domingo, 27 de octubre de 2019

LA HISTORIA DE UNA EMBAJADA RESCATADA DE LA MEMORIA



LA HISTORIA DE UNA EMBAJADA RESCATADA DE LA MEMORIA

La Embajada de España cerca de la Santa Sede tiene el doble honor de ser la Misión Diplomática más antigua de cuantas existen en el mundo y de mantener su residencia a través de los siglos en el mismo edificio. Hasta el siglo XV los Embajadores desempeñaban misiones temporales específicas como negociar acuerdos comerciales, tratados de paz, o fijar las estipulaciones de matrimonios entre príncipes. Es la República de Venecia el primer Estado que designa un Embajador permanente, precisamente aquí en Roma por la importancia espiritual y temporal del Papado. El Rey Católico Fernando de Aragón, por su condición de Rey de Nápoles y al ser Venecia su gran rival, establece también una Embajada permanente y designa para el cargo en 1482 al Caballero de la Orden de Santiago Don Gonzalo de Beteta, cuyos restos reposan en la Iglesia Nacional de los Españoles de Santiago y Montserrat.
Beteta inició la prestigiosa nómina de 151 Embajadores, del mundo de la diplomacia, la milicia, la nobleza, la política e incluso la Iglesia, que durante más de quinientos años han representado y defendido los intereses de nuestra patria en una misión diplomática marcada por su singularidad e importancia.



Tenemos que dirigirnos a documentos del siglo XV, para ver como se denominaba dicha Embajada, y concretamente en uno de esos documentos, de los cuales hay varios, me referiré al de  18 de septiembre de1484, que se refieren a la valoración que hicieran los Reyes Católicos ante la duda de a quién dejar en depósito los papeles de Beteta ordenando tomar ciertas medidas, ya no sólo referentes a este asunto concreto, sino que afectaban también a la propia institución de la Nación Española en Roma" de la Embajada.
"El Rey e la Reyna. Reverendo Padre Alfonso de Paradinas, obispo de Ciudad Rodrigo e demás diputados de la Nación Española en Roma. Ha llegado aquí Blas del Pino, Camarero e Secretario del honrrado cavallero e nuestro embaxador Don Gonzalo de Veteta, que santa gloria haya, e nos ha entregado vuestra atenta e cumplida carta de 29 de marzo de este año, con la qual nos participades la muerte de dicho Don Gonzalo, que decides siguió el día 27, dos días antes del despacho, refiriendo lo que havía declarado en su testamento acerca de los papeles pertenecientes a nuestro real servicio, decides que sin embargo, que dicho Don Gonzalo havía dispuesto en su testamento acerca de los papeles pertenecientes a nuestro servicio, decides que sin embargo que havía declarado que los testamentarios cuydasen de entregarlos a quien fuere nos servidos mandar, e que siendo vos. Reverendo Padre, uno de ellos, e haviendo considerado no haver en Roma persona que goze el character de nuestro criado, en quien poderlos fiar, con prudente reflexión, e para el mexor resguardo de ellos, dudaste cómo lo havíades de executar e facer, e por ende tubistes por conbeniente de juntar como juntástedes tres principales sugetos de la Nación..." Fol. 37rv.
Este es solamente un ejemplo, aunque hay más pero alargaría mucho el post donde claramente, a la Embajada se le denomina: “Embajada de la Nación Española en Roma”, simplificándolo numerosas veces con el nombre de “Nación” solamente; recuerdo que estamos hablando de 1480-84.
"Y assi se tomó por expediente por Monseñor Paradinas el juntar tres o quatro de los principales de la Nación para discurrir sobre la materia, y resolvieron que tres de los principales sugetos de la Nación fuesen con Notario a la casa de Don Gonzalo, difunto, y recogiendo todos los papeles, se pusiessen en un saco, y ligassen....., Ibid., fol. 36r.
…........... jamás de esta prerogativa e distinción, e que en juntas e funciones presidades e presidan a qualesquiera personas, estando inmediatamente al hombro izquierdo de nuestro embaxador e cardenales e otros perlados e eclesiásticos de la Nación". Fols. 40rv.
…......... para los casos graves, también nuestros embaxadores hayan de combocar a los diputados de la Nación referida, como los que representan el cuerpo entero de ellas …...,Fols. 42rv.
E en todas las consultas graves que os hicieren e para las quales os llamaren e representaredes al dicho embaxador e subcesores las necesidades de la Nación, los agravios que padeciere e la prevención del remedio, para lo qual teneredes irremisiblemente un día de cada semana entero para las audiencias de nuestra Nación e para oyr la necesidades de ella …..., Fol. 46rv.
Aparte de en castellano antiguo, también los hay en francés:
Gonzalo de Beteta est considéré comme un des premiers ambassadeurs permanents de l'histoire d'Espagne et le premier ayant assumé cette charge auprès du Saint-Siège. Son décès, survenu au cours de l'accomplissement de sa mission en 1484, donna lieu à l'intervention de la "Nación Española de Roma", chargée de la sauvegarde des intérêts royaux à Rome jusqu'à la arrivée du novel ambassadeur. Ces faits seraient manipulés historiquement et documentairement des siècles plus tard, en plein XVIIF siècle, au cours des revendications de prérogatives royales sur les églises nationales espagnoles à Rome. En s'appuyant sur un manuscrit de la Bibliothèque Menéndez y Pelayo de Santander, cet article tente d'aborder la
Parece ser que aunque ahora hay escépticos que lo discuten o niegan, en el siglo XV con los Reyes Católicos, se denominaba Nación Española, al menos eso dicen los documentos…sirvan estos como simples ejemplos.

HISTORIA DE LA EMBAJADA

En sus años iniciales (1480), los Embajadores se albergaban en palacios alquilados a cardenales o nobles romanos (Orsini, Altemps, Aldobrandini, Doria Pamphili, Urbino, De Cuppisy), hasta que en 1647, el nuevo embajador del Rey Felipe IV, Íñigo Vélez de Guevara, Conde de Oñate, adquiere por 22.000 escudos romanos el Palacio Monaldeschi, el cual había sido sede de la Embajada desde 1622, hoy conocido como Palacio de España.

La compra tuvo sus embrollos, los propietarios del Palacio, una vieja familia noble romana, la familia de los Monaldeschi, lo sacó a subasta pública, a través de un agente italiano, Bernardino Barber, el conde de Oñate, hizo una oferta por el palacio, pidiendo permiso de compra a la Congregación de Barones del estado pontificio, que tenía la potestad para aprobar la venta de palacios importantes. Posteriormente, se compraron otras cuatro casas junto al palacio para ampliar el edificio, en 1654 el rey Felipe IV envió 19.000 ducados para su mantenimiento y reparación.

El Palacio Monaldeschi, es un palacio barroco que alberga la sede de la Embajada de España ante la Santa Sede desde 1622. No alberga, por contra, la Embajada de España ante Italia, ya que esta se encuentra en la primera planta del Palacio Borghese de Roma.



La Embajada interviene en la elaboración por parte del Papa español Alejandro VI Borja de la Bula «Intercaetera», que da lugar al Tratado de Tordesillas y reparte el Nuevo Mundo entre los reinos de España y de Portugal. Después del «Saco de Roma» los Embajadores consiguen la reconciliación con el Papado, organizan la importante visita de Carlos V a Roma y logran el apoyo de los Estados Pontificios a las guerras de religión del Emperador. En la Embajada se negocia la llamada «Liga contra el Turco», la alianza entre España, los Estados Pontificios y Venecia, que permitiría derrotar en Lepanto a la flota otomana, librando a Europa de la amenaza turca.


Hay también capítulos desconocidos como el ofrecimiento que el Rey Alfonso XIII hace en mayo de 1915 al Papa Benedicto XV del Monasterio de El Escorial como residencia con extraterritorialidad para evitar los riesgos de la Primera Guerra Mundial y garantizar la libertad de su sagrado ministerio.



Los Embajadores se albergaban en palacios alquilados a cardenales o nobles romanos hasta que en 1647 el Conde de Oñate, Embajador del Rey Felipe IV, adquiere el actual edificio, cuya rehabilitación encarga al gran arquitecto Borromini quien fuera el rival de Bernini, y quien construye la maravillosa escalera de honor, una de las más armónicas de la ciudad. El Palacio de España custodia importantes obras de arte como las dos esculturas de Bernini, «El alma condenada» y «El alma beata», la magnífica colección de tapices o los cuadros de Madrazo, Vicente López, Wieldens, Mario de'Fiori, Mengs, Nattier, Palmaroli, etc.
Durante cuatro años fue residencia del pintor Velázquez, venido a Roma para adquirir obras de arte para la colección real. Aquí pintó «La fragua de Vulcano» y «La túnica de José», tomando como modelos al personal de la Embajada. Por encargo real, los Embajadores adquirieron más de dos mil pinturas de los clásicos italianos, que pasaron al Museo del Prado.




 Durante los siglos XVI, XVII y XVIII el palacio fue el centro de un mundo fastuoso, siendo escenario de los acontecimientos más brillantes de su tiempo en la ciudad de Roma, su pequeño teatro de madera fue un 20 de noviembre de 1782, escenario del estreno de Antígona de Vittorio Alfieri; durante cuatro años fue residencia del pintor Velázquez, venido a Roma para adquirir obras de arte para la colección real. Aquí pintó “La fragua de Vulcano” y “La túnica de José”.

La embajada alberga una colección de tapices gobelinos del siglo XVII, tapices de lana y seda del siglo XVIII originarios del Palacio Real de Madrid; cuadros del Museo del Prado de autores como Federico Madrazo, Vicente López, Nattier, Mengs, Mario di Fiori; numerosas esculturas donde destacan dos bustos de Gianlorenzo Bernini de 1619, "El alma beata" y "El alma condenada"...en la imagen, el Alma Beata.



El 8 de septiembre de 1857, el papa Pío IX inauguró la columna de la Inmaculada Concepción que preside la Plaza de España, plaza que lleva ese nombre en honor a la Embajada y en recuerdo de la definición del dogma de la Inmaculada del que España fue tenaz defensora durante siglos.


La Embajada esta, cerca de la Santa Sede,  y no ante la Santa Sede, como equivocadamente se la denomina. El diccionario de la Real Academia Española define la segunda acepción del término «cerca» diciendo que en lenguaje diplomático designa la «residencia de un ministro en determinada corte extranjera, y cita como ejemplo el del «Embajador cerca de la Santa Sede». Además el adverbio «cerca» recoge el antiguo privilegio de cercanía al Pontífice que tenía el Embajador del Rey católico de España frente al Embajador del Rey cristiano de Francia, eternos rivales durante esos siglos; el Embajador de España, estaba más cerca de la Santa Sede que el francés, ahora no tendría mucha importancia pero por aquel entonces, era toda una victoria para España.




EL ESCUDO DEL VESTÍBULO

En cuanto a lo referente al escudo de su vestíbulo, aclararemos lo siguiente…
Como hemos mencionado, el Palacio Monaldeschi donde se encuentra la Embajada, fue adquirido en 1647 aunque fue sede desde 1622.
La primera inversión que se hizo de mantenimiento y restauración, fue realizada en 1654, Francesco Borromini, arquitecto suizo-italiano, considerado uno de los máximos exponentes del barroco romano diseñó la ampliación del palacio y trazó la escalera principal de la embajada y el vestíbulo donde se encuentra el escudo en honor a los fundadores de la Embajada “los Reyes Católicos”, obra que continuo el arquitecto Antonio el Grande.

Entre 1827 y 1834 se introdujeron decoraciones de estilo neoclásico y pompeyano y desapareció del salón de baile y el pequeño teatro de madera.

Cualquiera que sepa un poquito de historia y sea mínimo observador, en un simple vistazo, diferenciara el escudo Católico frente al franquista; ya no digo que sepa distinguir la diferencia en sus alas, pico y en la posición de la cabeza del Aguila de San Juan, aunque es ya evidente; tampoco me atrevería a pedir, que se fijara en las columnas de Hércules que acompañan al escudo franquista y que eso lleva a que el escudo heráldico de los Católicos, sea de un tamaño más grande; sería mucho pedir, que lo pudieran diferenciar por la diferencia gráfica del yugo de Fernando y las flechas de Isabel; pero es totalmente imperdonable no darse cuenta la diferencia en la heráldica del segundo y tercer cuadrante que corresponde a Aragón y Dos Sicilias en los Reyes Católicos, y a Aragón y Navarra en el franquista.

Diferencia que hasta los inventores y nuevos fanáticos de la mal llamada Memoria Histórica, ciegos por un rencor sin sentido siguen sin diferenciar, persiguiendo y eliminando escudos anteriores al nacimiento de Franco; pero es que  en el siglo XVII, fecha de construcción del escudo en la Embajada Española ante la Santa Sede, Franco todavía no había nacido, como tampoco lo había hecho la persecución sin sentido de símbolos históricos como el Águila de San Juan y los restantes símbolos del escudo.

SU ACTUALIDAD Y ALGUNAS CURIOSIDADES

Como los palacios más exclusivos de Roma, la Embajada tiene fantasma propio, el llamado «Fray Piccolo», un antiguo capellán que siglos atrás fue muerto a espada por el Embajador castigando sus requiebros amorosos a la Embajadora. También el aventurero Casanova trabajó en la Embajada durante varios años como traductor de francés, hasta que tuvo que abandonarla abruptamente por un lío de faldas con la hija de un comerciante, pero de todo esto, hablaremos en otro post…En la imagen siguiente, busto del “Alma condenada”, de Bernini.






Entre los salones del Palacio destaca el precioso oratorio construido por Paradisi y adornado con pinturas de Constanzi y Bianchi. Bajo el altar se encuentra el cuerpo incorrupto de un joven mártir, San Letancio, miembro del grupo de mártires de Cartago cuya devoción impulsó San Agustín.
El «Privilegio del baldaquino» que preside el «Salón de los Palafreneros», rememora la presencia de un Papa el 8 de septiembre de 1857 cuando Pío IX bendijo desde el balcón de la Embajada la columna de la Inmaculada que preside la Plaza de España, a la que los Pontífices acuden cada 8 de diciembre, siendo recibidos por el Embajador.
Cabe destacar, sin duda,  la restauración de las fachadas, gracias al mecenazgo de Don Amancio Ortega, propietario de Inditex, cuya generosidad ha permitido acometer una rehabilitación urgente por el estado de deterioro del edificio, y que necesariamente debe ser ahora continuada por el Estado para recuperar esta joya y evitar el riesgo real de su ruina.




Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la Embajada fue el centro de la vida social, política y cultural de Roma, compitiendo en prestigio con la corte del Papa. En su condición de Palacio real, cuenta con dos cámaras permanentemente preparadas para la estancia de Sus Majestades, y entre las salas de recepción hay un espectacular Salón del Trono, construido en tiempos de Carlos IV.
La Embajada lo es también ante la Soberana Orden de Malta y el Embajador de España desempeña el cargo de Gobernador de las «Obras Pías de los Establecimientos Españoles en Italia», una institución vinculada a la Iglesia que administra en Roma y Palermo los bienes fruto de donaciones de españoles para construir albergues, asilos, hospitales y sepulturas para los peregrinos.
La Embajada sigue siendo escenario de encuentros importantes que contribuyen a superar tensiones y abrir cauces de diálogo en las siempre complejas relaciones Gobierno e Iglesia. Cumple así hoy también este viejo y antiguo Palacio su función principal, nacida de su larga historia, cual es la de servir de sereno lugar de encuentro y de acuerdo, pero también, para recuperar la memoria de la historia.

Aingeru Daóiz Velarde.-

Fuentes
Corona de Aragón
Historia de España




miércoles, 11 de septiembre de 2019

CON RAZÓN O SIN ELLA.


CON RAZÓN O SIN ELLA. 

Aguafuerte, aguada, punta seca, buril y bruñidor. Estampación con entrapado. 248 x 341 mm.





Tras la introducción del primer desastre, de título “Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer”, comienza una serie de estampas en las que el espectador asiste a escenas de extraordinaria violencia. En ésta, por un lado puede interpretarse como la expresión del conflicto entre españoles y franceses que se expresa a través del título, los que tienen razón para combatir y morir y los que no la tienen, y por otro puede expresar la oposición existente entre el fanatismo y las pasiones como instintos naturales del ser humano y la razón propugnada por los ilustrados, en aquel tiempo conocidos como “afrancesados”, que eran españoles que apoyaban la llegada de Napoleón. 


A diferencia de otras obras contemporáneas del mismo autor, y en la que muestran espacio reconocibles, Goya no destaca ningún paisaje urbano, y centra de una forma destacada en primer plano, las figuras adquieren por su magnitud toda la atención, que son dos soldados españoles que se enfrentan a tres franceses, alineados como si de un pelotón de ejecución se tratase. Uno de los españoles, que sangra abundantemente por la nariz, sujeta en sus manos un puñal y alza su rostro con gallardía. El otro, situado algo más hacia el fondo, mira hacia el espectador con una expresión en la que se funden el dolor y el miedo al tiempo que empuña una lanza. Mientras todo esto sucede, al fondo, varios personajes se enzarzan en una feroz lucha, quizá para no correr la misma suerte de quienes van a ser ajusticiados en primer término. Goya emplea similar recurso al de Los fusilamientos del 2 de Mayo, el ejército, no está personalizado, es solo una máquina de matar, sin rostro. La dureza y la violencia se ven en las caras de los fusilados españoles. Entre los personajes del fondo la lucha continúa. 

En realidad de poco o nada pueden servir estas precarias armas con que los españoles se enfrentan a las bayonetas galas, armas que en el grabado se contraponen de manera evidente. En este sentido Goya nos muestra, tanto en esta imagen como en otras muchas de Los Desastres de la guerra, que frente al ejército francés bien provisto de armas, el populacho español trató de suplir las carencias materiales con su propio coraje…de esta guerra, nacieron situaciones heroicas y personajes, muchos de ellos, sentenciados al silencio y el anonimato, como podrían ser los que el artista nos presenta en esta estampa, tal y como recogen las recogen crónicas de los inicios del levantamiento popular. 

Podemos ver la frialdad de los soldados, a los que no vemos el rostro, como si se tratase de una máquina de matar, ya que Goya presenta a los verdugos de espaldas al espectador, con sus rostros ocultos, como una forma de insinuar el carácter universal de la violencia invasora, que contrasta con los rostros frontales de los dos españoles, trágica expresión de la muerte y el sufrimiento humano. Además de este brutal contraste visible en primer término, en el que se entrecruzan las puntas de las bayonetas, Goya esboza con todo detalle, en segundo plano, la otra cara del enfrentamiento, aquel en el que perecieron numerosos soldados imperiales; así podemos ver entre las piernas del hombre situado en el centro de la composición, a un grupo de españoles acuchillando a un soldado francés, y, con algo menos de precisión, a la izquierda, a otro español armado con otro cuchillo amenazando a la sombra de un soldado. 


Recordemos que Goya fue espectador y actor de estos acontecimientos. El pintor vivía en Madrid cuando, el 2 de mayo de 1808, tuvo lugar el levantamiento de la población En la primera semana de octubre de ese mismo año, se trasladó a Zaragoza, ciudad que había sufrido un largo y destructivo asedio por parte del ejército francés, llamado por el general Palafox para que inmortalizara con su pintura las glorias de aquellos naturales. 

Aingeru Daóiz Velarde.- 


Fuente: Museo Nacional de El Prado. 










martes, 10 de septiembre de 2019

TRISTES PRESENTIMIENTOS DE LO QUE HA DE ACONTECER



TRISTES PRESENTIMIENTOS DE LO QUE HA DE ACONTECER






Francisco de Goya y Lucientes.

1814 - 1815. Aguafuerte, Bruñidor, Buril, Punta seca sobre papel avitelado, ahuesado, 178 x 220 mm.

Goya no publicó en vida su serie grabada de los Desastres, y por razones obvias, ya que nadie estaría dispuesto a adquirir, tras dolorosos años de guerra, una serie en la que desde la primera a la última estampa el lector es testigo de una ininterrumpida secuencia de calamidades a cuál más terrible, y decidió que se guardaran los cobres en una caja en la Quinta del Sordo y así quedaran hasta años después de su muerte, siendo publicados por primera vez en 1863 por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Aunque Goya no hizo en vida edición de la serie, conocemos un ejemplar completo encuadernado: el que regaló a su amigo Juan Agustín Ceán Bermúdez y que hoy se conserva en el Bristish Museum. 


Esta estampa da inicio a la serie, “Los desastres de la guerra”, de Goya, y es la primera de una serie de 82 que la componen. Napoleón pactó con el rey Carlos IV y Manuel Godoy el paso por España camino de Portugal, lo cual terminó en la invasión de los ejércitos franceses. Los ojos implorantes y las manos extendidas en una clara actitud de desesperación, y cuya mirada se dirige al cielo, los gestos de este personaje parecen pedir clemencia ante el presentimiento de los acontecimientos que va a crear la Guerra de la Independencia (1808-1814).


El fondo es caótico, oscuro, casi tenebroso y el simbolismo de la figura se encuentra muy cerca del espectador, para así crear más dramatismo. Fondo y figura se unen en una especie de torbellino sin sentido, donde prima la soledad y el miedo ante la tragedia que se avecina, que no es sino la muerte como resultado de la guerra. Goya da carácter a la escena como un emblema del miserable pueblo español abandonado por sus gobernantes ante la invasión francesa que en forma de seres monstruosos le amenaza en la oscuridad. Sólo los héroes, hoy casi olvidados por el nuevo abandono de la nueva política, secundaron el levantamiento de toda una nación, desde los eriales regados con sangre de la tierra que los acogería en su seno.

En la estampa, queda casi imperceptible a la mirada la disposición de un paisaje en la lejanía, y se advierte la presencia una claridad que deja espacio a la esperanza.

Aingeru Daóiz Velarde.-






viernes, 26 de julio de 2019

ECO, LA NINFA DE LAS MONTAÑAS.



ECO, LA NINFA DE LAS MONTAÑAS.


Eco es un personaje perteneciente a la mitología griega, que como ya conocemos, está llena de simbología. Para cada cosa que existe en la naturaleza u ocurre entre los seres humanos, los griegos creaban historias e incluso fábulas para explicar la procedencia de todo. En este sentido, hoy nos centraremos en la leyenda de la ninfa Eco. 

Eco, era una ninfa de las montañas, una oréade del monte Helicón, consagrado a Apolo y a las musas. Fue conocida por su belleza cabal, su simpatía y alegría, pero sobre todo por el don de la palabra. Tenía una voz y un lenguaje precioso, de una fluidez natural y un tono capaz de hipnotizar a cualquiera. Fue educada por las Musas mientras era criada por otras ninfas, y su particularidad era que estaba enamorada de su voz . Es la protagonista junto a Narciso, un joven y hermoso pastor, del mito que le da origen al eco.

LA ENEMISTAD DE ECO Y HERA 

Eco vivía en las montañas junto al resto de ninfas por las que fue criada. Era envidiada por muchos, especialmente por Hera, diosa del matrimonio y esposa del dios Zeus. Esta envidia surgió de los celos que sentía cuando su marido salía al bosque a visitar a las ninfas, como Eco. La alegre ninfa solía entretener a la diosa Hera, mientras su marido aprovechaba para mantener relaciones fuera del matrimonio. Desgraciadamente, un día Hera sorprendió a Zeus con Eco y descubrió, una vez más, la infidelidad de su esposo. 

Como castigo, la diosa del matrimonio, le arrebató a Eco lo más importante en su vida, su preciosa voz. Apiadado de su amada, Zeus le suplicó a su esposa que rebajara la gravedad el castigo. Esta así lo hizo. En lugar de dejarla sin voz, le obligó a repetir la última palabra que dijera cada persona con la que hablara. Como consecuencia, Eco se alejó de la sociedad y del resto de humanos, decidiendo así irse a vivir al campo. 



ECO Y NARCISO, LA LEYENDA DE UN DESAMOR. 

Una vez retirada en el campo, la joven ninfa conoció a Narciso, un hermoso pastor conocido por rechazar el amor y todas las mujeres que se le acercaran. El joven era hijo de la ninfa Liríope de Tespias y el dios del rio, Cefiso. 


Cuando Narciso nació, el adivino Tiresias predijo que el muchacho tendría una vida larga a no ser que este se viera atraído por su reflejo. Por esta razón, su madre evitó todos los espejos. Creció en la ignorancia pero creando el camino propio hacía su destino. 


Eco observaba al joven diariamente, a escondidas, durante sus largos paseos. Un día Narciso descubrió la cueva en la que habitaba y la encontró allí. La ninfa quedo totalmente enamorada del joven, pero avergonzada de su voz, buscó ayuda de los animales para poder expresarle su amor. Sin embargo, Narciso se burló de ella y como de costumbre, la rechazó. 

Cuando la ninfa fue rechazada, esta solo era capaz de responder con las palabras del bello joven. 


Eco desilusionada, humillada y dolida, se encerró en su cueva, escondida en un lugar solitario y oscuro, se dejó llevar sin comer, y no volvió a salir de allí hasta que murió desintegrada en el aire, dejando solo su voz que repetía las últimas palabras de cualquier frase, dando origen así al fenómeno que hoy en día reconocemos como eco.




Los dioses se molestaron por el mal comportamiento de Narciso hacia Eco, por lo que la diosa Nemesis, diosa de la venganza, le mandó un castigo. Este consistió en maldecirle a enamorarse de su propio reflejo, que con el paso del tiempo lo lleva a la muerte por desamor. Enamorado de sí mismo, se dejó morir mirándose en un estanque y de su cuerpo muerto nació la flor del narciso, lo que dio pie a Freud a definir como narcisismo a aquellos trastornos de personalidad en los que el sujeto está inusualmente centrado en sí mismo.






jueves, 11 de julio de 2019

UNA LEYENDA EN LAS HURDES



UNA LEYENDA EN LAS HURDES.




Desde los grandiosos pizarrales que rodean Las Hurdes, la enigmática tierra extremeña perdida entre los valles y dehesas de los Duques de Alba, en los confines de Cáceres y Salamanca, se cuentan leyendas centenarias al calor de una lumbre en la noche, en cualquier hogar de los que forman parte del paisaje del que salen de las entrañas de la tierra tradicionales casas de pizarra, que dan un color peculiar de arquitectura negra a los más de cuarenta pueblos y alquerías, observadas desde unos miradores que quitan la respiración, donde un mar de sierras, dan color a bosques de encinas, pinos, castaños, y algunos árboles como madroños, cerezos y olivos, aparte de brezos y jaras, y a una tierra tan retorcida, que hasta los cinco ríos que la refrescan, han de acariciarla serpenteando y dando forma a unos espectaculares meandros que hacen perder el sentido de la razón y el tiempo, con la mirada perdida en el pensamiento del horizonte.





Mi finalidad, era pasar unas vacaciones en la casa de un amigo de mi padre, y aprovechar para recopilar historias de la zona y sus pueblos y paisajes, y encontrar ideas para escribir, pero sobre todo, empapar mi alma de la armonía de la soledad y el matiz del silencio, en un tiempo en el que el desamor, hace estragos, y los malos sueños nocturnos, no me dejaban encontrar la paz. 




El color de la noche, da color también a su leyenda, y el calor del fuego, acompañados por el sabor de un vino de pitarra de la tierra, y un generoso plato de la mano a la vez de unos matajambres y queso untados con la excelente miel robada a la naturaleza, desmitifican la superstición de la tierra sin pan que nombraba Buñuel en blanco y negro, y entre trago, bocado, ensalada de naranja y limón, habla y más trago, mi amigo Panojo me contaba las historias de la España negra de las Hurdes, con una pasión envalentonada por el caldo de la tierra, del que íbamos dando ya buena cuenta, entre el olor agridulce del estiércol que fermentaba en el corral.




La efusión de Panojo, rollizo y de tez oscura, empezaba a mal hacerse entender en el habla, debido posiblemente al abuso en cierta manera del sabor del vino, pero me recordaba las palabras de Unamuno, cuando decía eso de “Sí, es hondamente humano el que estos pobres hurdanos se aquerencien y apeguen a aquella tierra que es, más que su madre, su hija”…Panojo no paraba de hablar, y como si del tío Ignacio se tratara, aquel guía que acompañó a don Miguel, a Maurice Legendre y Jacques Chevalier en su viaje a las Hurdes a principios del pasado siglo, y del que daría buena cuenta en sus “Andanzas y visiones españolas”, me contaba al detalle las paisajes, usos y costumbres, de aquella tierra dura, y las más de las veces, poco grata, de la que el valor y el trabajo del hombre, sacaba el escaso fruto para hacer valer su sustento día a día, me hablaba de la relación del hombre y la mujer de Las Hurdes con la superstición y la naturaleza …quizás, de esa dureza extremeña, se hayan forjado las almas y el valor de los nobles hombres y mujeres que salieron de esta tierra para conquistar el mundo, y me hace ensoñar el valor del nombre de extrema, y dura, tierra de conquistadores…


Una de las historias que me contaba Panojo, era la de “La Bravía Jurdana” una moza que cortó la lengua a un pastor por quitarle la honra, con las mismas tijeras que  había en la tienda de la agredida, para que no alardeara de la afrenta ante la ausencia de su esposo, cuando este volviera de la guerra…el pastor, que era mago, la convirtió en una acumulación de rocas a los pies de un pico, lo que se viene a llamar “La canchalera encantada”, y que hoy día aún espera una noche de San Juan para librarse de su encantamiento. Historias de un soldado que regresaba a su pueblo, y del que no encontraron más que restos de la ropa y las botas, u otras como la aparición de un demonio y otras, que me sonaban más a fábulas de la España profunda de la sinrazón.





Me hablaba mi amigo de unas extrañas cabalgaduras en la noche, y que eran varios los testigos han asegurado a través de los tiempos que al ver tan macabra situación se han atrevido a preguntarles quienes eran y solamente han escuchado de sus bocas una voz de ultratumba que exclama: "Genti de Muerti". Suelen aparecerse montados a caballo, y estos macabros jinetes son dos, un hombre y una mujer ancianos, de rostro muy pálido con los ojos en blanco y unas manos huesudas con las que sujetan las riendas de los corceles, y van vestidos con un faldón que impide verles sus piernas. Aparecen misteriosamente de la nada durante la noche al ruido de las herraduras de sus caballos y desaparecen de la misma forma, o la Procesión de Ánimas, una tétrica y siniestra comitiva  que suele procesionar todos los jueves a media noche por los alrededores del río Malvellido, cercano a las alquerías de El Gasco, La Fragosa y Martilandrán.
Me decía con los ojos inyectados en la leyenda, que si la noche te sorprende junto a este río y notas un fuerte olor a cera quemada y un ligero viento huye rápidamente, pues estos son los fenómenos que anuncian su presencia, si algún mortal la viera equivaldría a una muerte inmediata.


El desparpajo de Panojo despertaba con la misma prisa con que engullía el vino, serio, seco, fijo en la mirada de un rostro donde se adivinaba el mapa de las penurias del tiempo y el trabajo, rudo, sereno, duro como la tierra que lo vió nacer a no muchos pasos de donde estaba ahora mismo, me contaba la historia de La "Chancalaera",  una mujer grande, fuerte y muy atractiva hasta embobar,  aunque tiene el don de poder transformarse en anciana de apariencia indefensa o  en un animal...me decía que su padre fue un pastor y su madre una yegua, de ahí sus grandes y largas patas, que hacen muy difícil huir de ella, pues da unas zancadas de tal longitud que le permiten cruzar, o como el decía, “achancal”  ríos enteros. Las marcas de sus huellas aún se pueden ver en muchas rocas de varios arroyos de Las Hurdes, y su cueva se encuentra  al pie del Pico de las Corujas...

Me decía Panojo sin pestañear,  que cierto día la "Chancalaera" sedujo a un pastor de cabras que se encontró por el monte llevándole a su cueva, y que mientras ella preparaba la comida el pastor encontró una gran cantidad de huesos humanos junto a la chimenea, ella le explicó que eran de personas que se habían cruzado con ella y que todo aquel que la veía tenía que morir...El pastor siendo  consciente de su oscuro destino dio de beber mucho vino a la Chancalaera que después de cenar quedó dormida. Aprovechó el pastor para huir despavorido y dar el aviso en el pueblo, cuentan que subieron muchas gentes y se dice que apresaron a la Chancalaera, y allí mismo le dieron muerte, pero su espíritu vaga por aquellas tierras en las tardes noches, huyendo del gigante "Entiznáu"  que también habita en Las Hurdes y trata de evitarlo...la nombraban en las casas donde se escuchan a niños llorar, para llevárselos y comérselos, o la leyenda de la misma “Encorujá”, una alma hurdana de bruja que vaga por los valles más inhóspitos de Las Hurdes, rápida como el viento, pues no soporta que la vean, y tiene la mala costumbre y la habilidad de colarse en los hogares de buen fuego, transformándose en punto de luz, y se lleva a los recién nacidos dejándolos en los lugares más extraños como en lo alto de un monte, en una casa abandonada, en la mitad de un camino…en las noches de mal sueño, tiene la mala idea de oprimir el pecho de las personas que están durmiendo para producirles pesadillas… y el estruendo de una risotada me devolvía otra vez a la realidad.

Los tres valles de las Hurdes, son como las hojas de un libro escrito en la memoria de los tiempos, lleno de símbolos y sentimientos escondidos a la lumbre de un hogar, tras un día de trabajo en el que la naturaleza traza sus leyes y leyendas, más allá de la realidad o la imaginación, como una forma de vida, en una geografía de geometría literaria, donde en cualquier rincón, el narrador de una historia, se adapta a su propio entorno de una forma natural, en una novela donde se juntan la propia vida, y el paisaje, pero lo que si me quedaba claro, es que las Hurdes, era tierra de misterios y mujeres.



 Razones me daba Panojo, con pelos y señales, para apartar de mi pensamiento las oscuras historias que se cernían sobre la comarca de Las Hurdes, alimentadas desde la memoria de los tiempos, que hablaban, y más que hablar, escupían con violencia pensamientos nada favorables a la tierra y sus gentes, dejando referencias escritas sobre sus habitantes, sus leyendas, sus secretos y sus misterios, coloreando de tinieblas el entorno de la imaginación de la tierra sin tierra o de la tierra sin pan…de repente, empezó a sonar fuerte el viento, y Panojo decidió salir a apañar a los animales del corral, para prevenir por si acaso amenazara tormenta fuerte, y me advirtió que a su regreso daríamos cuenta de otro jarrón de caldo de buen vino, y algún matajambre que quedaba, para acabar de contarme la verdadera naturaleza de aquella tierra, y las andanzas de sus gentes,  los “Malus Vientus” me decía,  un fenómeno que sorprende a rebaños enteros de ganado aspirándolos literalmente hasta hacerlos desaparecer





Tardaba un poco Panojo, y la ventolera crecía, y decidí salir para ver si mi amigo y anfitrión necesitaba que le echara una ayuda de mi torpe mano, y al llegarme a la entrada del corral, le di un grito para advertirle, y me dijo desde dentro que no era menester, ya que poco podía hacer yo si no era médico de mulos, ya que a la mula le había dado por parir, y estaba allí con dos vecinos y una partera entendidos en la faena, con lo cual, decidí apartarme, y volver a la casa a esperar la hora buena. 

Me serví otra jarra del excelente caldo de pitarra, para ir matando la noche y un poco la inquietud de la circunstancia de la ventolera, que parecía arreciar con más violencia, y me sumergí en los pensamientos de aquella tierra extremeña que antaño fuera frontera entre el mundo cristiano y el musulmán. Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés, los hermanos Pizarro, Francisco de Orellana, Pedro de Valdivia, Inés Suárez, los hermanos de Alvarado, Francisco Martínez Vegaso y un largo etcétera de nombres que han dado rúbrica a la historia de Hispanoamérica. Se descubaría el Pacífico, se conquistaba México-Tenochtitlan, se derrocaba al imperio azteca que ejercía la barbarie, se fundaba Lima, Guayaquil, y Santiago de Chile y se navegaba el Amazonas y un sinfín de hazañas de la larga lista de valientes conquistadores extremeños que dejaban el nombre de sus pueblos en la América española, a parte de la firma de su tierra y la nobleza de su sangre que la historia jamás podrá igualar, ni siquiera de lejos, y me dio también por pensar, que si algún día al ser humano le diera por conquistar Marte, de seguro que la comitiva iría capitaneada por algún extremeño con temple. 




El temporal de viento cesó de golpe, como si no hubiera existido, y de repente escuché tres golpes descomunales en la puerta…me quedé paralizado, y esperé unos momentos en preguntar.


-¿Quién va?...


No obtuve respuesta, y a mi cabeza, ya embotada, me vino la dulce imagen de la "Chancalaera", con lo que me dio en sonreir, al tiempo que pensaba en voz alta que más valía llenarse el espíritu del buen vino, para dormir de un tirón, porque si no, mala noche de sueños me esperaba, malo fuera que apareciera la "Encorujá"... y al poco, un bramido inhumano parecía venir a lo lejos, e intuí que sería del corral, y de la mula paridera que ya había dado su legado al mundo…me levanté, un poco inquieto, la verdad, y con cierto cuidado, abrí la puerta. No había nadie, la noche tampoco permitía ver más allá, y opté por dirigirme a la corrala de Panojo. El sitio estaba bastante oscuro, apenas alumbrado por una pequeña luz en la pared, y tampoco parecía haber nadie más allí, aparte de la mula ya parida, por cierto, con lo que decidí volver de nuevo a la casa, aunque extrañado, pues no había señal ni escuché respuesta al preguntar por mi amigo Panojo, ni por si había alguien más por allí…llamé a la puerta de las dos casas contiguas, sin obtener tampoco respuesta, y pensé que lo mejor sería esperar en casa de Panojo la nueva de algún acontecimiento sin importancia.




No había dado tres pasos, cuando escuché a mi espalda un balido estentóreo que me sobresaltó, y me quedé paralizado. Giré un poco mi cuerpo con toda la tranquilidad que pude encontrar en mi alterada voluntad, con precaución, y pude ver con total y absoluta claridad la imagen de un monumental macho cabrío de enormes cuernos que permanecía yerto, con unos ojos de mirada desorbitada que me atravesaban, y con una voz cavernosa que me dijo…

-En tus sueños me has buscado, ya me has encontrado, demórate un solo instante, y devoraré de ti hasta el último suspiro de tu voluntad…

No hizo falta que lo dijera dos veces, porque salí corriendo todo lo que me daban las piernas hacia el portón entreabierto de la casa de Panojo, con tan mala fortuna, que con la prisa por entrar y ponerme a salvo, me di de frente contra el marco de la puerta con tal brutalidad, que perdí el sentido, y las ganas de recuperarlo.

Desperté ya a la amanecida, dolorido, y posiblemente sedado por algún condumio o brebaje que me habría suministrado la misma mujer que atendió a la mula la noche anterior, y que a buen seguro, fue la que me remendó un formidable siete que me había hecho con el golpetazo de la noche. La miré agradecido, y me puso un dedo en los labios para que guardara silencio. Se trataba de una mujer de mediana edad, pequeña, oscura de piel como las piedras de la casa, casi se diría que formaba parte de ellas, como una más, silenciosa, fría, seria, y a su lado, observándome en silencio, el Panojo…antes de pronunciar la angustia de una sola palabra, me hizo con un gesto que callara, y me dijo, apenas en un susurro…

-El Machu Lanú. A veces, amigo mío, Las Hurdes guardan leyendas, que se convierten en realidad. La belleza de una tierra y el amor a ella de sus gentes, es algo tan profundo, que ni siquiera el ángel caído del cielo en la desgracia, podrá jamás borrar, por muchas veces que lo intente.

Dicen bien, cuando dicen, que en los caminos de Las Hurdes, nadie está solo siempre del todo, no hace falta más, que contener un momento la respiración, girar leve y lentamente la cabeza, mirar un poco de reojo por encima del hombro, sin fijar demasiado la mirada, no vaya a ser que te susurren un mal pensamiento al oído, y que de un mal sueño, se haga una fatal realidad.


Aingeru Daóiz Velarde.-