domingo, 31 de agosto de 2014

SIMÓN BOLÍVAR, EL LIBERTADOR DESENGAÑADO.

SIMÓN BOLÍVAR, EL LIBERTADOR DESENGAÑADO.

INTRODUCCIÓN  
   
En esta serie de capítulos pertenecientes a la historiografía hispanoamericana, vamos a tratar con el merecido cuidado para no dañar la sensibilidad de nuestros pueblos hermanos, la figura de Simón Bolívar, pero tratando de contar sobre todo, la verdad.
 La verdad os hará libres. Esta frase del Evangelio es la que sintetiza uno de los dogmas de fe que diferencian la leyenda, la fábula o el mito, de la Historia real o pragmática o genética que no sólo pretende sacar un provecho fiel de los hechos, si no que además, indaga sobre el origen de los mismos y las causas que los han producido. En esta relación de capítulos pertenecientes a la serie de Simón Bolívar, aparecerán determinadas personalidades que consideramos importantes, y sobre las cuales nos extenderemos lo más específicamente que la necesidad nos apremie, dada la extensión del artículo, y de forma anticipada, pedimos perdón si nos dejamos alguno en el traidor contenido de nuestro tintero virtual, ya que la intención no es analizar todas y cada una de las biografías de aquellos que tuvieron algo que ver con la independencia de las provincias hispanoamericanas, término que nos parece más apropiado al de colonias, por lo tanto, pedimos comprensión, e intentaremos tratar más adelante sobre cada particularidad, con lo que damos las gracias anticipadamente.

Simón Bolivar es el libertador de América, pero la primera pregunta es... ¿De qué los liberó? La historia, en algunos casos, es la manipulación del sentimiento de las masas, y desde luego, cada investigador de la Historia, puede considerar legítimamente los pasados acontecimientos desde un punto de vista particular, pero apartarse de las consecuencias reales, dando una imagen distorsionada, no ayuda en nada a las generaciones venideras a sentar las bases para no caer en lo errores del pasado.

El libertador, cuando cumplió sus objetivos para los latifundistas, lo traicionaron, y siglos después es aupado como el gran libertador. Teniendo en cuenta, que en el resto de  Sudamérica, no consideran a Bolívar como el libertador, Miguel Hidalgo y Costilla, San Martín, Sucre, O´higgins,  o Miranda, entre otros, comparten foros de opinión particular en cada país.

En 1815 el general español Pablo Morillo reconquistó Venezuela y después Nueva Granada. Desde su exilio en la isla británica de Jamaica, Bolívar escribió una célebre carta en la que justificaba la secesión de toda Hispanoamérica de España. De vuelta al continente, convocó al Congreso de Angostura ante el cual presentó un proyecto de Constitución que unía a Venezuela (Capitanía General) con Colombia (Virreinato de Nueva Granada). Se dirigió con sus tropas a Nueva Granada y triunfó sobre los ejércitos españoles del General Pablo Morillo en la gran batalla de Boyacá en 1819. Este triunfo le abrió las puertas de Bogotá, donde proclamó la República de Colombia, que se integraba con Nueva Granada (Colombia) y Venezuela unidas, e incorporó la presidencia de Quito (Ecuador) formando la Gran Colombia.

En 1822 se entrevistó con San Martín en Guayaquil (Ecuador) y éste le entregó su ejército con el que Bolívar entró triunfante a Lima en 1823. Su lugarteniente, Antonio José Sucre (1795-1830), que actuó primero junto a Miranda, derrotó totalmente a los españoles en Junín y Ayacucho en 1824. Sucre fundó la república de Bolivia, de la que fue presidente de 1826 a 1828.

De regreso a Colombia, Bolívar asistió a la guerra civil cuyo resultado fue la separación de Colombia y Venezuela en 1829. El Perú abolió la Constitución de Bolívar y la presidencia de Quito se proclamó república independiente con el nombre de Ecuador. Lleno de amargura por su fracaso, Bolívar renunció al poder en 1830 y se retiró con el propósito de regresar a Inglaterra. Al respecto dice García Márquez: Para su instalación inmediata en Europa contaba con la gratitud de Inglaterra a la que había hecho tantos favores, los ingleses me quieren, solía decir, pero, ¿quién fue Bolívar?...


Desde luego, cuando se trata de hablar de Bolívar, es difícil no encontrar un comentario teñido por alguna pasión, tanto amiga como enemiga, pero de lo que se trata en el presente artículo es hablar sin pasión ninguna, más que la que suscita la propia historia de los hechos, consecuencia posible de un error pasional de nuestro protagonista, o víctima de un engaño al que fue concienzudamente conducido, cuyo resultado final es precisamente, un desengaño. Recordemos  el último deseo de su testamento político, después de veinte años recorriendo todo un continente a caballo que le habían minado la salud y los ánimos después de haber dedicado su vida y su fortuna a cumplir un juramento: "Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".

 Nos apoyamos aquí, por supuesto, no ya sólo con datos biográficos e historiográficos que contados de forma cronológica pueden resultar absurdos e incluso aburridos y vacíos no ya de interés, si no de respeto hacia la vida de Simón Bolívar y otros muchos, y sobre todo, al sentimiento de todos aquellos pueblos hispanoamericanos que, de una u otra manera, fueron absorbidos por la vorágine fiebre de la emancipación bolivariana sin entender tal siquiera tanto los intereses como la finalidad de la misma, y lo que posteriormente se razona con la sucesiva progresión de las guerras civiles que azotaron el continente Americano y que incluso hasta hoy en día, tiene su repercusión consecuente. Nos apoyaremos, como veníamos diciendo, con las manifestaciones y estudios de eruditos en la materia como pueden ser el ilustre doctor argentino Julio Carlos González, o Robert Harvey, John Linch o Arturo Uslar Pietri, y recomendar la lectura de la novela de Gabriel García Marquez “El General en su laberinto”, sin olvidar a Manuel Lucena Sanmoral, o Ricardo Lorenzo Sanz.



No podemos si no recomendar una especial atención, al papel de la masonería, llegado el momento, pero, también sobre todo, a la pérdida traumática de quien fue su primer amor, o posiblemente, el único, además de la perspicaz injerencia de la que venimos pasionalmente a llamar Pérfida Albión.

En el próximo capítulo de esta serie sobre Simón Bolívar trataremos del título BOLÍVAR Y LOS INICIOS DE UNA DESDICHA.

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