miércoles, 6 de enero de 2016

LA ESPAÑA DE LA CONVERSIÓN Y LOS MALES DE UNA ENFERMEDAD

LA ESPAÑA DE LA CONVERSIÓN Y LOS MALES DE UNA ENFERMEDAD






La Transición Española de la dictadura franquista hasta la democracia, con respecto a ese momento histórico parece clara: la Transición, con todos sus defectos, fue el mejor de los arreglos posibles, el menos malo de los caminos que conducían desde la agónica dictadura franquista hasta la democracia actual, pero distó mucho de ser un modelo a seguir, ya que en principio, dejó más de mil víctimas mortales, estamos hablando de las víctimas de ETA, hasta la fecha...además, se incluyen las que protagonizó el GRAPO en su momento...es necesario tener en cuenta que ETA vinculaba sus asesinatos por lo que ellos llaman un problema político, pero se supone que el problema político había desaparecido una vez muerto el dictador, y con el inicio del cambio político anunciando la llegada de la democracia...sin embargo, ETA siguió asesinando de igual manera...al igual que lo hizo el GRAPO, pero en menor medida. Cuarenta años después de la muerte de Franco, y con un nuevo régimen al que llamamos Democracia que para mí no es más que una demagogia, todavía seguimos buscando nuestro sitio y nuestro sistema...es por lo que considero que la transición todavía persiste, ya que aún hay personas y entidades políticas que argumentan un nuevo cambio en una Constitución relativamente joven, y abogan por una especie de república en un Estado Federal...en pocas palabras, no sabemos ni lo que queremos después de 40 años de dictadura, y otros 40 de Democracia y Estado Autonómico. Todavía persiste la Transición democrática o como los amantes del sistema quieran llamarle, en los siguientes enlaces se puede observar el número, la condición, y el nombre de las víctimas…















829 muertos sólo por ETA, más los que se han pegado un tiro, al no soportar la presión de ver a sus familiares asesinados o a sus amigos y compañeros…
















88 muertos desde 1975, cuando Franco ya estaba como aquel dice criando malvas...ahora, le sumamos si se quiere otro tipo de víctimas provenientes de la izquierda radical contra antiguos falangistas o camisas azules, pero aquí, hay otro número de víctimas que tampoco son reconocidas…












No vamos a considerar ni a los miles de lisiados física y psicológicamente, ni a todos aquellos que han tenido que emigrar de sus tierras y exiliarse en otras ciudades por temor a la persecución terrorista de la Transición…miles y más miles, a los que se debería contabilizar, pero nadie cuenta con ellos…todo se ha olvidado como por arte de magia democrática y libre…y eso, ya no puede ser considerado un modelo aceptable si lo comparamos con otras transiciones …pero, ¿cuál es la razón?






A mi entender, y considero que al de otros muchos como yo, el carácter de la transición fue un proceso que permitió de una manera errónea que los partidos políticos ocuparan prácticamente todas las instituciones y corporaciones del Estado con personal proveniente del mundo de la política, una política por cierto que a diferencia de los países del entonces conocido como Telón de Acero, que tenían unos sistemas económicos provenientes del comunismo arruinados, como ocurre siempre con los sistemas comunistas, el régimen de Franco dejó un país económicamente próspero y normalizado al sistema capitalista de un mercado libre…y esto no son datos que me he inventado yo, cualquiera puede consultarlo en las hemerotecas y en los libros de historia o economía.






Políticamente hablando, de todos es también conocido que en la etapa final del régimen franquista ya se habían legalizado las asociaciones políticas, que luego fueron el germen de los futuros partidos políticos, tanto de centro como de la derecha, y en lo que se refiere a los partidos de izquierdas, salvo la excepción del partido comunista, el Estado fue permisivo con el PSOE en la clandestinidad y otros partidos afines, y esto, tampoco es ningún invento mío, y ninguna novedad que aspire a convertirse en un descubrimiento histórico sin precedentes. Sin embargo, en los países comunistas, estaban prohibidos todos los partidos políticos, salvo el partido comunista estatal, y no existía ninguna estructura en la clandestinidad mínimamente operativa.





Dejemos de momento a un lado el pasado, y saltemos la línea del tiempo trasladándonos a la actualidad, y observamos que nuestra España está oprimida por dos graves amenazas, que marcan todo el ritmo político de la nación y de la opinión pública, con las consecuencias que ya conocemos que son por un lado, el auge de partidos anti-sistema que intentan con sus intereses romper toda la estructura del Estado, consecuencia de lo que ya conocemos, la corrupción y el auge del separatismo. Estas dos lacras de nuestra realidad nacional, me refiere a la corrupción y al auge del separatismo, tienen su origen directo en la Transición española, y en este punto, enlazamos de nuevo con el pasado, y la razón es la que ya hemos comentado, la permisibilidad de que los partidos políticos tomaran las riendas de todas y cada una de las instituciones y corporaciones estatales, y además, las públicas, merced a los sindicatos, ya que en determinadas empresas de calado muy importante a nivel nacional, sólo se permitía el acceso a trabajadores afiliados a un determinado sindicato… engrosando las empresas públicas, estatales o municipales, con personal proveniente del mundo de la política, y encima, subvencionado por todos. Exactamente igual pasó con el poder judicial, con los problemas que todos conocemos, y con las instituciones bancarias, con los problemas que también conocemos, en las que se insertaron personas de partido, más propensas a corruptelas por su provisionalidad en el ejercicio del cargo, que desplazaron al personal técnico profesional en esa materia.






Por otro lado, está la cesión de competencias propias del Estado como la educación, la sanidad, el orden público mediante las fuerzas y cuerpos de seguridad, la justicia, y todo un conglomerado que permitía no ya la corrupción en cuanto a la entrada de funcionarios a dedo político e interés creado, que son muchos, y que permitió un ensayo de modelo de gobierno que preparaba el campo del nacionalismo que se ha ido radicalizando cada vez más hacia la independencia y además, se va extendiendo a zonas donde antes era prácticamente impensable que llegaran, como de todos es conocido.






Todo esto, en muy poco tiempo, ya que hemos acaparado tanta libertad como si estuviéramos no ya ansiosos por acaparar más, con 16 ediciones del Gran Hermano, récord mundial por excelencia, y con un nivel del 24% de abandono escolar temprano, líder en aborto libre y matrimonios Gay, y además, parece que esa ansiedad por más libertad se convierte casi en gula, o incluso en avaricia,,,y recordemos el sabio refranero que nos advierte que la avaricia suele romper el saco.






En plena alusión al separatismo, es incontrovertible que durante la transición se cedió libertad de acción a los partidos políticos nacionalistas, confiriéndoles competencias típicamente estatales como las que ya hemos comentado antes, y este es uno de los principales males del principio de la Transición a la que me refiero, uno de los males ya incurables, debido a que su pervivencia en el tiempo a dejado nacer una especie de vicio o costumbre asentada para la posteridad, además de ampliar el espectro del mal con las duplicidades de competencias derivadas a las Comunidades Autónomas que aparte de ser un desastre económicamente hablando, lo es en el campo político y sobre todo, en el social…pruebas de todo esto, las podemos ver todos los días y a todas horas.






¿La solución?...médicamente hablando, sería atajar la infección originaria del daño o de la enfermedad, ahora bien, cada cual es libre de pensar si es o no razonable el contexto de mis palabras, y pensar si realmente, atendiendo al sabio refranero que ya hemos citado ahora por segunda vez, nunca es tarde si la dicha es buena, y además, merece la pena, o no hay mal que cien años dure…ni Cristo que lo resista.






Adolfo Suárez, aquel que fuera presidente del primer Gobierno constitucional tras la dictadura de Francisco Franco y el principal artífice de la Transición. Después de desempeñar diferentes cargos dentro de las estructuras del régimen franquista, formando parte de la Secretaría General del Movimiento y jefe del Gabinete técnico del Vicesecretario General, fue nombrado gobernador civil de Segovia en 1968. Un año después, en 1969, fue designado director general de Radio Televisión Española, cargo en el que permaneció hasta 1973. Controlaba la opinión pública, ya que recordemos que entonces no había tantas cadenas como hoy, y el gobierno franquista ya empezaba a preparar su final, que era más que evidente, pero con la idea de mantener ante todo, la esencia de la unidad frente a lo que se adivinaba venir. 



En abril de 1975 fue nombrado vicesecretario general del Movimiento y el 11 de diciembre de 1975 entró en el primer Gobierno de Arias Navarro, formado tras la muerte de Franco, como ministro secretario general del Movimiento. Sin embargo, el Gobierno del último presidente de la dictadura careció de los apoyos suficientes y no supo acometer el proceso de reformas que el país necesitaba y Arias Navarro presentó su dimisión. Entonces, el Rey Juan Carlos le encargó formar Gabinete. Sobre el nombramiento de Juan Carlos frente a su padre Don Juan, prefiero dejar la opinión al libre pensamiento del lector, y el encargo del Rey a Suárez, si me lo permiten, también.



El nombramiento de Suárez, el 3 de julio de 1976, cuando era prácticamente un desconocido para la mayoría de los españoles, generó dudas y muchas críticas. Para los sectores conservadores, el elegido era demasiado joven e inexperto; para la oposición, demasiado vinculado al anterior régimen.



Sin embargo, Adolfo Suárez, con las armas del diálogo y el consenso, supo reunir a un grupo de políticos de su generación, desde antiguos falangistas hasta socialdemócratas, y desmantelar el régimen franquista. Sus primeros 11 meses de gobierno estuvieron marcados por la Ley para la Reforma Política, que, al ser aprobada en noviembre de 1976, supuso el fin políticamente hablando de las Cortes franquistas. La respuesta posterior de los españoles en referéndum popular fue contundente con un 94 por ciento a favor.



Su decisión de nombrar al teniente Gutiérrez Mellado vicepresidente del Gobierno fue también clave para controlar a las altas esferas militares y disipar el peligro golpista del Ejército. No obstante, el proceso de reformas también se veía amenazado por la violencia de los grupos terroristas nacionalistas como ETA o de extrema izquierda como el GRAPO.



El año clave fue 1977, cuando Suárez fue elegido el 15 de junio por los ciudadanos como presidente del Gobierno en las primeras elecciones generales que celebraba España desde 1936, al frente de la Unión de Centro Democrático (UCD), que aglutinaba a los aperturistas del franquismo con algunos elementos democráticos de la antigua oposición democrática. Previamente, el 9 de abril de 1977, se produjo uno de los hitos de su carrera política. Legalizó el Partido Comunista de España, con Santiago Carrillo al frente, conocedor como era de los crímenes de Paracuellos del Jarama, y de otras muchas cosas más, como es el caso de los niños enviados a Moscú, y las 510 toneladas de oro que se perdieron para siempre. Una decisión que le granjeó las críticas del Ejército y de los sectores más conservadores, por lo que todos conocemos ya. La legalización del PCE se produjo en un momento en el que éste subvencionaba a diferentes grupos violentos prosoviéticos, siendo la primera de sus consecuencias el asesinato del falangista Ramiro Figueroa Ruiz Ugarrio en Valdemoro (Madrid) a manos de un afiliado al PCE.



Tras las elecciones, los dos grandes desafíos de Suárez se situaban entonces en redactar la Constitución y enfrentarse al terrorismo de ETA y al peligro golpista. Las Cortes resultado de las elecciones del 77 aprobaron la Carta Magna, que el pueblo español refrendó el 6 de diciembre de 1978.



El 3 de marzo de 1979, Adolfo Suárez ganaba por segunda vez unas elecciones generales y comenzaba así su tercer y último mandato como presidente del Gobierno, que estaría marcado por las críticas y por el ascenso de la izquierda, que se hizo con los principales ayuntamientos del país tras los primeros comicios municipales, en el mes de abril de ese año.



En el centro de los problemas políticos que tuvo que afrontar Suárez estuvieron las divergencias y peleas cainitas en el seno de la UCD, una gran coalición de partidos políticos de muy variado signo y la presión del PSOE de Felipe González, que se iba erigiendo en la gran alternativa del Gobierno. La difícil situación económica y la moción de censura que presentó el PSOE contra el presidente en la primavera de 1980, que no prosperó, contribuyeron a su desgaste.
Finalmente, el 29 de enero de 1981 Adolfo Suárez presentó su dimisión, casi cinco años después de ser nombrado presidente del Gobierno por el Rey, con el que, decían, había perdido sintonía. Ese mismo año, el monarca le concedió el título de Duque de Suárez por su papel en la Transición, pero quiero recordar un dato muy importante que mucha gente desconoce… Los norteamericanos se asustan bastante cuando el 25 de abril de 1974 se les va de las manos el proceso en Portugal a raíz de la revolución de los claveles. Por eso se centran desesperadamente en España para amarrar bien su posición en la península Ibérica. En el 74, en Suresnes, el PSOE es refundado con el apoyo de la CIA y del Servicio de Información de Carrero Blanco. Ellos son los que llevan a Felipe González a Suresnes, le escoltan y le dan el pasaporte. González se convierte en una alternativa controlada, y recordemos que el ingreso de España en la OTAN, vino de la mano de Felipe González y el PSOE…pero volavamos nuevamente atrás. 






Suárez fue uno de los artífices de diseñar el régimen actual, de traer la ley electoral que daba alas a los separatistas (en medio de este disparate legalizó la bandera oficial del PNV, la ikurriña, como bandera de todos los vascos), y no estuvo a la altura en la persecución a ETA y GRAPO.



Suárez, pese a la propaganda oficial, fue un hombre de paja que no dejó ningún tipo de legado político, cuya obra de centro democrático se disolvió de la misma manera que nació, sin pena ni gloria y con el telón de fondo de un mutismo creado y diseñado a propósito de mantener a la opinión pública en la pura esencia del desconocimiento y seguidismo borreguil. En frente, apareció un potente y salvador de la patria que se alza de nuevo en pro de la Nueva España PSOE subvencionado por la RFA y EEUU. hoy del suarismo no queda más que un símbolo para muchos, y un ingrato recuerdo para los que de verdad se batieron el cobre por España durante aquellos años, en defensa de aquello que de salvable tenía el ala más renovadora del Antigüo Régimen para adaptarla a las necesidades de esta nueva España y blindar un Estado democrático pero sólido frente a todas aquellas tendencias que en realidad, apartada la venda de los ojos, no desean otra cosa que la ruptura y la destrucción, convirtiendo a España en una especie de repúblicas balcánicas con un futuro incierto y con la mecha de la amenaza de guerra siempre encendida. De esta manera, no ya sólo el separatismo, si no el comunismo intransigente que todos conocemos en la historia de la humanidad, degenerado en el anti sistema arcaico de lo que hemos venido a conocer en la historia como el Anarquismo. Hoy en día, de aquellos barros, estos lodos que han venido a sumirnos en la inestabilidad política con la amenaza en auge de ese nuevo anarquismo diferenciado en esencia por el anterior en una especia de sistema leninista de repúblicas bolivarianas que subvencionan el ideal para de esta forma, acometer su venganza sobre una España culpable por la ignorancia y dejadez.






Una España víctima del nacionalismo más reaccionario, coadyuvado por la esencia de los nacionalismos bolivarianos intransigentes, voraces devoradores de la libertad de sus pueblos, herederos del triste destino de sus mal llamados libertadores, herederos también de la esencia de sus malas transiciones, como la española, por eso no tememos equivocarnos al afirmar que los problemas reales de las independencias americanas no fueron causados por España, sino por los trágicos y mal llamados “libertadores”, que en nombre de una falsa igualdad arrebataron a los indios sus derechos y sus tierras comunales, amparadas por las leyes y los derechos que los españoles habíamos decretado siglos antes, esta es la triste realidad, y no otra, prueba de ello es la historia misma de cada una de esas naciones, para quien quiera aprenderla, o se moleste en indagar. La demagogia idealizada, la parafernalia de la mentira sistemática en la enseñanza, la retórica con el pretexto de libertad adquirida con la lucha, el argumento de la falta de avance hacia una sociedad más justa y menos pobre debido a los despojos de una proscrita Madre Patria hostil, convierten el 12 de octubre ya no solo en Hispanoamérica, si no en la misma España con el ejemplo de las protestas contra las celebraciones de la Toma de Granada, en el día de la resistencia al colonialismo y al holocausto, y en el primero de los acontecimientos, como si cambiar de amo, según advirtiera Martí, equivaliera a ser más libres, y en el segundo, dar más viveza a la llamada al mundo musulmán que tanta sangre a vertido en loor a su inexistente libertad como lo estamos viendo todos y cada uno de los días….Es falsa en su totalidad la convivencia pacífica entre las tres culturas, y España, ha luchado eternamente contra el Islam, quien niegue esta evidencia, negara la historia, y la razón de negar la historia la veremos ahora enseguida.






La obstinada idea en mantener viva la Leyenda Negra de los gobiernos bolivarianos y dictadores en esencia que amamantan a sus criollos en España es sin ninguna duda fruto de un cierto complejo de inferioridad y de un mal disimulado resentimiento de una sociedad criolla y mestiza hacia España cuyo verdadero estigma es eludir su propia responsabilidad en el grado de postración que se puede dar en la población indígena, cuando no el retraso, o falta de adelanto o sentido y sensación de falta de una libertad antaño soñada por sus mal llamados libertadores cuya realidad no pasa de la libertad que en forma real se puede ver hoy en las calles de Caracas, México capital, Bogotá, Guayaquil u otras tantas importantes ciudades de Hispanoamérica, todos los días nos dan noticias en los medios de esa libertad con sucesos que colman el delirio, pero seguramente hasta eso es culpa de España, en la misma manera que a la pobreza latinoamericana se le pueda atribuir. Dicho esto, se puede llegar a concluir que la creencia ciega en la Leyenda Negra, con todo lo que esta puede suponer, evidencie a su vez la pasión desmedida en nacionalismos exacerbados más preocupados en desmantelar evidencias históricas colmando de adornos desmedidos. Su finalidad…el aniquilamiento no ya de la Historia, si no de la esencia de la nación, y del verdadero concepto de la Libertad, ¿la razón? , pues es muy sencilla si nos detenemos a observar y sobre todo, nos detenemos un poco más a pensar…






La historia, además de aprender y saber del pasado, es conocimiento anticipado del futuro, y hay quienes se obstinan en cambiar el pasado y adaptarlo a su estilo, porque controlando el pretérito se controla el presente y la posteridad pendiente, sin importar que su falsificación en un quimérico sentimiento de vanidad nacional, es el camino que conduce al fracaso y a la destrucción de las naciones, y adaptando las palabras de Eurípides al amor patrio, cuando hay un exceso de amor, el hombre pierde su honor, y su valía, pero igualmente ocurre cuando se pretende destruir ese mismo amor a la patria, renunciando al pasado, sea bueno o sea malo, y olvidar por rencor hacia la demencial política de unos cuantos demenciales políticos el origen y la sangre de cada uno.






Recordamos en la historia, que va muy unida en ideal de consecuencias a la que pretendió instaurar de mala manera la tan ansiada libertad y las prisas por la regeneración política de la Transición, y es que, como dijo aquel, el pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla, y por desgracia, el pueblo español, es demasiado dado a olvidar… A Rousseau le interesó especialmente el tema de la independencia americana, desde su concepto de que la conquista no es un derecho, aunque cabría analizar en este mismo contexto el propio derecho de conquista de unos pueblos precolombinos sobre los demás. Dos de las obras del propio Rousseau, el Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres en 1753, y El contrato social o principios de derecho político en1762, funcionan, en el horizonte de espera de los pensadores de América, como respuesta a los interrogantes sobre la libertad individual y el ser social, el destino de los pueblos, su forma de gobierno, pero es adyacente el liberalismo económico que no es desde luego una doctrina o una ideología, si no más bien una metodología de conquista, de sojuzgamiento y de dominación del país o de las naciones recién nacidas bajo el manto del ideario de los pensadores revolucionarios que desde Hispanoamérica, observan un horizonte de independencia muy diferente a los fines de su realidad, e incluso, al sacrificio de un pueblo engañado que observa su libertad convertida en humo de novedosa sumisión, y ejemplos, tenemos todos los que queramos, baste mirar la historia de libertad que dieron cada uno de los llamados libertadores, y el final de cada uno de ellos, así como la marea de guerras civiles, traiciones y desengaños adyacentes a la propia emancipación… ¿Cuál fue en realidad el precio de esa misma emancipación?, pero lo que nos es más propio al presente artículo…¿Cuál ha sido el precio de esa mal llevada Transición?...exactamente el mismo. 






Podríamos nombrar aquí y recordar, el fin de los engañosamente nombrados como libertadores en la América española, todos, absolutamente todos, acabaron sus días en unas condiciones tanto para ellos como para sus naciones, nada deseables y soñadas en un principio…y exactamente lo mismo les pasó a todos aquellos grandes hombres y desde luego mujeres que desde los altos estamentos de la libertad, pretendieron con discursos dignos de recordar y con ideas comparables para el estudio de la ciencia política de las mejores Universidades del mundo, dar a conocer la verdadera esencia de la libertad bien entendida y de la convivencia en común sin imposición total y absoluta de la degeneración en que se ha convertido la mal estudiada libertad en el más puro Libertinaje…La democracia no es, desde luego, el mejor de los sistemas…pero no nos equivoquemos en enjuiciar antes de tiempo, ya que decimos esto, porque apoyándonos en concepciones de gentes más sabios que nos, llegamos a la terminología de que de poco sirven las libertades democráticas, si el que introduce la papeleta de elección en las urnas, resulta ser un auténtico analfabeto… y no lo digo porque no sepa leer ni escribir, ya que yo voy algo más lejos, y es porque su mayoría de edad mental, no ve más allá de lo que salva la distancia entre sus ojos, y la punta de su nariz, con lo cual, su voto, hace y tiene el mismo efecto para la libertad y la buena convivencia en el desarrollo común que el que tiene una patada allí donde la espalda pierde su noble nombre.






Si preguntáramos a aquellos políticos de verdad, que hoy nos observan atónitos desde vete tú a saber dónde en el amplio espectro de las creencias y los universos paralelos mucho más allá de del tiempo y de la muerte, si realmente están contentos con nosotros y nuestros avances políticos y sociales, pienso que dirían que no, y la razón es que ellos y otras antes que ellos se levantaron contra la materia y el egoísmo, y hoy, los hombres y mujeres y los políticos de la época han olvidado la sublimidad de aquellos discursos históricos y aquellos actos ejemplares para lanzarse como locos sedientos por el camino del egoísmo y la materia, en búsqueda incansable de la demagogia de la posesión por el poder, el dinero y la vida fácil, a cambio de entregar la belleza de la historia y la gallardía del orgullo de ser español…






Un pueblo español que fácilmente olvidaba que poco tiempo antes se retorcía de rabia por el amargo sabor de la muerte, y levantado en armas, siendo pintado en el horror de la guerra como reflejo fiel a la realidad en las estampas goyescas de los Desastres de la Guerra, donde aquellos hombres que levantaron a toda una nación, serán convertidos en leones de bronce que guardan la entrada de un futuro Congreso de los Diputados, en el mismo tiempo que Manuela Malasaña se dejaba la sangre y la vida en una esquina de la calle San Andrés, desparramando en el suelo la cobertura bizarra que daba a los héroes del parque de Monteleón, soliviantando a la turba que ingrata, se alza y vocifera aferrando las primeras armas que les regaló Caín…así lo pinté en blanco sobre negro en el artículo dedicado a Pepita Tudó, y del cual, me sirvo hoy.






Malditos entre los olvidados fueron aquellos a los que la nueva reforma política vetó, todos los partidos políticos son legalizados, excepto de los que promovían un estado totalitario...¿porqué, cuando fueron casi cuatro millones de personas las que desfilaron delante del féretro de Franco ?...La "democracia" después de la muerte de Franco no era una opción lograda por el "pueblo", era una obligación impuesta desde Washington, y los políticos de la época lo sabían bien, pero de la misma forma que lo sabían, lo silenciaban…¿alguien ha oído hablar de la CIA?, al final del artículo hay una bibliografía que posiblemente interese leer.










España se convirtió en las dos Españas desde el triste episodio de Guadalete, y ha estado así durante muchos siglos sin aprender la lección, siendo un pueblo casto y noble hasta la muerte, la historia de dos hermanas de sangre que siempre han caminado juntas y juntos han peleado espalda contra espalda en defensa una de la otra en pro de la tierra que las vio nacer, y que pasado el camino, sus cuerpos se bifurcan cada una a su lado, tirándose piedras con el odio fratricida que es el que más daño hace y nunca se olvida, a razón de que se puede quizás olvidar la bofetada de un vecino, más fácilmente que el escupitajo de un hermano, al que guardaremos ese rencor encendido cuyas ascuas no se apagarán jamás, como ya dijimos alguna otra vez…






Las transiciones en España nunca han sido buenas, y la última, desde luego, ha sido la peor…pero es innegable a su vez que es preciso corregir los daños ocasionados desde el principio de la colisión contra la frágil apariencia del iceberg resultante de un régimen en agonía evidente, ya que de persistir su daño en el tiempo, hará naufragar sin ninguna duda la evolución y el desarrollo a próspero posterior. Si no sanamos el daño que originó nuestros desvelos, demos por muertos sin remedio los anhelos de prosperidad y sana democracia, así como de la política eficaz y acabar definitivamente no ya sólo con la corrupción, si no con aquellas pretensiones insalubres para una nación seria y próspera que se precie, dando pie a que ideales renacidos de la miseria y el descrédito que se alimentan de la desesperación de las gentes, surjan con la fuerza que surge el cáncer en un cuerpo descuidado y abandonado a su suerte sin luchar, ni poner remedio que intente al menos ser eficaz. 






Es necesario saber reconocer cuál fue el origen de nuestros males, y así lo hemos intentando evidenciar, y se hace necesario dar un nuevo impulso a la política blindando de una vez por todas tanto el Estado como la justicia, arrinconando la corrupción, y controlando los recursos de aquellos partidos políticos que entrañan la separación de la nación más antigua de Europa, y una de las más antiguas del mundo. Es necesario democratizar los partidos políticos, moderar el abuso de los salarios de los cargos públicos, vetar y controlar los recursos de los partidos separatistas, disminuir el número atroz de funcionarios y la duplicidad de administraciones, disminuir también el número de políticos, aumentar el número de técnicos independientes en la gestión y asesoramiento del Estado, fortalecer los recursos para dar mayor eficacia tanto de nuestras Fuerzas Armadas, como de las restantes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y dotar a la Justicia de Jueces justos desprovistos de interés político, así como revisar la Ley Electoral y dotar la reforma de la Constitución con medios verdaderamente eficaces en la defensa de la unidad, para agilizar el progreso y los medios al alcance de la defensa de la integridad real de la nación. Dar prioridad a la resolución de nuestros problemas económicos internos, antes que los externos, y además, priorizar la educación y la enseñanza útil de una juventud necesaria para el progreso de una nación, y que se encuentra hoy a la deriva siendo presa fácil para todos aquellos que aprovechando la coyuntura fácil que les brindan los errores del pasado, se aprovechen de las circunstancias que les ha facilitado el libertinaje social para mal conducirlos por la senda de la ignominia con el disfraz de la falsa libertad y la fácil pervivencia en un Estado de bienestar de imposible implantación.






Aingeru Daóiz Velarde.-












BIBLIOGRAFÍA






Manuel Fernández Monzón Altolaguirre y Santiago Mata. " El sueño de la Transición."


Alfredo Grimaldos . "Claves de la transición 1973-1986 para adultos" .


Alfredo Grimaldos. "Las CIA en España".


Juan Carlos Segura Just. Artículo “Los errores de la Transición”.