lunes, 29 de marzo de 2021

LA BATALLA DE VILLARREAL DE ÁLAVA. LA HISTORIA MÁS OCULTADA POR EL NACIONALISMO VASCO.

 

LA BATALLA DE VILLARREAL DE ÁLAVA. LA HISTORIA MÁS OCULTADA POR EL NACIONALISMO VASCO.



En diciembre de 1936, 9000 “gudaris” fueron incapaces de derrotar a 600 soldados nacionales y requetés en Villarreal de Álava, sufriendo además enormes bajas(casi 700 muertos).En el verano de ese año, el gobierno de la República había concedido el Estatuto vasco, nombrando “lehendakari” al dirigente del PNV José Antonio Aguirre cuyo territorio se reducía a Vizcaya, después de que Álava y, por supuesto, Navarra, se hubiesen unido al Alzamiento y Guipúzcoa fuera conquistada por las Brigadas de Requetés carlistas navarros en el mes de agosto.




Ante la pasividad del gobierno central republicano de Largo Caballero, Aguirre organizó el “Ejército de Euskadi”. Los llamados “gudaris”, poniendo a sus órdenes a los oficiales del ejército republicano y formando casi 40 batallones con militantes de partidos nacionalistas vascos y también de los partidos del Frente Popular. Este ejército estaba en teoría coordinado con el ejército republicano del Norte pero en la práctica Aguirre lo dirigía a su gusto ayudado por 3 oficiales de su confianza, los capitanes Ciutat, Montaud y Arambarri.

A finales de año Aguirre y sus ayudantes organizaron una gran ofensiva de su flamante “Ejército”, convencidos de que obtendrían un enorme éxito. 29 batallones de gudaris con 18.000 hombres en total se lanzarían contra la casi desguarnecida por los nacionales, provincia de Álava y tras conquistarla irrumpirían en la provincia de Burgos. Si hubiera tenido éxito el daño sufrido por los nacionales en su dispositivo militar hubiera podido ser enorme.


A las 7 de la mañana, apoyados por la artillería, los batallones vascos comenzaron el avance y los 2.900 soldados nacionales que cubrían la línea entre Uzkiano y Arlaban en pequeños destacamentos fueron sorprendidos por el empuje de más de 15.000 milicianos y gudaris, que consiguieron romper el frente entre Murua y Nafarrate, y unos 9.000 hombres del Ejército vasco siguieron hacia adelante, pero quedaron estancados frente a Villarreal. De mientras, la columna Ibarrola conseguía hacerse con el control de la carretera Vitoria-Arrasate en las cercanías de Leintz-Gatzaga, pero no pudo tomar Isuskitza y Arlaban.


El punto de penetración clave era la localidad de de Villarreal de Álava (Legutiano en vascuence), que guarnecida únicamente por 639 soldados era el único obstáculo para alcanzar Vitoria. 9000 gudaris con blindados y artillería atacarían Villarreal.


El 30 de Noviembre comenzó la ofensiva, conquistando algunos pueblos. El día 1 de Diciembre los gudaris atacaron Villarreal pero sus defensores, 639 soldados de los batallones de Flandes, San Marcial y Requetés alaveses mandados por el teniente coronel D. Ricardo Iglesias, presentaron una resistencia feroz. El Teniente Coronel Iglesias animaba a sus hombres diciéndoles “La situación es muy difícil pero hay que luchar hasta el final. Confianza en Dios y resistir hasta morir, salvando a España”. Villarreal fue atacada con todo los medios disponibles, incluyendo blindados y aviación, pero su guarnición consiguió rechazar todos los ataques.




Los militares de Vitoria, al mando del general Solchaga, se hicieron cargo de la gravedad de la situación, pero apenas pudieron enviar refuerzos y se centraron en planificar el socorro de Murua y Villarreal, que contra todo pronóstico consiguió sostenerse a lo largo de toda la jornada, y eso que había sido catalogada de indefendible desde el primer momento al estar ocupadas por el Ejército Vasco todas las alturas que circundan la villa salvo el pinar de Txabolapea. La toma de Txabolapea al día siguiente pareció sentenciar a la guarnición de Villarreal, que recibió el permiso de abandonar la posición, pero su jefe, el teniente coronel Iglesias, decidió aguantar con la intención de retrasar la caída de Vitoria y permitir la llegada de refuerzos de Logroño y Burgos, algo que Mola no autorizaría hasta días más tarde.





La ofensiva estaba estancada y, a pesar de que el propio lendakari Aguirre decidiría supervisar las operaciones personalmente, el plan volvió a sufrir otro revés el día 2 cuando los de Alonso Vega desalojaron a las tropas vascas de Txabolapea, aliviando la precaria situación de los defensores de Villarreal. Los combates por la posesión del pinar, en los que se llegó al cuerpo a cuerpo, fueron los más dramáticos de la ofensiva y ambos bandos sufrieron numerosas pérdidas. Más al Este tampoco se consolidaba el terreno ganado, pues no se consiguió tomar ni Murua ni Cestafe, al igual que Arlaban, donde también fueron rechazados.


Los días 3 y 4 de diciembre la guarnición de Villarreal, a pesar haber sufrido continuos bombardeos artilleros y de aviación, rechazó todos los asaltos, que perseveraban una y otra vez en los mismos errores al no desplegarse correctamente sobre el terreno, lanzándose al asalto en masa sin ninguna coordinación, siendo presa fácil del fuego de ametralladora; pero así y todo, las tropas vascas consiguieron llegar en varias ocasiones hasta los parapetos, aunque en el último momento no supieron explotar su superioridad para llegar al casco urbano, donde requetés y soldados estaban literalmente enterrados entre escombros, sin posibilidad de evacuar las bajas y prácticamente sin alimentos ni municiones. Ante la dura resistencia y las grandes bajas, la moral de los gudaris se vino abajo a pesar de que su superioridad numérica era abrumadora. La enérgica defensa dio tiempo al general Mola a organizar una columna de socorro al mando del coronel Camilo Alonso Vega que liberó el pueblo ese mismo día 3, retirándose los gudaris, aunque aún hubo combates menos intensos hasta el día 24.


Ante la gravedad de la situación, el Estado Mayor vasco decidió activar la columna de Amurrio el 5 de diciembre, pero su ataque fue rechazado tras cinco días de combates. Ello ocasionó que la columna de Alonso Vega, reforzada con unidades llegadas de Logroño, Burgos y Zaragoza, pasase a la ofensiva en Nafarrate a fin de empujar a los republicanos hacia sus puntos de partida, pero fracasó en todos los intentos y hubo de retirarse a Vitoria con grandes pérdidas, no pudiéndose reorganizar hasta el día 8 en que, finalmente, consiguió tomar Nafarrate. Entre los días 9 y 11 las operaciones se detuvieron por el mal tiempo, aunque la causa principal fue la falta de reservas para seguir combatiendo tras el desgaste sufrido por ambos bandos.





A pesar de que la ofensiva vasca se dio por perdida sobre el día 5, o incluso antes, se ordenaron nuevos ataques sobre Villarreal los días 12, 18 y 21 de diciembre, siendo todos ellos rechazados. Debido al estado que presentaba la población tras los continuos bombardeos, algunos periódicos empezaron a llamarla "Villarruinas". Finalmente, el 23 de diciembre los "nacionales" recuperaron la localidad de Elosu y ya se puede dar por concluida la batalla.


Las bajas de los gudaris fueron enormes, según sus propios documentos, alrededor de un millar de muertos y casi 4.000 heridos. Las bajas de los nacionales fueron mucho menores, solo 31 muertos y 224 heridos en el mismo lugar de Villarreal.


Esta es la historia que más oculta el nacionalismo vasco. Esta derrota vergonzosa y casi catastrófica si fuera más conocida podría hundir el mito de los gudaris y del “lehendakari” Aguirre.


El desastroso balance, al tiempo que debilitaba a las tropas atacantes, supuso un duro golpe en la moral del Eusko Gudarostea y un afianzamiento de la posición sublevada que con la incorporación de nuevos voluntarios igualara la capacidad militar del bando republicano. Las tropas defensoras había mostrado no solo una gran valentía individual, también una buena capacidad organizativa y previsión de las distintas estrategias tomando posiciones elevadas y manteniendo su apoyo y comunicación haciendo frente a todo un ejército, en lo que sería la única y fallida operación del Ejército de Euzkadi.


Fuentes:


 Nueve meses de guerra en el norte. Monografías de la guerra de España José Manuel Martínez Bande.



La batalla de Villarreal de Álava. Josu Aguirregabiria Parras

Rafael María Molina Sánchez. Historiador



Somatemps.me



LA BATALLA DE VILLARREAL. JOSU MIRENA AGIRREGABIRIA.. diario DEIA.












1 comentario:

  1. La batalla contada en imágenes, en youtube: www.youtube.com/watch?v=YHYEgpSUHOE

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