viernes, 26 de julio de 2019

ECO, LA NINFA DE LAS MONTAÑAS.



ECO, LA NINFA DE LAS MONTAÑAS.


Eco es un personaje perteneciente a la mitología griega, que como ya conocemos, está llena de simbología. Para cada cosa que existe en la naturaleza u ocurre entre los seres humanos, los griegos creaban historias e incluso fábulas para explicar la procedencia de todo. En este sentido, hoy nos centraremos en la leyenda de la ninfa Eco. 

Eco, era una ninfa de las montañas, una oréade del monte Helicón, consagrado a Apolo y a las musas. Fue conocida por su belleza cabal, su simpatía y alegría, pero sobre todo por el don de la palabra. Tenía una voz y un lenguaje precioso, de una fluidez natural y un tono capaz de hipnotizar a cualquiera. Fue educada por las Musas mientras era criada por otras ninfas, y su particularidad era que estaba enamorada de su voz . Es la protagonista junto a Narciso, un joven y hermoso pastor, del mito que le da origen al eco.

LA ENEMISTAD DE ECO Y HERA 

Eco vivía en las montañas junto al resto de ninfas por las que fue criada. Era envidiada por muchos, especialmente por Hera, diosa del matrimonio y esposa del dios Zeus. Esta envidia surgió de los celos que sentía cuando su marido salía al bosque a visitar a las ninfas, como Eco. La alegre ninfa solía entretener a la diosa Hera, mientras su marido aprovechaba para mantener relaciones fuera del matrimonio. Desgraciadamente, un día Hera sorprendió a Zeus con Eco y descubrió, una vez más, la infidelidad de su esposo. 

Como castigo, la diosa del matrimonio, le arrebató a Eco lo más importante en su vida, su preciosa voz. Apiadado de su amada, Zeus le suplicó a su esposa que rebajara la gravedad el castigo. Esta así lo hizo. En lugar de dejarla sin voz, le obligó a repetir la última palabra que dijera cada persona con la que hablara. Como consecuencia, Eco se alejó de la sociedad y del resto de humanos, decidiendo así irse a vivir al campo. 



ECO Y NARCISO, LA LEYENDA DE UN DESAMOR. 

Una vez retirada en el campo, la joven ninfa conoció a Narciso, un hermoso pastor conocido por rechazar el amor y todas las mujeres que se le acercaran. El joven era hijo de la ninfa Liríope de Tespias y el dios del rio, Cefiso. 


Cuando Narciso nació, el adivino Tiresias predijo que el muchacho tendría una vida larga a no ser que este se viera atraído por su reflejo. Por esta razón, su madre evitó todos los espejos. Creció en la ignorancia pero creando el camino propio hacía su destino. 


Eco observaba al joven diariamente, a escondidas, durante sus largos paseos. Un día Narciso descubrió la cueva en la que habitaba y la encontró allí. La ninfa quedo totalmente enamorada del joven, pero avergonzada de su voz, buscó ayuda de los animales para poder expresarle su amor. Sin embargo, Narciso se burló de ella y como de costumbre, la rechazó. 

Cuando la ninfa fue rechazada, esta solo era capaz de responder con las palabras del bello joven. 


Eco desilusionada, humillada y dolida, se encerró en su cueva, escondida en un lugar solitario y oscuro, se dejó llevar sin comer, y no volvió a salir de allí hasta que murió desintegrada en el aire, dejando solo su voz que repetía las últimas palabras de cualquier frase, dando origen así al fenómeno que hoy en día reconocemos como eco.




Los dioses se molestaron por el mal comportamiento de Narciso hacia Eco, por lo que la diosa Nemesis, diosa de la venganza, le mandó un castigo. Este consistió en maldecirle a enamorarse de su propio reflejo, que con el paso del tiempo lo lleva a la muerte por desamor. Enamorado de sí mismo, se dejó morir mirándose en un estanque y de su cuerpo muerto nació la flor del narciso, lo que dio pie a Freud a definir como narcisismo a aquellos trastornos de personalidad en los que el sujeto está inusualmente centrado en sí mismo.






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