo, Julio Verne, sugiere que el acróstico podría significar, con las pertinentes correcciones en el orden: "Albert decide été, jour magique note, sepulture vers west (ouest)". Que se traduciría como “Verano, nace sepultura hacia Oeste”; es decir que, supuestamente, el sol del solsticio de verano, 21 de junio, por el camino del oeste, en el ocaso, "ennegrece" u "oscurece" el sepulcro.



La sombra de la mano abierta de Verne oscurece las fechas 1828 y 1905, de nacimiento y fallecimiento. Tras muchas reducciones numéricas y conjeturas, los números señalarían a la novela El testamento de un excéntrico, como el lugar donde Verne escondió las claves de su enigmático conocimiento.









De todo lo anterior, muchos estudiosos apuntan a que Julio Verne pudo tener acceso a otras fuentes del conocimiento, mucho más depuradas y secretas, sugiriendo una lectura iniciática de la obra de Verne.



El Viaje al centro de la Tierra, El castillo de los Cárpatos, etc., pudieran contener una simbología alquímica, ocultas doctrinas de masones y rosacruces; o revelarnos su pertenencia a hermandades tan secretas y esotéricas como los “Iluminados de Baviera”, la “Sociedad angélica” o la peligrosísima “Golden Dawn” (“Hermanos del alba dorada”) que, según Samuel Lidelí Mathers, estaba organizada en torno a once grados iniciáticos, bajo la protección y dirección de los llamados “Superiores desconocidos”.

¿Quiénes eran esos “Superiores desconocidos”? ¿Tal vez, conciencias cósmicas, seres astrales o demonios? En Julio Verne nada debería sorprendernos y, quizás ahora, la lectura de sus apasionantes relatos nos revele lo que ha permanecido oculto durante más de un siglo...Pero hay algo más.

Resulta que hay equipo de arqueólogos que encontró hace unos tres años en los pirineos franceses una caja metálica de finales del siglo XIX,y se ha mostrado finalmente la caja que fue hallada gracias a los pasajes y obras de Julio Verne, y sobre todo del análisis en la tumba del famoso escritor.

Durante la apertura y extracción de su contenido, han participado arqueólogos e historiadores que formaron parte del grupo original y al que se han unido expertos del The Explorers Club NYC, que cuentan con experiencias similares en el manejo de objetos históricos.

Existe un vídeo en el que se puede ver que para evitar tener que romper el candado, los expertos intentaron abrirlo y acceder por un lateral con una cámara miniaturizada "snake camera", pero ante la complejidad de la operación optaron por forzar el cerrojo.

También se puede distinguir entre los objetos metálicos, aunque en un avanzado estado de oxidación: un catalejo, un cartabón, una moneda medieval, un anillo sencillo, un colgante y una llave. Entre otras de las piezas extraídas, encontraron un libro correspondiente a un tratado de minería y con varias referencias alquímicas, un libreto de cuero con documentación, un mapa de Europa con marcas sobre la región del Peloponeso, y un documento sobre las fases de la luna y diversas referencias numéricas.

Resulta llamativo encontrar una copia de un periódico neoyorquino del 1890, con una noticia que hace referencia a Nellie Bly, la periodista que consiguió batir el récord en dar la vuelta al mundo en tan sólo ocho días, inspirada en la novela de Julio Verne.



Lo más llamativo de los documentos, es la cantidad de anagramas, líneas y manuscritos realizados en simbologías y esquemas inicialmente irreconocibles, y que podrían tratarse de criptogramas o códigos de alguna sociedad secreta de la época. Aunque todavía se desconoce si los documentos y objetos encontrados pertenecen a Julio Verne, todo indica que al menos podría pertenecer al escultor de la tumba del autor o a su entorno cercano, suficiente para los amantes del misterio, y para hacernos soñar y viajar una vez más.


Sea como fuere, basta con mirar su tumba en Amiens para conmovernos con aquella escena de un ser que expresa su anhelo de vitalidad al emerger de su tumba hecha pedazos, mientras se eleva a los cielos envuelto de esa juventud eterna que tanto idolatraba el autor de esos mundos fantásticos que nos dejó como legado.



Aingeru Daóiz Velarde.-





















miércoles, 21 de abril de 2021

CAMILLE CLAUDEL. LA ESCULTORA MALDITA.

 

CAMILLE CLAUDEL. LA ESCULTORA MALDITA.


Camille nace en la Francia de la Tercera República, en la segunda mitad del diecinueve, un poco a destiempo y a caballo entre dos momentos que hubieran sido mucho más favorables para ella, el Romanticismo y los Años Veinte que marcaron un claro auge de las tendencias emancipadoras de la mujer. Nos encontramos en el inicio de la revolución industrial que llevará a la mujer hasta las fábricas como mano de obra equiparable a ancianos y niños. Parte del camino recorrido hacia la igualdad se verá cuestionado por nuevas corrientes de pensamiento que hacen frente al surgimiento de un nuevo tipo de mujer.

Camille Claudel se ve envuelta de unas circunstancias que la marcarán tanto en lo Privado como en lo Público y por desgracia en el trágico camino de su vida. Escenifica la mujer en la sombra, una mujer con un gran talento que se ve mermada por su condición femenina.


Camille Claudel no fue una historia fácil. Nació mujer y quiso ser escultora en una época en que el arte era sólo para hombres. Y además, se enamoró de su maestro, el gran Auguste Rodin, quien se aprovechó de su talento y de su trabajo, una historia de amor trágica y dolorosa, pero hoy la recordaremos aquí.


La siguiente imagen, corresponde a una obra que se realizó en tres versiones:

"La primera, en arcilla, llamada “Sakountala” , fue inspirada en principio en una leyenda hindú que trata de un amor desafortunado entre Sakountala y el rey Duchmanta quien, caído de rodillas, funde su rostro al de ella en un beso implorándole perdón por no haberla reconocido como amante ni haber reconocido a su hijo.


“Vertumno y Pomona” fue el nombre de la versión realizada en mármol, haciendo referencia al enamoramiento entre la diosa Pomona y el dios Vertumno. La escultura en bronce se conoció con el título de “El abandono”.





De alguna manera reflejan el dolor y el amor tormentoso vivido por ella con su cruel amante, el escultor Rodin, y hay quien afirma que pudo ser la respuesta de Camille a la escultura de Rodin ,“El beso”, en la que ella había colaborado.

Camille representa un tipo de mujer olvidada que por desgracia la mayoría de las veces a pasado totalmente desapercibida a nuestros ojos, una mujer que por su singularidad habría podido llegar a altas cotas de reconocimiento, pero que sin embargo una vez más cumplió el dicho de que “A la sombra de los grandes árboles no crece nada” que en el caso de las mujeres ha sido una constante a pesar del entorno, de la época y de la cultura en la que les ha tocado vivir.

Nacida en una familia burguesa francesa provinciana (Villeneuve 1864), hermana de Paul Claudel poeta y amigo de Marcel Schwob y Octave Mirbeau, este último crítico de arte y uno de los pocos coetáneos que loa su obra por encima de la condición de simple amante de Rodin.





Maestro y amante que la marcó desde sus inicios, cuando Camille aún ni sabía quien era Rodin , Paul Dubois , director de la Escuela Nacional de Bellas Artes dijo al ver su obra: “¡Ha tomado usted clases con el señor Rodin!”, según narra Mathias Morhart amigo y biógrafo de Claudel.

Con el beneplácito de su padre Camille se traslada junto a su familia a París, donde recibirá clases de escultura en el taller de Rodin.

Pronto entablan una turbulenta relación en la que Camille quedará relegada siempre al papel de amante; Rodin nunca se separará de su mujer a pesar de sus promesas, y tampoco promocionará a Camille en el mundo artístico; quedando como una mera discípula de su amante cuando a ciencia cierta trabajaban y colaboraban como iguales en el estudio.

Se trata de una época un tanto especial, se está en los albores de una explosión creativa y de una nueva época dentro del campo del arte; un campo dónde la mujer queda vetada constantemente, relegada de la educación y menospreciada por las corrientes intelectuales que se difunden por Europa.

Fueron años de amplia creación artística por parte de la ya escultora Camille quien, sin embargo, era objeto de comentarios desafortunados que ponían en duda su capacidad artística. La sombra del maestro era demasiado larga y muchos pensaron que sus geniales creaciones eran obra de Rodin o realizadas con su ayuda. Era impensable que aquella joven hermosa y de aspecto frágil fuera capaz de crear esculturas como la bella Sakountala. Empezó entonces una relación tormentosa, en la que Camille seguía perdidamente enamorada del hombre al que también odiaba por recibir reconocimiento público, constantes encargos y alabanzas en todas sus exposiciones, mientras ella no escapaba del cliché de alumna aventajada.





De alumna pasaría pronto a convertirse en musa, para escándalo de su madre tradicionalista, pues el rostro de Camille empezó a aparecer de manera constante en la obra de Rodin. Y de musa, a amante, viviendo un tiempo dorado y soñado por aquella niña que jugaba a ser escultora. Camille Claudel se convirtió en compañera del gran escultor al que acompañaba a las reuniones artísticas de la capital y del que aprendió el arte de esculpir llegando a alcanzar, sino superar, el talento de Rodin.

Le tocó vivir en unos tiempos en los que la mujer, empezaba a dar las primeras muestras en movimiento emancipadores, en lo social, y en el arte y la literatura.

Fueron años de amplia creación artística por parte de la ya escultora Camille quien, sin embargo, era objeto de comentarios desafortunados que ponían en duda su capacidad artística. La sombra del maestro era demasiado larga y muchos pensaron que sus geniales creaciones eran obra de Rodin o realizadas con su ayuda. Era impensable que aquella joven hermosa y de aspecto frágil fuera capaz de crear esculturas como la bella Sakountala. Empezó entonces una relación tormentosa, en la que Camille seguía perdidamente enamorada del hombre al que también odiaba por recibir reconocimiento público, constantes encargos y alabanzas en todas sus exposiciones, mientras ella no escapaba del cliché de alumna aventajada. En la imagen, Las charlatanas, de Camille Claudel.




Una de sus piezas más poderosas es la titulada "Las charlatanas”, de 1943. Es un ejemplo de cómo la artista luchó para transitar su propio sendero artístico, alejado de la influencia de Rodin. Es una escena muy elocuente, en la que casi se tiene la sensación de escuchar la conversación de las mujeres.


Claudel pasó a la historia como un apéndice de la biografía de Rodin, lo que ha supuesto un obstáculo para su plena consideración como artista. Pero la tortuosa relación también ha rodeado su obra con un dramático halo que, a su vez, ha servido para darla a conocer. Claudel nunca consiguió encargos en vida, por esa razón de justicia, se inauguró un museo con su nombre en la pequeña localidad de Nogent-sur-Seine, a unos 100 kilómetros de París.


El distanciamiento entre ambos terminó en ruptura en 1898 cuando Camille fue del todo consciente de que las promesas de amor de Rodin eran palabras vacías. Él nunca dejaría a su amada Rose, con la que terminaría casándose al final de sus días, traicionando a la desdichada Camille.

Empezó entonces un período obsesivo de creación del que nació una de sus esculturas más famosas, La edad madura, en la que aparece una figura femenina arrodillada agarrando a un hombre que se lo lleva una mujer adulta con rostro siniestro. Toda una alegoría de su existencia.




Encerrada durante años en su piso, Camille Claudel terminó enloqueciendo. Hacia 1905 sus miedos empezaron a aflorar haciendo de ella una mujer demente que destruía todas sus creaciones sistemáticamente, entre ellas una serie de bustos infantiles en los que parece ser que habría enterrado su frustración por no haber podido ser madre. Años atrás había perdido un bebé cuyo padre, Rodin, habría obligado a abortar.

En Camille Claudel, encontraremos la traición más absoluta, muerto su padre, su madre firma lo que a la postre sería su sentencia de muerte, su reclusión en un sanatorio mental. El 10 de Marzo de 1913, tan sólo 8 días después de la muerte de su padre, irrumpen en su estudio dos enfermeros y la internan a la fuerza en psiquiátrico de Ville-Evrard.

Propuso nuevas formas de expresión para la escultura, innovó en el movimiento, rompió con la academia y revolucionó el arte de esculpir. Un ejemplo de su maestría es Clotho. Una escultura en la que la artista se separa definitivamente de la influencia de Rodin y despliega todo su potencial expresivo. En esta obra, Camille refleja sus profundas indagaciones y su preocupación por manifestarlas en su obra.




La decadencia de Camille se remonta a 1893, momento en el que rompe con Rodin y se desmorona. No habiendo conseguido pasar de mera amante del “Genio” y viendo como su esfuerzo como escultora no encontraba reconocimiento inicia un camino sin retorno que le llevará a la miseria y a un encierro en si misma que le conduciría a un odio obsesivo contra Rodin, el cual triunfaba clamorosamente.

Víctima de una “manía persecutoria y psicosis paranoica” Camille cree que Rodin le roba las ideas y conspira contra ella. En 1905 comienza a destruir su propia obra para que sus enemigos no puedan apropiarse de ellas.

En 1915 Camille es trasladada a Montdevergues, un manicomio de oscura reputación lejos de Paris. Allí finalizará sus días sola, suplicando una y otra vez que la sacaran de aquel infierno, pero nadie le hizo caso. Su madre se negó una y otra vez a visitarla a pesar de las reiteradas demandas de la dirección del centro; y su hermano Paul, una de las esperanzas de Camille no movió un sólo dedo y ni siquiera la visitó.

Así completamente sola y desamparada murió en el manicomio en 1943; doce años más tarde los herederos intentaron recuperar sus restos pero fue imposible, la zona había sido removida."


Camille Claudel, es la escultora maldita. La belleza y el talento de la obra artística de Camille Claudel se vio siempre ensombrecida por la tormentosa relación que mantuvo con su mentor y amante Auguste Rodin. Un amor enfermizo en el que el gran escultor no supo entender nunca los profundos sentimientos de una mujer que habría dado su existencia por él. Con promesas incumplidas de amor eterno, Rodin mantuvo a su joven alumna a su lado a pesar de no querer nunca abandonar a su verdadera pareja, Rose Beuret. En el plano artístico, a pesar de que Camille se situó a la altura del maestro y creó esculturas de alto valor, siempre se le supuso menos capacidad que a Rodin, quien muchos creyeron autor verdadero de su obra. En la imagen, El Vals, de Camille Claudel.










domingo, 18 de abril de 2021

CRISTO DE LA BUENA MUERTE

 CRISTO DE LA BUENA MUERTE


Este es el Cristo de Mena, el antiguo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas.




La leyenda del Cristo de Pedro de Mena es más bella porque tuvo un final, en Málaga, el día 12 de mayo de 1931, cuando la incomparable talla del artista granadino sucumbió, ante la violencia de los golpes de una maza y ante el fuego. En ese momento se iniciaba su leyenda, en el instante en el que cayó sobre la talla el último golpe de la estaca o en el que el fuego lamía por última vez su primorosa efigie. En el 93 aniversario de su desaparición, sigue viva su imagen en el corazón de aquellos que has sufrido el recuerdo de la Historia, y hoy desde aquí, la reviven con la conmovedora confianza en la creencia de la fe, la convicción de lo que no se ve, pero se siente, como el amor en la distancia.


El visible desconsuelo ante la magnitud de la catástrofe y, sobre todo, al serle presentada la talla del Cristo de Mena, joya artística y de inapreciable valor que aparecía mutilada, y carbonizada.


Tallada en 1680, desde el mismo momento de su desaparición circuló la noticia de su posible salvación y de su ocultamiento en algún lugar nunca especificado.

La noche del 11 al 12 de mayo, envuelta en un improvisado sudario de ropajes procesionales, la imagen quedó sepultada y sola en una iglesia semi-derruida, hasta que sus restos fueron lanzados a la hoguera definitiva en la madrugada del día 12, por las turbas asesinas enloquecidas de odio... es conocido que se salvó una de sus piernas, gracias a la intervención del escultor imaginero antequerano Francisco Palma García, y dos de sus dedos de una parte del pié, donde todavía se pudo adivinar el orificio del clavo. Antes, queda en el recuerdo cuando al Cristo de Mena le daban bofetadas diciendo ¡ahora que vengan los legionarios a darle guardia! ...No se daban cuenta de que daba igual, porque Él, ya soportó un Calvario, pero sigue vivo y real en el corazón de aquellos que lo rememoran en la soledad.


El Concejal Andrés Rodríguez fue el que capitaneó los grupos que asaltaron, saquearon e incendiaron la Iglesia de Santo Domingo, y al decirle un individuo que aún no se ha podido averiguar quien sea, que respetaran y no quemaran la Imagen del Santo Cristo de Mena, contestó que allí se quemaba todo. Esta afirmación quedaría sin valor efectivo ya que a petición del juez instructor la causa fue finalmente sobreseída...pero la causa esperará hasta el día que sea el crucificado, testigo y parte, quien levante su dedo acusador, y la sentencia a otro fuego, el fuego de la Eternidad, y la carga de la conciencia en el momento de la muerte.


Tras la proclamación de la República, cuando en los episodios ya relatados los días 11 y de mayo, la Congregación solo logró salvar la imagen de la Soledad. Los años de la II República y los de nuestra Guerra Civil supusieron un grave revés. La pérdida del Cristo de Mena, de la capilla y de los enseres procesionales obligarán a un forzoso exilio en la Catedral, montándose, a partir de 1932 los tradicionales cultos internos en su honor. Durante la Guerra Civil, los congregantes de Mena son perseguidos y asesinados.


La verdad no puede ser nunca transmitida, es una sensación interior que al intentar expresarla nos hace alejamos de ella, es como la bruma de la niebla, que se disipa a nuestro paso o la fina línea del horizonte que nunca se alcanza. Sólo podemos ofrecer la imagen y contemplarla, sin intentar describir nada porque entonces la perderíamos.


El artista quiso mostrar la serena paz con la que la muerte cierra hasta el sufrimiento más bárbaro, ofreciendo ante nuestros ojos la plasmación física de la inscripción RIP (descansar en paz), en absoluta y desmayada relajación. La delicadeza del trazo, casi sin detectarse las herramientas del artista refuerza esa sensación de quietud y reposo. El suave desprendimiento del cuerpo, del que han desaparecido los rastros de la tensión o del dolor, ofrece la imagen del eterno descanso con una intensidad y tranquilidad pasmosa. No hay expresión ni gesto de dolor (pese a ser una imagen barroca), ni ningún recurso dramático con el que Pedro de Mena quisiera alterar nuestra percepción o condicionar nuestra actitud hacia la imagen.


La imagen muestra, no dice sino que transmite una fuerza inmensa que sólo puede introducirse dentro de nosotros por los ojos, sin ningún otro sentido que la deforme o altere, en silencio absoluto y una vez dentro no sale, y se queda para siempre en el recuerdo.


Es más bella porque desapareció, porque nada ni nadie pudo transformarla en algo distinto de aquello para la que fue concebida y plasmada, para lo que fue creada. Al contemplarla en el pasado se nos muestra, al intentar explicarla se aleja, en una bruma más allá del recuerdo de su triste final. Ante esta fotografía, eco inapagable del pasado, se comprende lo que realmente fue esta talla, la intención del artista, ya fuese impregnada por la inspiración de la fe. El mejor homenaje es ofrecerla, mostrarla, desnuda de toda añadidura, ante toda palabra, menos el recuerdo de su nombre, y permanecer.


José María Pemán, cantaba así en su verso:


“Que vaya, en fin, por la vida

como tú estás en la cruz.

De sangre los pies cubiertos

llagadas de amor las manos

los ojos al mundo muertos

y los dos brazos abiertos

para todos mis hermanos.


A ofrecerte, Señor, vengo

mi ser, mi vida, mi amor,

mi alegría, mi dolor

cuanto puedo y cuanto tengo.

Cuanto me has dado, Señor.


Y a cambio de esta alma llena

de amor, que vengo a ofrecerte

dame una vida serena.


Y una muerte santa y buena

¡Cristo de la Buena Muerte!”.



 

sábado, 3 de abril de 2021

ORWELL, 1984. LA HISTORIA DE UNA ACTUALIDAD.

ORWELL, 1984. LA HISTORIA DE UNA ACTUALIDAD.

Para comprender de manera adecuada la magnitud y todo el relieve que contiene esta obra deberíamos hablar del autor. La vida de Eric Arthur Blair, nombre original de George Orwell, que utilizaría como pseudónimo, está profundamente marcada por tres posiciones políticas que adoptó tras ciertos sucesos que relataremos más adelante: en contra del imperialismo británico, a favor de la justicia social y en contra de los totalitarismos nazi y estalinista.


El libro, publicado el 8 de junio de 1949, está escrito en un paisaje golpeado por una guerra total en un país hambriento, agotado y gris, y con un desconcertante comienzo, define las características típicas de la tiranía moderna. Winston Smith, el protagonista, trabaja como censor en el Ministerio de la Verdad, en una constante revisión de la historia para adecuarla a las circunstancias y alianzas del presente.


Él y sus compañeros son controlados como parte de la masa por el omnisciente Gran Hermano. En "1984" la pantalla de la televisión te observa y todo el mundo espía a todo el mundo…La novela "1984" habla de una sociedad en la que se adultera la historia de acuerdo a la conveniencia del partido único gobernante. La obra de Orwell supuso una denuncia de los regímenes totalitarios.


Desvelaremos una una breve sinopsis del argumento a modo de guía con el fin de abordar la obra directamente y para refrescar un poco la memoria. 1984 narra la historia de Winston Smith, un empleado del Ministerio de la Verdad, que empieza a darse cuenta de las acciones que lleva a cabo el gobierno de Oceanía para manipular la mente popular y distorsionar la realidad, esta expresión cobra un sentido completamente nuevo en el libro debido a la técnica mental que utilizan llamada “doblepensar ” en la cual entraremos más adelante. Evadiendo en lo posible la vigilancia controlada de las telepantallas, Winston conoce y se enamora de Julia una joven rebelde desengañada del sistema como él. Juntos, intentar unirse a un grupo de resistencia contra el gobierno llamado la Hermandad, pero resulta ser una trampa del Partido. Se desconoce si realmente utilizaron un señuelo, O ‘Brien, o si realmente toda la organización es otro de los instrumentos de control del Partido. Posteriormente, torturan a Winston con unas técnicas que seguramente podrían clasificarse como inhumanas hasta que consiguen someterlo a la voluntad del partido e incluso haciendo que llegara a traicionar, aunque solo fuera de palabra, a Julia. Su final, es inesperado e inquietante.

Personajes

Estos son los personajes principales de la novela 1984.

Winston Smith

Es el protagonista. Winston trabaja en el Departamento de Registro del Ministerio de la Verdad, reescribiendo sucesos escritos en el pasado para que se adapten con perfección a las políticas del Partido. Por medio de Winston se ilustra la dicotomía entre la psiquis del individuo y la violencia que se crea al someterse a los mandatos del gobierno totalitario. Por esta razón, para Winston que es un escritor profesional, es difícil encontrar su propia voz, aunque solo pueda expresarla en su diario secreto.

Julia

Es una hermosa joven de cabello negro que trabaja en el Departamento de Novela del Ministerio de la Verdad. Es una mujer práctica, pero rebelde que inspira a Winston a romper las normas establecidas haciéndose su amante.

O'Brien

Es un miembro del Partido Interior, y como tal, tiene un aspecto poderoso, aunque nadie sabe en realidad cuál es su función en el Partido. Su aspecto es contradictorio. Por una parte es un grandulon, acuerpado, pero por otra, tiene un rostro que inspira confianza, admiración y, sobre todo, inteligencia.

Sr. Charrington

Es un anciano, dueño de la tienda donde Winston Smith compra el diario y quien alquila el cuarto en que Julia y Winston se encuentran en secreto. En realidad es un miembro de la Policía del Pensamiento que con gran talento de espía, engaña a Winston con su aparente nostalgia y respeto por el pasado, y su gentileza y discreción.

Gran Hermano

Es el líder del Partido, cuyo rostro aparece en todos los carteles y monedas junto con la frase: "El Gran Hermano te vigila". Su figura está caracterizada por su tamaño gigantesco; su rostro, poderoso, pero calmado y, especialmente, sus enormes bigotes negros. Todos los ciudadanos de Oceanía están obligados a sentir un amor exclusivo por el Gran Hermano.

Emmanuel Goldstein

Es el enemigo del pueblo, a quien se dedica, varias veces al día, una transmisión llamada "Dos minutos de odio". Es un antiguo miembro del Partido, tan poderoso como el Gran Hermano, quien lo traiciona. Nadie sabe si aún vive, pero parece continuar su influencia, y ha sido adjudicado como el líder de la Hermandad.

Ministerios en 1984

El Partido controla a la población por medio de cuatro ministerios:

Ministerio del Amor

Encargado de la ley y el orden. Por medio de la tortura y los lavados de cerebro, reeduca a los ciudadanos rebeldes.

Ministerio de la Verdad

Encargado de la propaganda del gobierno, por medio de noticias, arte, entretenimiento y educación.

Ministerio de la Paz

A cargo de mantener la guerra. Una de sus estrategias es enfocar la atención en problemas externos (con otros países) para distraer a los ciudadanos de los problemas que viven en su propio país, y de esta manera culpar a otros, para que los problemas nunca se solucionen y el estado de guerra se perpetúe.

Ministerio de la Abundancia

Encargado de asuntos económicos, como racionar y crear hambrunas.

¿Qué es Ingsoc?

Ingsoc es el nombre del Partido en neolengua, la lengua artificial creada por el mismo Partido. Ingsoc significa socialismo inglés y representa la ideología oficial del Partido. Esta ideología fue creada por Gran Hermano junto con Emmanuel Goldstein, pero con el tiempo, ambos líderes entraron en conflicto sobre lo que Ingsoc debía representar.




El doble pensamiento, mantener dos ideas contradictorias al mismo tiempo; La Policía del Pensamiento; el Ministerio del Amor, que se ocupa del dolor, la desesperación y aniquila a todo disidente; el Ministerio de la Paz que desata la guerra; las máquinas dedicadas a escribir novelas que producen pornografía con la que sobornar a las masas…son pensamientos y disertaciones particulares, que allá, en una época pasada, pueden servir de ejemplo para un presente, al igual o como si fuera ese eterno retorno del que hablaba Friedrich Wilhelm Nietzsche.


Orwell, o su pseudónimo, lo dejaron claro, y hoy, intentando medir y analizar la situación que nos envuelve, y casi se podría decir que nos aprisiona, y de la que somos incapaces de escapar porque es como la adicción a una potente una droga sin la cual, nos es imposible dar un paso adelante, o mejor lanzarnos al precipicio, 1984, es el fiel reflejo en el que nuestras naciones y el mundo nos hemos situado en la carretera al infierno que describió el escritor británico.


¿Profético? Posiblemente. ¿Pero también conmovedor, creativo, incuestionable y útil? Sí, y además, sin ninguna duda.




En la actualidad son las redes sociales las que recopilan cada gesto, cada compra, cada comentario, y cada signo de protesta que hacemos en internet y alimenta una presencia omnisciente en nuestras vidas capaz de predecir todas nuestras preferencias. Basada en las elecciones de los consumidores, con el usuario como la mercancía con la que se comercia, la recolección de esas preferencias para las campañas políticas está distorsionando la democracia, y a su paso, la propia libertad de expresión.


Orwell entendió que los regímenes opresivos siempre necesitan enemigos. En "1984" mostró cómo estos pueden crearse arbitrariamente atizando las emociones de la gente a través de la propaganda. Pero en su descripción de los "dos minutos de odio" también previó cómo actúan las multitudes digitales. Es curioso…En la novela era la pantalla de TV la que espiaba. Hoy en internet queda constancia de todo lo que hacemos. Merece la pena leer la novela para entender su significado, y además, el sacrificio del tiempo invertido en su lectura, es el sinónimo del placer en aprender a quitarse la venda de la censura y la manipulación de los ojos.




Obligado, como todos los demás, a contemplar la violenta grabación con ese título, en el que Winston Smith, el protagonista de la novela, se da cuenta de que "lo horrible de 'los dos minutos de odio' no era que a uno lo forzaran a tomar parte, sino que era imposible sumarse…Es como si se tratara de esa parte del film de la Naranja mecánica o, mejor dicho, de conformismo mediático, en la que un espantoso éxtasis de miedo y sed de venganza, un deseo de matar, torturar, machacar rostros con una maza parecía fluir a través de todo el grupo de asistentes como una corriente eléctrica. Es como si fuera ahora y el hoy, donde todas las organizaciones políticas, religiosas, feministas, de manifestaciones sexuales y de género, o comerciales, se dedicaran a alimentar sentimientos, y a manipularlos. Sorprendentemente, Orwell identificó la colusión voluntaria en el odio que semejantes movimientos puede incitar. Y por supuesto, su Winston lo nota consigo mismo, de la misma manera que podríamos notarlo nosotros mismos.


Luego está el icónico dictador de Orwell, el Gran Hermano, absurdo y aterrador en igual medida. Las raíces del relato de Orwell están en las luchas entre los gigantescos "ismos" que deformaron el siglo XX. Quiero recordar, que hubo alguien que pidió el pder de la televisión y la Información, por encima de cualquier otro…la pregunta sería, ¿con qué fin?, la respuesta está clara, y como ejemplo, no tenemos más que dirigir nuestra mirada a los servicios informativos de la actualidad, y saber medir, para comparar la realidad, de la doctrina.




Luchó como voluntario contra el fascismo en la Guerra Civil española, convencido de que el pacifismo era un lujo pagado por otros, pero comprendió lo vacías que estaban las promesas del comunismo cuando el grupo antiestalinista en el que combatía fue capturado por la facción partidaria de Stalin. Con una atmósfera enrarecida, pronto comenzarían los conocidos como Hechos de Mayo, el enfrentamiento entre anarquistas y libertarios y comunistas, apoyados por el Comitern desde Moscú, con el resultado de una terrible refriega entre las partes, que Orwell vive en primera línea, atrincherado en la sede del P.O.U.M…luego, regresa al frente, y una bala le atraviesa milagrosamente el cuello, sin producirle la muerte, pero muy pronto regresará a otro frente, el de la calle, en el que se topará esta vez con una atmósfera aterradora y oprimente, y de la que él mismo escribiría que era como si alguna gigantesca inteligencia malvada estuviera flotando por encima del ambiente de la ciudad, los comunistas acusan al P.O.U.M. de troskistas, es decir, una contraposición a la visión que aplicó Stalin del marxismo-leninismo y a las teorías del mismo sobre el socialismo en un solo país, y es perseguido con saña, y acusado de ser espía del que llaman fascismo, un P.O.U.M, dirigido por Andrés Nin, al que se solía clasificar entonces con el término un tanto vago de "trotskista". Pero esto, no era más que el resumen de lo que se había vivido hasta el momento en España, donde en un periodo de menos de siete años, se habían vivido 26 gobiernos, y 34 crisis parciales.




George Orwell llegó a España en 1936, lleno de ideales, para combatir el fascismo, pero resulta que se topó de lleno con la lucha entre anarquistas y comunistas, las checas, la persecución, y esas vivencias, le impulsaron en su denuncia contra el autoritarismo y sus premoniciones sobre el terror estalinista, plasmadas en 1984, el libro que principalmente nos ocupa hoy, y también en Rebelión en la Granja. Su verdadero nombre era Eric Arthur Blair, pero optó por firmar con pseudónimo, y posiblemente con ese mismo pseudónimo de ideal que le llevaría a alistarse en las filas republicanas, donde se inscribió y se alistó en el Partido Obrero de Unificación Marxista, el P.O.U.M, pero pronto se dio cuenta de lo que significaba, porque según escribía él mismo, España, lo cambió todo…la vida, se detuvo en 1936, cambió su visión política, y literaria, y así lo dejó plasmado en la que puede ser su obra culminante en la literatura, Rebelión en la Granja. Regresó a España para escribir Rebelión en la Granja, una fábula que retrata los abusos del Stalinismo, pero es rechazada por ser políticamente incorrecta, en un mundo que no ve adecuado criticar la situación política, en vísperas de lo que sería la Guerra Fría.




Los miembros de P.O.U.M. son perseguidos, y algunos se pierden en las checas, donde también pierden sus vidas, pero Orwell consigue escapar y huir a Francia junto con su mujer Eileen. Denunció el control estalinista del Partido Comunista de España y las mentiras que se usaban como propaganda para la manipulación informativa. En 1937, durante la represión del gobierno de Negrín contra el POUM, Orwell relató que estuvo a punto de ser asesinado en Barcelona por los comunistas y anarquistas. Su participación en la guerra civil española le marcó para siempre su visión del mundo, el estalinismo, para él, representaba una amenaza.


Fue testigo de primera mano del auto-engaño de los verdaderos creyentes. Hoy hay otro abanico de "ismos", como el nacionalismo y el populismo, que operan a través de la activación de la más peligrosa de las emociones, el resentimiento. Y allá donde se mire en el mundo contemporáneo, hombres autoritarios ocupan posiciones de poder. Comparten la necesidad de aplastar a la oposición, un fanático terror al disenso y el autobombo. Los grandes hermanos dejaron de ser una broma y ahora se pavonean por el mundo, y utilizan todos los medios informativos a su alcance.



La decepción de Orwell se multiplica cuando, una vez en Inglaterra, se da cuenta de que allí también la prensa manipula la verdad, y redacta que vio soldados ensalzados como héroes en victorias imaginarias sin que nunca hubieran pegado un solo tiro, y a otros, que habían luchado valientemente, ser tachados de cobardes y traidores…así era la República. También escribe que llegó a ver y a conocer incluso a ávidos intelectuales construyendo superestructuras emocionales sobre eventos que en realidad nunca habían tenido lugar. Su indignación ante todo esto era su bien más preciado, y nunca se calló, pese a las amenazas y la presión de la prensa comunista, como el Daily Worker, pero uno de sus de esos libros esclarecedores fue "Asignación en la utopía" (1937) del periodista estadounidense Eugene Lyons, un ex comunista y corresponsal en Moscú que se había asqueado por el estalinismo.


Este es el mayor horror de la distopía orwellana, un modelo literario de sociedad que suprime los derechos humanos bajo un control total, mayoritariamente desde un régimen totalitario, en el que el régimen se propone erradicar muchas palabras y las ideas y sentimientos que significan. Su verdadero enemigo es la realidad.

Las tiranías intentan hacer imposible entender el mundo real y buscan sustituirlo con fantasmas y mentiras. El audaz primer acto de disidencia de Winston Smith había sido ocultarse de la vista de la cámara que todo lo veía para escribir un diario en el que reflejar su propia visión de sí mismo y de su mundo interior.




Sabe que su acto de escribir lo abocaría a la pena de muerte si es descubierto. Cuando finalmente sucumbe a la tortura confiesa que "dos más dos es igual a cinco". Había descubierto que realmente pueden "meterse dentro de ti" y que "algo se muere dentro de tu pecho, quemado, cauterizado". El terror en 1984 es la aniquilación del yo y la destrucción de la capacidad para reconocer el mundo real.


No hay relativismo casual en la obra de Orwell. El autor entiende perfectamente lo duro que es que las cosas sean como deben ser. Sin embargo, su historia hace identificar el terror de un mundo en que la gente tiene cada vez menos y menos palabras para usar y su pensamiento está distorsionado por las ideologías.


En todas partes del mundo en que imperan las tiranías "1984" está prohibida, pero, por supuesto, circulan copias piratas.

Y las ventas han aumentado también en países considerados democracias estables. En India y en Reino Unido, en China y en Polonia, el público está volviendo a "1984". No puede separarse la obra de Orwell de su autor. Se le ve cada vez más como una especie de santo, pero cuánto se reiría de las estatuas con su figura que están apareciendo.

Su visión sobre las feministas, que no sobre las mujeres, los vegetarianos y otros grupos difícilmente pasarían la prueba hoy día. Pero hablamos de un hombre que vivió de acuerdo a sus convicciones. Quiso ser pobre a toda costa, combatió por lo que creyó que era lo correcto, fue incondicionalmente generoso y cordial con otros escritores, y, aún así, se enseñó a sí mismo a mirar al mundo aunque no fuese como a él le hubiera gustado.


Nunca fue obediente y desenterró para nuestra mirada lo peor de sí mismo. Su distante integridad resulta única. No es solo el hecho de que vivamos en un mundo transformado por la perspicacia de Orwell acerca de lo que da forma a la opresión, sino que "1984" es también un manual para tiempos difíciles.

El conocimiento es una forma de fortaleza y a todos se nos está poniendo a prueba.


Leer "1984", la claustrofóbica fábula del totalitarismo de George Orwell, todavía produce impacto. En primer lugar, porque reconocemos lo que describe. El pasaje de los dos minutos de odio parece anticipar cómo se comporta la muchedumbre hoy en las redes.



La política sexual juega un papel importante en 1984. En la novela, las relaciones íntimas de las personas se rigen estrictamente por la Liga Juvenil Anti-Sexual del partido, al oponerse a las relaciones sexuales, y en cambio, fomentar la inseminación artificial.


Hay que decir que Orwell estaba en contra de la homosexualidad, e incluso usó epítetos homofóbicos tales como "nancy" y "pansy", así como expresiones de desprecio, por lo que llamó el pensamiento de izquierda y los poetas nancy, es decir, escritores e intelectuales homosexuales o bisexuales de izquierda como Stephen Spender y W. H. Auden.


En 1949 Orwell entregó una carta a una amiga, Celia Kirwan, que trabajaba para una sección del Foreign Office (el ministerio de asuntos exteriores británico), dedicada en esos días a organizar unas conferencias sobre el estalinismo. Kirwan se dirigió a Orwell solicitándole nombres susceptibles de aceptar. Orwell también incluyó una lista de treinta y ocho escritores y artistas que consideró en su momento con inclinaciones procomunistas y que no tendrían intención en participar en dichas conferencias. En la lista, que no fue publicada hasta el 2003, se incluyeron numerosos periodistas , entre ellos el editor del New Statesman, Kingsley Martin, y también a los actores Michael Redgrave, Paul Robeson y Charlie Chaplin...ahí es nada.


Después de la muerte de su mujer, en 1945, cae gravemente enfermo de tuberculósis, y es cuando escribe 1984, pero mucho antes, ya había reflexionado sobre los efectos del progreso tecnológico, y además, predijo que la Guerra Civil en España acabaría en una dictadura de uno u otro signo. Orwell murió en 1950, un año después de publicar su novela 1984, y ciertamente, tenemos que decir que la magnitud de su reconocimiento llegó, como casi todos los grandes, después de su muerte.





CONCLUSIONES

Para ir a luchar una guerra civil a un país, que ni siquiera el de uno, ya con una cierta edad, y con su mujer, es necesario o estar muy loco, o estar muy cuerdo, o quizá, ambas a la vez. Stephen King, David Bowie, Mel Gibson y Kit Harington, entre otros, confesaron en su día su predilección por la obra de Orwell como uno de sus libros favoritos de todos los tiempos, y es que ciertamente, su obra, es una de esas visiones adelantadas que caen como una losa sentencial encima de la humanidad, y de la que es imposible escapar. Tenía la necesidad de contar, de escribir y enviar un mensaje verificador al Mundo, a la Humanidad, y después de que en 1947 le diagnosticaran la terrible enfermedad de la que murió, pero que no impidió que durante dos años escribiese y diese fin a su obra cumbre, 1984, una descripción aterradora, pero a la postre muy real, de la vida bajo la vigilancia constante del "Gran Hermano".

El Winston Smith de la novela, es un funcionario subalterno del Ministerio de la Verdad, el ministerio de propaganda del régimen Ingsoc, que en realidad, es con quien se ve reflejado Orwell, en su intento de contar la realidad, una realidad de la que ya hemos hablado en el artículo, y que no hace falta más que pararse un momento a pensar, y quitarse las manos de los ojos, abrir la ventana, coger aire, y expulsarlo con fuerza, para darnos cuenta de la triste realidad en la que vivimos, y a la que somos conducidos sin darnos ni siquiera cuenta. Los medios de Información manipulados por la política más aberrante, son testimonio real de lo que ocurre. Las redes sociales, son las encargadas de terminar de censurar la disidencia, de una manera estrepitosa.


La experiencia de tiranía de primera mano que tuvo Orwell, pudo clarificar que la Guerra Civil, terminaría en una dictadura de uno u otro bando, y ciertamente, la Historia, es la principal herramienta para manipular, de modo que manipulando la Historia, tal y como ocurre en la actualidad, es controlar el pasado, y controlando el pasado, se controla el presente a la idea y semejanza del Régimen, y se asegura el futuro.


El absurdo de la falta de reacción, es el camino que conduce a los pueblos a su propia destrucción, valga, pues, el libro de Orwell, como ejemplo de lo que puede verse reflejado en el espejo de esas naciones que cayeron en el ideal de la miseria, y en esas que, buscando la libertad, encontraron el libertinaje, pero controlados por un poder oculto, silencioso, y adoctrinador, donde todos esos lacayos que conviven en un mundo deshumanizado, aberrante y casi involucionado, sucumben sin darse cuenta ahogados en sus propias inmundicias. El libro de Orwell, fue así la culminación de más de una década de lectura, escritura y pensamiento, lo que le permitió fusionar gradualmente múltiples fuentes en una sola escena o concepto, y no hay que llevarse al engaño, porque Orwell nunca abandonaría su ideales socialistas, pero de un socialismo diferente, un socialismo humanista contra el totalitarismo, o lo que es mejor dicho, contra el social-comunismo.


Cuando los ciudadanos del bloque soviético leían copias publicadas de forma clandestina de "1984", no podían entender cómo un autor británico que nunca había pisado ese territorio podía describir con tanta precisión la sociedad en la que vivían, pero, la Humanidad tiende a caer en los mismos errores, en tropezar más veces con la misma piedra, y en caerse, para luego, volverse a levantar y lamer sus heridas, pero lo peor, no es olvidar, sino recordar y hacerlo en silencio.

Aingeru Daóiz Velarde.-





FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA



Fátima Urribarri. El Semanal.

Jean Seaton. BBC Culture.

GEORGE ORWELL: LA BIOGRAFIA. BERNARD CRICK


POR QUÉ ES IMPORTANTE ORWELL. CHRISTOPHER HITCHENS