sábado, 4 de septiembre de 2021

BERGOGLIO. EL PAPA ROJO


Más allá de la ideología de Jorge Mario Bergoglio, que corresponde a su fuero más íntimo, ha sido evidente el silencio cómplice que como cabeza de la Iglesia Católica ha guardado estos últimos tiempos frente a los actos criminales de dictaduras como las de Nicaragua y Venezuela, y también de sus amigos que gobernaron hasta hace poco tiempo Argentina, Ecuador, Brasil, o en la misma Cuba, donde, después de los últimos acontecimientos acaecidos por las protestas en la Isla, la violencia ejercida desde la tiranía sobre una población indefensa, la represión de la disidencia, las desapariciones de más de 400 ciudadanos, las torturas, el apagón informativo con detención de periodistas, youtubers, intelectuales, artistas y simples ciudadanos. Nada de eso es suficiente para que Jorge Bergoglio hiciera una sola declaración en favor de las víctimas cubanas y en condena de la tiranía que asola la isla.


En estos tiempos, la posición de Bergoglio frente a los gobiernos del ‘Socialismo del siglo XXI’, esa lacra de caudillos comunistas que han arrasado con los países latinoamericanos que les tocó gobernar, ha sido de total complicidad y encubrimiento de sus acciones delincuenciales más notorias, desde el escandaloso e indiscriminado saqueo de los fondos públicos, que se redondea en cientos de billones de dólares (y que como un secreto a voces se escucha que en parte reposarían en el banco del Vaticano), hasta los crímenes de sangre, que se cuentan en Venezuela en cientos de miles, y en Nicaragua en decenas de miles solo en los últimos años.





Y qué decir de los centenares de miles de seres humanos desvalidos, hambrientos, humillados y desesperados que han debido huir de sus países por causa de las tiranías impuestas por los gobiernos de izquierda extrema ‘afines’ al Papa, o de los asesinatos políticos de estos demonios protegidos por él, que han dejado una larga huella de sangre en familias como las de Alberto Nisman, Oscar Pérez, Darwin Manuel Urbina, Hilton Rafael Manzanares, Jorge Gabela, Quinto Pazmiño, entre muchas otras víctimas.


Si, recordemos las imágenes de Bergoglio, el flamante papa Francisco, con uno de los mayores criminales de la historia, Fidel Castro, o con otro como Maduro, eso, por poner dos ejemplos, pero lo que más resalta es el acercamiento a la dictadura comunista de Pekin, el Imperio Rojo. Uno de los primeros indicios en esta dirección fue el rechazo del Pontífice a un encuentro con el Dalai Lama en diciembre de 2014, y uno de los últimos, el pasado 19 de marzo, ha sido dejar vacante la sede de la nunciatura en Taiwán como deferencia hacia China. El Papa Bergoglio, en su papel de Autoridad espiritual representante de la comunidad cristiana católica a nivel jurídico en las relaciones internacionales, ha sellado así un pacto que, al estar completamente desequilibrado a favor del poder político de Pequín y desprovisto asimétricamente del principio de reciprocidad de los roles soberanos, condensa nubes negras sobre la libertad de fe de los ciudadanos católicos chinos y socava fuertemente la autoridad moral.





Bergoglio está roturando muchos nuevos caminos para la Iglesia del siglo XXI, pero éste parece trazado en el borde del precipicio. Durante su primera entrevista sobre China concedida a Asia Times el pasado 28 de enero, el Pontífice amonestaba a "no temer" la emergencia del Gran Dragón y ponderaba las riquezas de su civilización, sin atreverse a mencionar siquiera sus excesos en materia de derechos humanos.



El Papa ha lanzado enclocadas, exhortos, sermones, discursos y catecismos anticapitalistas repartidos en las escuelas Católicas y estos tiempos de la pandemia de la más reciente ‘peste china’ la actividad propagandística del Vaticano en cientos de medios regados por el mundo, el llamado a acabar la desigualdad del capitalismo, y la esencia de esa igualdad de ingreso y salarios es la misma del Manifiesto Comunista en 1848 por las calles europeas y se le pide al mundo tanto trabajo y esfuerzo como fuese necesario pero la repartición de la riqueza se haría exclusivamente por lo necesario que cada individua tenga, es decir, todos iguales.



Por otro lado, hay que recordar otro asunto oscuro en el pontificado de este hombre. Un grupo numeroso de historiadores, teólogos y sacerdotes divulgaron una carta enviada al papa Francisco y en la que señalan siete presuntas “herejías” contenidas en su exhortación apostólica sobre la familia, “Amoris Laetitia”. El documento, sostiene que Bergoglio “a través de su exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’, como también por otras palabras, actos y omisiones que se le relacionan, ha sostenido siete posturas heréticas en referencia al matrimonio, la vida moral y la recepción de los sacramentos”.


No podemos olvidar también declaraciones rotundas a medio de información. El papa Francisco afirma en una entrevista en el diario italiano La Repubblica que "son los comunistas los que piensan como los cristianos", al contestar sobre si querría una sociedad de inspiración marxista, en una entrevista publicada en el diario italiano La Repubblica. "Son los comunistas los que piensan como los cristianos. Cristo ha hablado deuna sociedad donde los pobres, los débiles y los excluidos sean quienes decidan. No los demagogos, los barrabás, sino el pueblo, los pobres, que tengan fe en Dios o no, pero son ellos a quienes tenemos que ayudar a obtener la igualdad y la libertad", explicaba Jorge Bergoglio.

De esta manera, Bergoglio ha equiparado a la comunidad cristiana con una ideología responsable de un siglo de asesinatos, deportaciones, torturas y genocidio en nombre de la defensa de los pobres y parias del mundo... Pero para Bergoglio, igual que para otros papas que encubrieron criminales en el pasado, estas cifras no parecen significar nada, pues el actual pontífice se ha mantenido como hasta ahora en un pérfido silencio adornado por la hipócrita sonrisa del que dice no saber o no comprender cuánta sangre, miseria y lágrimas siguen derramando por estos rincones, los socios de su reinado papal.





La imagen de un Papa que se viste de rojo y de un comunista que abre la puerta a Roma es, sin duda, desconcertante. Bosqueja un escenario de incertidumbre donde nadie debería precipitarse y comenzar ingenuamente a aplaudir. Causan un terrible estupor las palabras del propio Papa Bergoglio, cuando dijo aquello de que...“Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España, que quede claro”, pasando por encima de que Santiago, es España, o, por ejemplo otra frase que no tiene desperdicio, como "Yo no sé si España está reconciliada con su propia historia, sobre todo con la del siglo pasado". Otra de las perlas del Papa Francisco, o Bergoglio, sobre el nacionalismo catalán, es "Son ustedes los españoles los que tienen que juzgar, dando bien su actitud. Pero para mí, lo más clave en este momento en cualquier país que tiene este tipo de problemas, es preguntarme si se han reconciliado con la propia historia".


Llegamos al toque final, con un alegato inmisericorde, y un recuerdo oscuro, desde el cual, en estas líneas, pido disculpas si ofendo a algún lector, pero permítanme un recuerdo tenebroso. Michel de Nôtre-Dame, Nostradamus, el famoso profeta medieval que con total seguridad, jamás imaginó la influencia que sus escrituras tendrían en el futuro. Pues bien, resulta que Nostradamus predijo que cuando un hombre negro asumiera como sucesor de San Pedro en Roma, con él traería el fin de los tiempos, es decir, que a partir de él, el mundo jamás sería ya igual. Algunos dirán que Bergoglio es blanco, y que esto, no tiene sentido, pero, permítanme una pequeña aclaración…Resulta que la Orden de Bergoglio, la Compañía de Jesús, o simplemente jesuitas, se caracteriza por la vestimenta negra de sus sacerdotes, y el superior de la orden, es llamado “Papa Negro”.

 Si, es cierto que Bergoglio nunca lideró a los jesuitas, pero resulta que es el primer papa en haber vestido la sotana oscura, pero hay más, no se inquiete el lector, ya que también hay un santo medieval, San Malaquías, que vivió en Irlanda a principios del segundo milenio después de Cristo, que dejó un documento escrito que produce un cierto escalofrío, ya que después de haber listado a 111 papas, Malaquías culminó un documento con una frase apocalíptica, que dice lo siguiente; “En persecución extrema, en la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano quien cuidará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual la ciudad de las siete colinas, probable alusión a Roma, pero Jerusalén también tiene siete colinas, será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo”…Resulta que después de esa lista de 111, el lugar 112 lo ocupa Bergoglio.


No es la primera vez que se argumenta que Bergoglio es un papa ilegítimo que no ha sido nombrado por el Espíritu Santo, sino por una mafia de Cardenales, entre los que me gustaría destacar al Cardenal Tarsicio Bertone… Bertone tenía muchos enemigos en la Curia y tampoco se distinguió por una eficaz ayuda a Benedicto XVI. Muchos de los problemas que llevaron a éste a la renuncia traían causa de la indolencia del salesiano. Pero desde hacía años era su hombre de confianza y podía ser la palanca que facilitase la elección de Bergoglio. Y el que iba a ser el ungüento que ablandase reticencias era el cardenal McCarrick, Uncle Ted, poderosísimo exarzobispo de Washington y prelado muy bien conectado en el ámbito diplomático y económico. El Cardenal Bertone aparece como uno de los principales encubridores de McCarrick y máximo valedor de la llamada Mafia Lavanda. Bertone, McCarrick, Daneels, Maradiaga. Todos los muñidores de la elección de Francisco con alguna polémica homosexual a sus espaldas. Demasiadas deudas entre ellos, demasiados silencios cómplices, la omertá, también conocida como Ley del Silencio.






Sobre Bertone, se hace necesario hacer un epílogo relacionado con nuestra esfera local. En septiembre de 2012, pocos días después del primer órdago independentista de Artur Mas, La Vanguardia concede al entonces secretario de Estado el Premio Conde de Barcelona. La ceremonia de entrega se efectuó con toda la pompa y circunstancia en el monasterio de Pedralbes, bajo la presidencia del rey Juan Carlos I. Según argumentaba la nota del jurado el premio, se le concedía por "su templanza, prudencia y espíritu de apertura en afinada sintonía con el Papa". Ese galardón llevaba tiempo madurándose gracias a la labor machacona de Enric Juliana. Bertone había sido la verdadera puntilla que había terminado con la época de Jiménez Losantos en la COPE. Junto a Cañizares y Martínez Sistach. No había otro motivo en la distinción. El Vaticano se hallaba en pleno escándalo Vatileaks, que señalaba especialmente a Bertone, y no era momento en que destacase por su templanza, prudencia y sintonía con el Papa. Se le premiaba por haber finiquitado aquella COPE beligerante. Nada es casual. Como tampoco es casual que, antes de entregar la cabeza de Losantos, Bertone visitase Madrid y se entrevistase con Zapatero y Fernández de la Vega y después se fuese a dormir al monasterio de Montserrat. Juan 8, 31-42…En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.