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domingo, 27 de octubre de 2019

LA HISTORIA DE UNA EMBAJADA RESCATADA DE LA MEMORIA



LA HISTORIA DE UNA EMBAJADA RESCATADA DE LA MEMORIA

La Embajada de España cerca de la Santa Sede tiene el doble honor de ser la Misión Diplomática más antigua de cuantas existen en el mundo y de mantener su residencia a través de los siglos en el mismo edificio. Hasta el siglo XV los Embajadores desempeñaban misiones temporales específicas como negociar acuerdos comerciales, tratados de paz, o fijar las estipulaciones de matrimonios entre príncipes. Es la República de Venecia el primer Estado que designa un Embajador permanente, precisamente aquí en Roma por la importancia espiritual y temporal del Papado. El Rey Católico Fernando de Aragón, por su condición de Rey de Nápoles y al ser Venecia su gran rival, establece también una Embajada permanente y designa para el cargo en 1482 al Caballero de la Orden de Santiago Don Gonzalo de Beteta, cuyos restos reposan en la Iglesia Nacional de los Españoles de Santiago y Montserrat.
Beteta inició la prestigiosa nómina de 151 Embajadores, del mundo de la diplomacia, la milicia, la nobleza, la política e incluso la Iglesia, que durante más de quinientos años han representado y defendido los intereses de nuestra patria en una misión diplomática marcada por su singularidad e importancia.



Tenemos que dirigirnos a documentos del siglo XV, para ver como se denominaba dicha Embajada, y concretamente en uno de esos documentos, de los cuales hay varios, me referiré al de  18 de septiembre de1484, que se refieren a la valoración que hicieran los Reyes Católicos ante la duda de a quién dejar en depósito los papeles de Beteta ordenando tomar ciertas medidas, ya no sólo referentes a este asunto concreto, sino que afectaban también a la propia institución de la Nación Española en Roma" de la Embajada.
"El Rey e la Reyna. Reverendo Padre Alfonso de Paradinas, obispo de Ciudad Rodrigo e demás diputados de la Nación Española en Roma. Ha llegado aquí Blas del Pino, Camarero e Secretario del honrrado cavallero e nuestro embaxador Don Gonzalo de Veteta, que santa gloria haya, e nos ha entregado vuestra atenta e cumplida carta de 29 de marzo de este año, con la qual nos participades la muerte de dicho Don Gonzalo, que decides siguió el día 27, dos días antes del despacho, refiriendo lo que havía declarado en su testamento acerca de los papeles pertenecientes a nuestro real servicio, decides que sin embargo, que dicho Don Gonzalo havía dispuesto en su testamento acerca de los papeles pertenecientes a nuestro servicio, decides que sin embargo que havía declarado que los testamentarios cuydasen de entregarlos a quien fuere nos servidos mandar, e que siendo vos. Reverendo Padre, uno de ellos, e haviendo considerado no haver en Roma persona que goze el character de nuestro criado, en quien poderlos fiar, con prudente reflexión, e para el mexor resguardo de ellos, dudaste cómo lo havíades de executar e facer, e por ende tubistes por conbeniente de juntar como juntástedes tres principales sugetos de la Nación..." Fol. 37rv.
Este es solamente un ejemplo, aunque hay más pero alargaría mucho el post donde claramente, a la Embajada se le denomina: “Embajada de la Nación Española en Roma”, simplificándolo numerosas veces con el nombre de “Nación” solamente; recuerdo que estamos hablando de 1480-84.
"Y assi se tomó por expediente por Monseñor Paradinas el juntar tres o quatro de los principales de la Nación para discurrir sobre la materia, y resolvieron que tres de los principales sugetos de la Nación fuesen con Notario a la casa de Don Gonzalo, difunto, y recogiendo todos los papeles, se pusiessen en un saco, y ligassen....., Ibid., fol. 36r.
…........... jamás de esta prerogativa e distinción, e que en juntas e funciones presidades e presidan a qualesquiera personas, estando inmediatamente al hombro izquierdo de nuestro embaxador e cardenales e otros perlados e eclesiásticos de la Nación". Fols. 40rv.
…......... para los casos graves, también nuestros embaxadores hayan de combocar a los diputados de la Nación referida, como los que representan el cuerpo entero de ellas …...,Fols. 42rv.
E en todas las consultas graves que os hicieren e para las quales os llamaren e representaredes al dicho embaxador e subcesores las necesidades de la Nación, los agravios que padeciere e la prevención del remedio, para lo qual teneredes irremisiblemente un día de cada semana entero para las audiencias de nuestra Nación e para oyr la necesidades de ella …..., Fol. 46rv.
Aparte de en castellano antiguo, también los hay en francés:
Gonzalo de Beteta est considéré comme un des premiers ambassadeurs permanents de l'histoire d'Espagne et le premier ayant assumé cette charge auprès du Saint-Siège. Son décès, survenu au cours de l'accomplissement de sa mission en 1484, donna lieu à l'intervention de la "Nación Española de Roma", chargée de la sauvegarde des intérêts royaux à Rome jusqu'à la arrivée du novel ambassadeur. Ces faits seraient manipulés historiquement et documentairement des siècles plus tard, en plein XVIIF siècle, au cours des revendications de prérogatives royales sur les églises nationales espagnoles à Rome. En s'appuyant sur un manuscrit de la Bibliothèque Menéndez y Pelayo de Santander, cet article tente d'aborder la
Parece ser que aunque ahora hay escépticos que lo discuten o niegan, en el siglo XV con los Reyes Católicos, se denominaba Nación Española, al menos eso dicen los documentos…sirvan estos como simples ejemplos.

HISTORIA DE LA EMBAJADA

En sus años iniciales (1480), los Embajadores se albergaban en palacios alquilados a cardenales o nobles romanos (Orsini, Altemps, Aldobrandini, Doria Pamphili, Urbino, De Cuppisy), hasta que en 1647, el nuevo embajador del Rey Felipe IV, Íñigo Vélez de Guevara, Conde de Oñate, adquiere por 22.000 escudos romanos el Palacio Monaldeschi, el cual había sido sede de la Embajada desde 1622, hoy conocido como Palacio de España.

La compra tuvo sus embrollos, los propietarios del Palacio, una vieja familia noble romana, la familia de los Monaldeschi, lo sacó a subasta pública, a través de un agente italiano, Bernardino Barber, el conde de Oñate, hizo una oferta por el palacio, pidiendo permiso de compra a la Congregación de Barones del estado pontificio, que tenía la potestad para aprobar la venta de palacios importantes. Posteriormente, se compraron otras cuatro casas junto al palacio para ampliar el edificio, en 1654 el rey Felipe IV envió 19.000 ducados para su mantenimiento y reparación.

El Palacio Monaldeschi, es un palacio barroco que alberga la sede de la Embajada de España ante la Santa Sede desde 1622. No alberga, por contra, la Embajada de España ante Italia, ya que esta se encuentra en la primera planta del Palacio Borghese de Roma.



La Embajada interviene en la elaboración por parte del Papa español Alejandro VI Borja de la Bula «Intercaetera», que da lugar al Tratado de Tordesillas y reparte el Nuevo Mundo entre los reinos de España y de Portugal. Después del «Saco de Roma» los Embajadores consiguen la reconciliación con el Papado, organizan la importante visita de Carlos V a Roma y logran el apoyo de los Estados Pontificios a las guerras de religión del Emperador. En la Embajada se negocia la llamada «Liga contra el Turco», la alianza entre España, los Estados Pontificios y Venecia, que permitiría derrotar en Lepanto a la flota otomana, librando a Europa de la amenaza turca.


Hay también capítulos desconocidos como el ofrecimiento que el Rey Alfonso XIII hace en mayo de 1915 al Papa Benedicto XV del Monasterio de El Escorial como residencia con extraterritorialidad para evitar los riesgos de la Primera Guerra Mundial y garantizar la libertad de su sagrado ministerio.



Los Embajadores se albergaban en palacios alquilados a cardenales o nobles romanos hasta que en 1647 el Conde de Oñate, Embajador del Rey Felipe IV, adquiere el actual edificio, cuya rehabilitación encarga al gran arquitecto Borromini quien fuera el rival de Bernini, y quien construye la maravillosa escalera de honor, una de las más armónicas de la ciudad. El Palacio de España custodia importantes obras de arte como las dos esculturas de Bernini, «El alma condenada» y «El alma beata», la magnífica colección de tapices o los cuadros de Madrazo, Vicente López, Wieldens, Mario de'Fiori, Mengs, Nattier, Palmaroli, etc.
Durante cuatro años fue residencia del pintor Velázquez, venido a Roma para adquirir obras de arte para la colección real. Aquí pintó «La fragua de Vulcano» y «La túnica de José», tomando como modelos al personal de la Embajada. Por encargo real, los Embajadores adquirieron más de dos mil pinturas de los clásicos italianos, que pasaron al Museo del Prado.




 Durante los siglos XVI, XVII y XVIII el palacio fue el centro de un mundo fastuoso, siendo escenario de los acontecimientos más brillantes de su tiempo en la ciudad de Roma, su pequeño teatro de madera fue un 20 de noviembre de 1782, escenario del estreno de Antígona de Vittorio Alfieri; durante cuatro años fue residencia del pintor Velázquez, venido a Roma para adquirir obras de arte para la colección real. Aquí pintó “La fragua de Vulcano” y “La túnica de José”.

La embajada alberga una colección de tapices gobelinos del siglo XVII, tapices de lana y seda del siglo XVIII originarios del Palacio Real de Madrid; cuadros del Museo del Prado de autores como Federico Madrazo, Vicente López, Nattier, Mengs, Mario di Fiori; numerosas esculturas donde destacan dos bustos de Gianlorenzo Bernini de 1619, "El alma beata" y "El alma condenada"...en la imagen, el Alma Beata.



El 8 de septiembre de 1857, el papa Pío IX inauguró la columna de la Inmaculada Concepción que preside la Plaza de España, plaza que lleva ese nombre en honor a la Embajada y en recuerdo de la definición del dogma de la Inmaculada del que España fue tenaz defensora durante siglos.


La Embajada esta, cerca de la Santa Sede,  y no ante la Santa Sede, como equivocadamente se la denomina. El diccionario de la Real Academia Española define la segunda acepción del término «cerca» diciendo que en lenguaje diplomático designa la «residencia de un ministro en determinada corte extranjera, y cita como ejemplo el del «Embajador cerca de la Santa Sede». Además el adverbio «cerca» recoge el antiguo privilegio de cercanía al Pontífice que tenía el Embajador del Rey católico de España frente al Embajador del Rey cristiano de Francia, eternos rivales durante esos siglos; el Embajador de España, estaba más cerca de la Santa Sede que el francés, ahora no tendría mucha importancia pero por aquel entonces, era toda una victoria para España.




EL ESCUDO DEL VESTÍBULO

En cuanto a lo referente al escudo de su vestíbulo, aclararemos lo siguiente…
Como hemos mencionado, el Palacio Monaldeschi donde se encuentra la Embajada, fue adquirido en 1647 aunque fue sede desde 1622.
La primera inversión que se hizo de mantenimiento y restauración, fue realizada en 1654, Francesco Borromini, arquitecto suizo-italiano, considerado uno de los máximos exponentes del barroco romano diseñó la ampliación del palacio y trazó la escalera principal de la embajada y el vestíbulo donde se encuentra el escudo en honor a los fundadores de la Embajada “los Reyes Católicos”, obra que continuo el arquitecto Antonio el Grande.

Entre 1827 y 1834 se introdujeron decoraciones de estilo neoclásico y pompeyano y desapareció del salón de baile y el pequeño teatro de madera.

Cualquiera que sepa un poquito de historia y sea mínimo observador, en un simple vistazo, diferenciara el escudo Católico frente al franquista; ya no digo que sepa distinguir la diferencia en sus alas, pico y en la posición de la cabeza del Aguila de San Juan, aunque es ya evidente; tampoco me atrevería a pedir, que se fijara en las columnas de Hércules que acompañan al escudo franquista y que eso lleva a que el escudo heráldico de los Católicos, sea de un tamaño más grande; sería mucho pedir, que lo pudieran diferenciar por la diferencia gráfica del yugo de Fernando y las flechas de Isabel; pero es totalmente imperdonable no darse cuenta la diferencia en la heráldica del segundo y tercer cuadrante que corresponde a Aragón y Dos Sicilias en los Reyes Católicos, y a Aragón y Navarra en el franquista.

Diferencia que hasta los inventores y nuevos fanáticos de la mal llamada Memoria Histórica, ciegos por un rencor sin sentido siguen sin diferenciar, persiguiendo y eliminando escudos anteriores al nacimiento de Franco; pero es que  en el siglo XVII, fecha de construcción del escudo en la Embajada Española ante la Santa Sede, Franco todavía no había nacido, como tampoco lo había hecho la persecución sin sentido de símbolos históricos como el Águila de San Juan y los restantes símbolos del escudo.

SU ACTUALIDAD Y ALGUNAS CURIOSIDADES

Como los palacios más exclusivos de Roma, la Embajada tiene fantasma propio, el llamado «Fray Piccolo», un antiguo capellán que siglos atrás fue muerto a espada por el Embajador castigando sus requiebros amorosos a la Embajadora. También el aventurero Casanova trabajó en la Embajada durante varios años como traductor de francés, hasta que tuvo que abandonarla abruptamente por un lío de faldas con la hija de un comerciante, pero de todo esto, hablaremos en otro post…En la imagen siguiente, busto del “Alma condenada”, de Bernini.






Entre los salones del Palacio destaca el precioso oratorio construido por Paradisi y adornado con pinturas de Constanzi y Bianchi. Bajo el altar se encuentra el cuerpo incorrupto de un joven mártir, San Letancio, miembro del grupo de mártires de Cartago cuya devoción impulsó San Agustín.
El «Privilegio del baldaquino» que preside el «Salón de los Palafreneros», rememora la presencia de un Papa el 8 de septiembre de 1857 cuando Pío IX bendijo desde el balcón de la Embajada la columna de la Inmaculada que preside la Plaza de España, a la que los Pontífices acuden cada 8 de diciembre, siendo recibidos por el Embajador.
Cabe destacar, sin duda,  la restauración de las fachadas, gracias al mecenazgo de Don Amancio Ortega, propietario de Inditex, cuya generosidad ha permitido acometer una rehabilitación urgente por el estado de deterioro del edificio, y que necesariamente debe ser ahora continuada por el Estado para recuperar esta joya y evitar el riesgo real de su ruina.




Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la Embajada fue el centro de la vida social, política y cultural de Roma, compitiendo en prestigio con la corte del Papa. En su condición de Palacio real, cuenta con dos cámaras permanentemente preparadas para la estancia de Sus Majestades, y entre las salas de recepción hay un espectacular Salón del Trono, construido en tiempos de Carlos IV.
La Embajada lo es también ante la Soberana Orden de Malta y el Embajador de España desempeña el cargo de Gobernador de las «Obras Pías de los Establecimientos Españoles en Italia», una institución vinculada a la Iglesia que administra en Roma y Palermo los bienes fruto de donaciones de españoles para construir albergues, asilos, hospitales y sepulturas para los peregrinos.
La Embajada sigue siendo escenario de encuentros importantes que contribuyen a superar tensiones y abrir cauces de diálogo en las siempre complejas relaciones Gobierno e Iglesia. Cumple así hoy también este viejo y antiguo Palacio su función principal, nacida de su larga historia, cual es la de servir de sereno lugar de encuentro y de acuerdo, pero también, para recuperar la memoria de la historia.

Aingeru Daóiz Velarde.-

Fuentes
Corona de Aragón
Historia de España




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